La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 No pediré perdón por amarte

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gabrielle62
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gabrielle62

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MensajeTema: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeSáb Jun 21, 2014 4:23 pm

Título: No pediré perdón por amarte

Autor: gabrielle62

advertencias: AU, Angustia, Romance, muerte de un personaje

clasificación: G

Completo: Sí

Resumen: Harry quiere tener hijos, le da igual adoptarlos que contratar una madre de alquiler, pero Severus no quiere ni oír hablar de ello. Esto minará su convivencia y ocurrirá lo inevitable.





oOo





No voy a pedir perdón
por descubrir en tí la luz de mis latidos.
No he de pedir permiso
para adorar tu rostro ferozmente.

La gente nada sabe del amor
si no se reconoce en nuestros pasos.
Y al lado de la cama, más bien al pie,
espero que esta aurora te despierte.

Que no esperen mis disculpas, corazón,
todo empieza y todo acaba en ti.
Y no te asustes mi amor,
si mi voz suena algo seria y definitiva.

La vida es una y una es la respuesta.
Mi piel se quema sin tu suave sombra.
Te nombran las ciudades que pisé
Y en cada esquina encuentro tu acertijo.

Si vivo fue porque siempre esperé
Para entregarme a ti desnudo.
Y el futuro me ha nombrado con tu voz,
En ti todo encuentra una razón.

Todo comienza en ti:
el resto de mi vida y la razón
de abrir cada ventana, la canción
que resuelve mis dudas, mi delirio y mi cura.

Y todo acaba en ti:
los besos, cada fiesta, la raíz
que bebe mis dolores, mi febril
costumbre de buscarte, mis días y esta hambre de ti.

No voy a pedir perdón
por entregarme en cuerpo y alma a tus pecados.
Cansado de los subterfugios,
me sumo a tu motín sin ataduras.

Que envidien mi locura corazón,
tú eres mi hogar y afuera me muero de frío.
Elijo regalarte mi canción
porque apareces en todos mis planes.

Me alumbraste y renacido creo en mí
Todo en tu figura halla su fin.

Todo comienza en ti:
el resto de mi vida y la razón
de abrir cada ventana, la canción
que resuelve mis dudas, mi delirio y mi cura.

Y todo acaba en ti:
los besos, cada fiesta, la raíz
que bebe mis dolores, mi febril
costumbre de buscarte, mis días y esta hambre de ti.


<center>oOo</center>

¡Era él! ¡Era su voz cantando la canción que hace años escribió para él! La canción que le regaló, en su primer aniversario juntos.
Era su maravillosa y dulce voz, esa que nunca creyó volver a escuchar. Era Harry…
Después de cinco años de buscarle volver a escuchar su voz, y cantando precisamente esa canción, fue demasiado para él. Un sollozo ronco escapó de su garganta mientras gruesos lagrimones recorrían su pálido rostro. Al menos ahora Severus tenía la certeza de que estaba vivo.

Cuando le escribió aquella canción Harry Potter solo cantaba en casa o en la ducha y no lo hacía nada mal, pero en aquel entonces era Profesor de Defensa Contra, las Artes Oscuras en Hogwarts, allí lo había conocido y aunque era diez años más joven que él enseguida habían simpatizado, tal vez porque los opuestos se atraen, porque no podían ser más diferentes.

Severus Snape era el Maestro de Pociones del colegio, y aunque amaba sus brebajes, detestaba a los pequeños monstruos a los que dia tras dia tenía que enseñar, no poseía la paciencia suficiente para aguantar tanta majadería y falta de interés, ¡No tenían más que pájaros en la cabeza por Circe!

Harry sin embargo… era muy diferente, tenía veinticinco años cuando le conoció, y había sido alumno del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, como él mismo, sólo que en promociones distintas. Albus Dumbledore era el Director del colegio cuando Harry entró a estudiar Magia en él, y enseguida lo tomó bajo su protección. Siempre destacó en la asignatura de Defensa, igual que él lo hizo en Pociones.
Ahora. enseñaba su asignatura favorita y gozaba tanto haciéndolo,  como Severus disfrutaba cuando tenía su enorme nariz metida entre los vapores de los calderos, que era lo que realmente le gustaba.  Eran unos privilegiados al poder trabajar en lo que más les gustaba.

Los alumnos adoraban a Harry tanto como lo detestaban a él, seguramente hacían apuestas de cuánto aguantarían juntos, dada su diferencia de caracteres, y seguro también que la mayoría compadecía a su profesor de ojos verdes. Lo cierto era que Harry  tenía una paciencia infinita con los niños, sobre todo con los más pequeños, dos cualidad de la que Severus carecía.

<center>oOo</center>

Severus era un hombre entregado a su trabajo, el tiempo no existía para él cuando estaba elaborando sus queridas pociones, disfrutaba con ello, y con su pareja. Era feliz haciendo lo que hacía y viviendo con Harry, no necesitaba nada más. Estaba satisfecho con la vida que tenía pero… Harry no, Severus lo sabía y lo ignoraba con todas sus fuerzas porque no quería ni pensar en que lo que haría completamente dichoso a Harry pudiera hacerse un día realidad.

Harry quería niños, le daba igual que fueran de un vientre de alquiler que adoptados, pero quería hijos, y él no quería ni oír hablar del tema y tenía sus razones para no querer tenerlos, además.

Fue Severus quien empezó la discusión porque estaba harto, Harry llevaba días insistiendo sobre el tema, una cuestión de la que él no quería ni oír hablar.

—Me irritan los niños Harry ya lo sabes, me molesta su presencia y no hablemos de su comportamiento. Soy profesor, lidio con esos pequeños energúmenos todos los días y no los soporto—gruñó.

—Si fueran tus hijos no pensarías lo mismo—, le respondió Harry serio—. Los niños aportan alegría, amor, vida y ternura a cualquier hogar. Son el futuro por Merlín.

—Si tuviéramos hijos tendríamos que sacrificar nuestra privacidad personal a causa de ellos.

— Nuestra privacidad en todo caso sería distinta…pero que seguiríamos teniendo intimidad, solo que con hijos—rebatió Harry.

—Los hijos reducirían nuestras posibilidades de promocionarnos profesionalmente Harry—suspiró tallándose la nariz ¿Por qué no le entendía?

—No hables en plural, yo estoy contento con mi trabajo y tú también, como si alguna vez te hubieses planteado cambiar de trabajo o marcharte de Hogwarts, no me jodas Severus…

—Estoy totalmente convencido de que mantener relaciones sexuales satisfactorias si tienes niños en casa es completamente imposible—insistió.

Harry soltó un bufido.

—En eso te doy la razón… pero con matices, ya sacaríamos tiempo… Además si el sexo disminuye nuestros encuentros serían aún más fogosos y satisfactorios ¿No crees?

¡No, no lo creía en absoluto! Aquella conversación le estaba poniendo cada vez más nervioso, veía que sus argumentos se acababan y que Harry rebatía cada uno de ellos con convicción, ya no sabía qué decir para persuadirle de que abandonase su idea de formar una familia.

Se levantó para servirse un brandy, una copa templaría sus nervios, le preguntó a Harry si quería algo pero éste negó con la cabeza, Severus se dio cuenta de lo tensa que estaba su pareja, él también lo estaba, pero sabía que esa conversación era imprescindible entre ellos. Se estaba quedando sin explicaciones y el vacío que sentía en su estómago era cada vez mayor.

Estaban en el salón de la casa que compartían, un entrañable <i>cottage</i> a las afueras de Hogsmeade, que les proporcionaba la paz y privacidad que necesitaban y además, estaba cerca del colegio en el que ambos trabajaban.

—No sé como convencerte Harry, necesito mantener el mayor grado de libertad de elección personal posible y con un niño a cargo…—, no quería ni pensar en más de uno—, no podremos elegir libremente lo que queramos hacer.

—Siento decirte que tampoco estoy de acuerdo con eso Severus, tendríamos que cambiar ciertos hábitos en función de los niños, pero no tenemos porque renunciar a nada si lo planificamos bien.

—Pero… perderíamos la posibilidad de cambiar de residencia, de trabajo, etc. A corto y largo plazo.

—Como si alguna vez te hubieses planteado siquiera dejar tu trabajo…—le contestó Harry irritado. Le encantaba cuando los ojos verdes del hermoso hombre que compartía su vida, refulgían de furia pero en aquella ocasión no le estaba gustando ni un poco adonde estaba llegando la discusión.

>>Enfrentaremos cada cosa a su tiempo Severus, no sirve de nada pensar en situaciones que tal vez no se den nunca.

—¿Has pensado en la posibilidad de futuros abusos al niño? Pasa todos los días Harry, sólo tienes que escuchar las noticias. Me aterroriza la idea de que pueda pasarle algo malo.

Harry suspiró con fuerza.

—Comparto tus temores Severus, pero igualmente quiero intentarlo, la vida conlleva riesgos y a veces es impredecible, pero ahí estaremos nosotros para protegerlos, no hay nada perfecto pero con miedo tampoco se puede vivir.

—Pero… ¡Es un error traer un hijo al mundo si no es deseado!—exclamó irritado.

—¡Pero es que yo sí lo deseo!—gritó Harry con su paciencia al límite—, te lo dije desde el principio Severus, sabías que quería hijos y me has dado largas diciéndome que los tendríamos cuando llegase el momento oportuno, cuando sabías perfectamente que ese momento nunca llegaría. Tengo treinta años Severus, quiero tener niños y quiero criarlos junto a ti. Te conozco, y sé que serás un magnífico padre a poco que lo intentes, por favor Severus…

Sabía que había sido y estaba siendo muy egoísta. Lo había engañado, confiando en que su amor por él fuese suficiente para hacerle olvidar su necesidad de tener hijos. Pero Harry era huérfano, había crecido en un orfanato hasta que llegó a Hogwarts y su mayor deseo era tener una familia propia. Lo sabía pero…

—Muchas personas tienen hijos por razones equivocadas, y si morimos y se queda huérfano como te paso a ti ¿Entonces qué?

Se arrepintió nada más decirlo, pero ya estaba dicho y Harry explotó.

—Está claro que me has tenido engañado todo este tiempo…—su voz destilaba amargura—¡Nunca has querido tener hijos, me mentiste sabiendo lo mucho que yo los deseaba. Habría podido entenderte si te hubieses sincerado conmigo desde el principio, pero mantuviste tu mentira con tal de mantenerme a tu lado, sin importarte un ápice mis sentimientos ni mis necesidades!

Tuvieron la mayor bronca que habían tenido nunca. Incapaz de contener su ira Severus dijo algo que jamás debió decirle…

—Es mejor que busques en otro lado lo que tanto deseas Potter, —siempre le llamaba por su apellido cuando se enfadaba, era otra de sus malas costumbres—Porque…lee mis labios…—ironizó— ¡Yo no quiero hijos!

Harry abrió la boca para decir algo, pero renunció a ello… su mandíbula estaba tensa y sus labios formaban una línea recta, la angustia y la decepción que sentía en esos instantes se reflejaba claramente en sus ojos verdes. Parecía a punto de echarse a llorar, pero no lo hizo, tragó saliva con fuerza intentando reprimir la angustia que atoraba su garganta, pero ni siquiera eso conmovió en ese momento a Severus, ni siquiera reaccionó cuando Harry se marchó.


Si hubiese sabido cómo iba a terminar aquella conversación, jamás la habría iniciado, si hubiese sabido que no iba a volver a verle, que sus palabras lo alejarían definitivamente de él, habría actuado de forma diferente. Tenía que haber cedido porque amaba a Harry, pero sólo ahora sabía cuánto podía llegar a doler su ausencia y a extrañarle, sólo ahora sabía lo mucho que había perdido y cuanto lo añoraba. Ahora que no tenía remedio…

Harry hacía cinco años que se había ido, le había abandonado por su enorme egoísmo. Desde entonces le estaba buscando, no desistía en ello porque esperaba encontrarlo algún día y poder pedirle perdón, pero cuanto más tiempo pasaba más se diluían sus esperanzas de recuperarle. Había tenido mucho tiempo para pensar en esos años, para darse cuenta de lo que había perdido y también de que todavía le quedaba mucho por aprender. Sobre todo tenía que aprender a amar con mayúsculas, a renunciar a algunas cosas por la felicidad del hombre que amaba, igual que Harry había renunciado a muchas cosas, durante mucho tiempo por él. Ahora lo sabía, justo ahora que era tan tarde…




oOo




Decidió ir a ver a Draco Malfoy, su mejor amigo desde el colegio, era un Abogado de gran prestigio tanto en el Mundo Mágico, como en el Muggle, y sabía que tenía varios ordenadores en su despacho, los necesitaba porque muchos de sus clientes eran muggles, y según le había dicho en cierta ocasión, saber moverse en Internet era imprescindible si se quería ser alguien en el mundo muggle.

¡Vivir para ver! Draco Malfoy defendiendo muggles ante los tribunales, tenía las dos carreras la mágica y la muggle y trabajaba con ambos. Sólo pensarlo le producía dolor de cabeza, pero Draco parecía feliz, y si él lo estaba Severus no tenía nada que objetar.

—Y bien…—dijo el rubio después de saludarlo afectuosamente, ¿qué te trae por aquí? Porque eres realmente difícil de ver.

Severus paseó apreciativamente su vista por la oficina durante unos instantes, mientras meditaba su respuesta. Su amigo tenía muy buen gusto, algo que siempre había sabido, y su despacho era como una continuación de sí mismo, era elegante con una imagen muy profesional y decorado en tonos suaves, sin estridencias, El escritorio y las estanterías eran de madera oscura, en claro contraste con el parquet de color claro. Varias obras modernas decoraban las paredes, entre ellas estaban enmarcados sus títulos de abogado y sobre su escritorio había una foto de su esposa Astoria y de su hijo Scorpius, tan parecido a él a su edad y que entraba a estudiar en Hogwarts ese mismo año.

—Tengo una pista sobre Harry…

—¿En serio?—El rubio se levantó como impulsado por un resorte de su cómodo asiento al oírlo. Sabía lo que aquello significaba para su amigo. Harry Potter era el amor de su vida, le había echado de su lado por su maldita cabezonería y orgullo aunque no había dejado de buscarlo desde entonces.

—Sí, en serio, quiero que escuches esto…—dijo pasándole el CD en el que había grabado la canción para que la escuchase—lo oí en un programa de la radio muggle que se llama <i>Paisaje de estrellas</i> o algo parecido—explicó—. Lo reconocí al instante, era él… era su voz cantando la canción que hace tanto tiempo me regaló.

—¿Paisaje de Estrellas… dices?— espera un segundo que lo busco en internet, a ver qué nos dice— Draco fue hasta su ordenador de sobremesa y en el buscador puso las palabras mágicas.

—¡Aquí está, lo tengo!, el cantante se llama James Prince, se ha cambiado el nombre… ¡Como para encontrarlo! y según parece, es número uno en todas las listas de éxitos— Draco puso un video con la canción— ¡Vaya! No lo hace nada mal, y es pegadiza además, no me extraña que tenga éxito. Esto… Severus aquí aparece en una foto con una niña pequeña, dice que es su hija y que tiene cuatro años…

Severus palideció tanto que Draco se apresuró a tomarle por el brazo para conducirlo hasta la silla más cercana y ayudarlo a sentarse, enfadado exclamó.

—No ha perdido el tiempo ¿eh? Su pareja tuvo que concebirla poco tiempo después de dejarte a ti ¡Maldito desgraciado!

—¡Te prohíbo que hables así de Harry! ¿Me oyes Draco? Si ha rehecho su vida y al fin tiene la familia que siempre deseó está en su perfecto derecho de hacerlo, fue culpa mía que se fuera, le mentí haciéndole creer que le daría lo que tanto deseaba y no sólo no lo hice sino que le incité a buscar en otro lado lo que yo no pensaba darle nunca. ¿Qué hubieras hecho tú de estar en su lugar Draco?

—Yo no sabía…

—Nadie sabe lo que pasó realmente excepto nosotros porque tampoco creo que Harry lo haya publicado, le conozco.

Draco había vuelto a acercarse al ordenador buscando algo.

—No dice nada de que tenga pareja, sólo que la niña es suya y que se llama Dana, no se la ve la cara, ya sabes que si los padres no quieren no salen en las fotos. Eso es todo lo que dice, siento no poder ayudarte más.

—Ya has hecho bastante y te lo agradezco, ahora tendré que enterarme como puedo localizarlo para hablar con él.

—¿Aún quieres hablar con él después de…?

—Sí Draco, tengo que hablar con él, necesito hacerlo.

—Aún le amas ¿verdad?

Severus no le contestó solo sonrió tristemente y Draco no hizo más preguntas.





oOo





Le había costado un mundo dejar a Severus y a Hogwarts atrás, sobre todo a Severus, pero no podía seguir viviendo más tiempo una mentira. Ya no era el hecho de tener hijos o no, sino que no había sido sincero con él, y lo más doloroso de todo era que le había dicho que buscara lo que tanto deseaba en otra parte porque él no estaba dispuesto a dárselo. Aquello le había matado, siempre había creído que superarían cualquier dificultad porque pensaba que Severus le amaba igual que Harry le amaba a él, pero ahora estaba convencido de que no era así, de que nunca le había amado de la misma manera que él lo había hecho.

Pasó semanas sin apenas salir del cuarto que había alquilado en la primera pensión que encontró en un barrio cualquiera, le daba lo mismo, nada tenía importancia ya para él. Sus ilusiones estaban muertas y él con ellas.

Fueron Hermione y Ron los que le devolvieron a la realidad, sus mejores amigos de siempre, habían acudido en su auxilio cuando supieron lo que había pasado. Por lo visto, se enteraron al aparecerse en su casa como tantas otras veces, Severus no había reforzado las protecciones y entraron al salón de su casa sin mayor problema. Fue el mismo Severus quien les dijo que se había ido, aunque no les explicó el por qué.

Hermione le echó un buen rapapolvo por no haberles avisado, le dijo de todo y le obligó a darse una ducha y cambiarse de ropa, mientras su amigo pelirrojo le observaba serio y con los brazos cruzados. Cuando al fin habló Harry pensó que sería mejor que no lo hubiese hecho.

—Sabía que esto terminaría así, lo que me parece increíble es que hayas aguantado tanto tiempo al lado de ese cretino grasiento.

—¡Ron…!—gritó su mujer, pero era demasiado tarde, Harry se había levantado de la cama como un resorte y enfrentaba al pelirrojo echando chispas por los ojos.

—¡No te atrevas a hablara así de Severus nunca más delante mío Ron!  Si no olvidaré que somos amigos…

—¿Cómo puedes defenderlo después de lo que te ha hecho?—bramó el pelirrojo.

—Porque le amo Ron, y le amaré siempre a pesar de todo. Le amo de la misma forma que tú amas a Hermione ¿lo entiendes ahora? No pienses que por ser hombres es distinto, el sentimiento es el mismo, y no permitiré que ni tú ni nadie lo insulte ¿está claro?

—Lo siento Harry, no soporto verte sufrir, yo…

—Lo sé Ron, no digas nada más…

Los dos amigos se fundieron en un sentido abrazo al que pronto se unió también Hermione y permanecieron un rato así, abrazados los tres. Era algo que hacían desde que se hicieron amigos, era su manera de darse fuerzas y apoyarse los unos en los otros cuando las cosas no le iban bien a alguno de los tres.




oOo





–Dana tu desayuno está listo…vamos perezosa o llegarás tarde al colegio—insistió Harry. Una pequeña niña de pelo castaño y ojos azules apareció sonriente, dos graciosos hoyuelos enmarcaban su linda sonrisa.

—Ya voy papi…

La pequeña de acomodó en su silla y se dispuso a degustar su rico desayuno, mientras Harry la contemplaba complacido. Ella había dado sentido a su vida cuando más lo necesitaba y de la forma más inesperada.

Conoció a su madre de manera totalmente casual, Paula era una chica de apenas dieciocho años de edad que trabajaba para poder pagarse los estudios como tantos otros jóvenes de su edad. Era rumana y no tenía familia en Inglaterra, vivía con otras dos estudiantes con las que compartía piso, Él venía de ensayar con el grupo que había creado recientemente, pensaba dedicarse a la música, era lo que más le gustaba después de la enseñanza, hacía meses que había dejado atrás todo lo que había representado su mundo hasta entonces y ahora tenía fuerzas para comenzar de nuevo desde cero. La vio en la cafetería donde solía ir a desayunar todas las mañanas, a base de coincidir habían empezado a hablar y compartir mesa y se habían hecho amigos. Dana estaba embarazada y sola en el mundo. Era apenas una niña y parecía tan frágil…

—¿Puedo sentarme?—preguntó como tantas otras veces en aquellos dos meses.

—Sí claro, como si estuvieras en tu casa— bromeó con acento extranjero.

—Tienes mala cara ¿te encuentras bien?

La chica negó con la cabeza e hizo un gesto de dolor.

—Tengo mal dia y muchas molestias, el bebé no para quieto un segundo, pero dime… ¿Has compuesta alguna canción nueva hoy?—dijo señalando la guitarra eléctrica que había dejado en una esquina.

—Estoy componiendo una canción para él… para tu bebé...

—¿De veras? Muchas gracias Harry…—dijo emocionada con ojos cristalinos.

De repente soltó un grito y un charco enorme se formó bajo ella… Se miraron asustados.

—Harry… Creo que acabo de romper aguas…—dijo angustiada.

—¿Qué tú qué?—Harry se levantó de su asiento tan deprisa que la silla cayó con gran estrépito al suelo, alertando a todos los presentes.

—Por favor, ayúdame…¡Oh Dios mío, qué dolor…!—gritó de nuevo. Harry no se había visto en otra en su vida, ¡No tenía ni idea de qué hacer! Menos mal que el dueño del establecimiento consciente de la situación llamó a una ambulancia. Los sanitarios la colocaron sobre la camilla y como ella no soltaba la mano de Harry todos dieron por hecho que eran pareja.

Fue un parto duro y doloroso pero cuando pusieron en sus brazos el cuerpecito de la niña, Harry sintió una dicha que no había experimentado nunca, así que… aquel era el milagro de la vida…pensó.  Desde ese mismo instante sintió una ternura especial hacia aquel pequeño ser que tenía en brazos y que succionaba su nudillo con fuerza. Empezó a berrear al darse cuenta que de allí no sacaría nada, dejando muy claro que tenía hambre.

Apareció una enfermera con un biberón y  Harry se extraño…

—Creí que su madre…

—Ella no puede alimentarla, está muy débil y… quiere hablar con usted. La enfermera tomó a la pequeña en brazos y empezó a darle el biberón mientras Harry asustado fue a ver a Paula, con el corazón en la boca.
—Harry—dijo la joven madre con voz débil—hace poco que te conozco pero sé que eres buena persona, por favor cuida de mi hija, procura que la cuide una buena familia. Yo… me muero Harry…no me lo han dicho claramente pero lo sé, no dejo de sangrar y no pueden detener la hemorragia, algo ha salido muy mal…

—¿Qué dices? ¡No puedes hablar en serio…! ¡No vas a morirte…¿Me oyes? Tu hija te necesita, además…tu familia…su padre…

—Mi hija no tiene padre, me violaron Harry—sollozó—, pensé abortar pero no tenía dinero y… soy huérfana Harry, no quiero que Dana, pase por lo mismo que pasé yo, ¡Prométeme que la buscarás una familia buena que la quiera y le de la vida que merece, por favor…Harry!

—Te lo prometo pequeña…cuidaré de ella, te lo prometo—aseguró Harry con el alma encogida mientras gruesos lagrimones corrían por sus mejillas y maldecía interiormente por lo injusta que era la vida.

Paula murió poco después de firmar un documento que Hermione, que era abogada, había preparado en tiempo exprés, en él reconocía a Harry como el padre biológico de la niña y su único familiar vivo. Paula murió contenta con la decisión de Harry. La registró como hija suya al dia siguiente. La niña era un regalo del cielo para Harry, y él intentaría ser el mejor padre posible para Dana.






oOo





Dos semanas después Severus se personó en el plató de los estudios de televisión <i>Heaven</i>, Astoria Malfoy trabajaba allí presentando un programa de variedades y precisamente ese día, James Prince iba a ser entrevistado por ella. Draco le había avisado y se mezcló entre el público asistente muy nervioso. Cuando le vio aparecer su corazón empezó a latir desaforadamente… Era Harry sin duda alguna, con su misma sonrisa y su mismo pelo revuelto pero sin sus gafas, seguro que llevaba lentillas, y vestido de manera muy casual, con vaqueros y una camiseta negra. Llevaba varias pulseras de cuero y colores en una de sus muñecas y una incipiente barba oscurecía su rostro. Estaba más guapo de lo que recordaba y el dolor que sentía por su ausencia se acentuó aún más en su pecho.

La entrevista comenzó y Harry, que ahora se hacía llamar James Prince, se mostró nervioso pero también natural, como él era. Llevaban unos quince minutos de entrevista cuando Astoria le preguntó si creía que el amor dolía. Harry la conocía bien, había estado en varias ocasiones en su casa, Draco Malfoy era su marido y también el mejor amigo de Severus, por eso había accedido a concederle la entrevista. Durante un instante su mirada vagó entre el público hasta qu lo vio, entonces sin despegar los ojos de él contestó a la pregunta que le habían formulado.

—Una vez leí una cita anónima que define muy bien lo que yo pienso acerca de eso. Dicen que el amor duele, pero yo creo que eso no es cierto. La soledad duele, el rechazo duele, perder a alguien que amas duele, la envidia también duele… Todos confunden estas cosas con el amor, pero la realidad es que el amor es la única cosa en este mundo que cubre todo el dolor y hace sentir a alguien maravilloso otra vez. El amor es la única cosa, en este mundo, que no duele…

Severus suspiró emocionado con sus palabras, Harry le sonrió y supo que acababa de darle la oportunidad de hablar, una oportunidad que no pensaba dejar escapar. Le esperó a la salida.

—Hola Harry

—Hola Severus—dijo tendiéndole la mano para saludarle. La estrechó con fuerza y la retuvo más tiempo del necesario, había extrañado tanto su calidez, su contacto… Harry la rescató bastante turbado.

—Creo que quieres hablar conmigo, me lo dijo Astoria.

—Sí, te he buscado todo este tiempo, pero te escondes bien.

—Supongo que lo hago, pero me hiciste mucho daño, no quería que me encontrases Severus.

—Lo sé, cometí tantos errores y lo lamento tanto Harry, pero que al menos me concedas la oportunidad de hablar contigo ya es mucho para mí.

Harry le observó un instante serio, taladrándole con aquellos ojos de un verde imposible que tanto le gustaban y al fin sonrió.

—Ha pasado mucho tiempo Severus, y ahora tengo a alguien muy especial en mi vida que ha sanado todas mis heridas, soy un hombre nuevo gracias a ella.

Severus sentía que el alma se le hacía pedazos con cada palabra de Harry, entonces era verdad tenía alguien con quien compartía su vida. Harry notó su desazón y se apresuró a añadir.

—Se llama Dana tiene cuatro años, y es mi razón para levantarme cada mañana, es mi hija.

—Tu hija…

—Sí es una larga historia… Si quieres vamos a tomar algo tranquilamente y te lo cuento.

—Sí, claro— aceptó, porque haría cualquier cosa por estar más tiempo con él, aunque solo fuese hablando, aunque tuviera que escuchar como concibió a su hija con una mujer tan poco tiempo después de dejarlo. Era hiel amarga para él, pero él también había cambiado y estaba dispuesto a todo por recuperar a Harry, aunque sólo fuera como amigo. Eso era mejor que nada.

Harry activó el mando a distancia para abrir un deportivo rojo que se encontraba aparcado en las cercanías y le invitó a subir.

—¿De verdad conduces este trasto?—no pudo menos que preguntarle Severus.

—Sí, y me encanta además, a Dana le chifla viajar en él, por cierto vamos a recogerla, sale del colegio en diez minutos. ¿No te importa verdad?

No sabía qué decir, estaba que no vivía en él, Harry le hablaba como si le hubiese visto el dia anterior y ahora iba a conocer a su hija. No tenía ni idea de cómo tratar a un niño pequeño, menos aún a uno tan pequeño. No entendía porque Harry le trataba tan bien después de todo lo que había pasado y del tiempo transcurrido, pero tampoco pensaba quejarse… Decir que estaba de los nervios era decir muy poco.

Aparcaron poco después y Harry abrió sus brazos para recibir al pequeño torbellino de pelo castaño que acababa de arrojarse a sus brazos, se llenaron mutuamente de besos y luego, por fin, recuperaron la compostura ¡Gracias a Merlin!  Porque tanto afecto en público le ponía nervioso.

Harry dijo algo a la niña y esta dio unos pasos inseguros hasta plantarse delante de él.

—Hola Severus, papi me ha dicho que te salude—los ojos azules de la pequeña se clavaron en los suyos mientras le tendía la mano. Severus se agachó y la tomó entre las suyas.

—Hola Dana ¿qué más te ha dicho tu papa?

—¿Sobre ti? Muchas cosas y todos los días—aseguró poniendo los ojos en blanco— siempre me habla de ti, sé quién eres porque tiene una foto tuya en su mesita de noche.

—¿De verdad?—exclamó sin poder evitarlo mientras buscaba a Harry con la mirada, pero éste estaba rojo como un tomate, la pequeña le había puesto en una situación muy embarazosa y Severus estaba disfrutando con ello, por primera vez desde que había encontrado a Harry.

—¡Ejem…creo que…será mejor que nos vayamos!—dijo Harry.

—Sí, vámonos y sigue contándome cosas de tu papi Dana— insistió Severus con sorna, sin soltar la mano de la niña que encantada no paraba de hablar de su papi, aquello prometía ser muy divertido.

Harry por su parte sólo quería cavar un hoyo muy profundo y enterrarse en él para siempre, tenía que hablar seriamente con Dana respecto a contarle cosas privadas a los desconocidos, especialmente a Severus Snape. La cara y las orejas le ardían de vergüenza pero su ex pareja parecía disfrutarlo. Sus carcajadas ante lo que le decía Dana así lo evidenciaban. Nunca hubiese creído que precisamente él podría interactuar así con un niño, pero es que su hija era una niña  especial.

Fue el primer encuentro de muchos, Harry no se lo puso fácil, pero Severus no dejó de intentar recuperarle. Dana tuvo mucho que ver en su reconciliación, la niña se convirtió en una aliada formidable para Severus en sus intentos de conquista y ablandó en corazón de su padre.

Jamás hubiese imaginado que podría llegar a querer tanto a una niña que no era nada suyo, pero lo cierto es que la adoraba. Aquella pequeña se había colado en su corazón sin permiso y había ocupado un espacio muy importante en él para siempre, independientemente de lo que sucediera con su padre. Dana Potter estaba oficialmente adoptada por el corazón de Severus para el resto de su vida.

Habían pasado seis meses desde su reencuentro cuando Harry le invitó por primera vez a su casa. Severus estaba nervioso y el hombre que amaba parecía tan nervioso como él. Cenaron una cena exquisita que el mismo Harry había preparado. Era tarde por lo que Dana llevaba ya horas acostada. Estaban solos.

Cuando acabaron de cenar se sentó en el sofá mientras Harry servía las bebidas, se acomodó a su lado y brindaron por el futuro. Se hizo el silencio entre ambos, un silencio incómodo que Severus fue el primero en romper.

—Quiero que lo intentemos de nuevo Harry… No, por favor te ruego que no me interrumpas hasta que termine de decirte lo que quiero, sino no sería capaz de hacerlo y es importante para mí.

Harry asintió en silencio.

—Tú tenías razón en muchas cosas en las que yo estaba equivocado Harry, ahora lo veo claro, pero no te digo esto por decir sino porque tu hija me ha conquistado. No me gustan los niños, sigo pensando que son cansinos, pesados, molestos y no sé cuantas cosas más. Pero Dana es especial supongo que porque es tu hija, quiero que seamos  pareja de nuevo Harry, y quiero que tengamos más hijos, adoptaremos los que tú quieras, porque ahora sé que tenía razón y que serán maravillosos por el simple hecho de ser nuestros.

Harry le besó emocionado, ¡ya no aguantaba más! y Severus le correspondió con toda su alma, se llenaron de besos y ansiosas caricias, ¡Se habían extrañado tanto…!

Habían sufrido mucho para llegar al punto donde ahora se encontraban, pero la angustia quedaba atrás para siempre, y Harry ahora estaba seguro de que el futuro se presentaba maravilloso junto a Severus, Dana, y… su futura familia.



FIN




La canción es de Ismael serrano, un cantautor que me encanta y la respuesta sobre si el amor duele que da Harry en la entrevista no es mía, la saqué de un post anónimo en face que subió mi amiga Cuqui, y que me venía muy bien para lo que tenía pensado.


Última edición por gabrielle62 el Sáb Jun 21, 2014 6:17 pm, editado 2 veces
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Cuqui.




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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeSáb Jun 21, 2014 5:43 pm

tevi  laola 

¡¡Precioso!! Ha sido un rato maravilloso leerlo, me ha encantado, todo todo.
Un abrazo, linda!!!  palms 
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gabrielle62

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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeSáb Jun 21, 2014 6:12 pm

Muchísimas gracias a ti, por inspirarme y por leer preciosa, tú si que eres maja xD flower 
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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeDom Jun 22, 2014 3:30 pm

El fic ha sido muy lindo, Sev se portó muy mal con Harry al principio ¬¬
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gabrielle62

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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeDom Jun 22, 2014 4:01 pm

Hola meryneko, sí Severus en esta historia es obstinado y egoísta pero así le queremos y ya ves...Y al final reconoce que estaba equivocado xD
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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeLun Jun 23, 2014 7:34 pm

Te voy a repetir lo que puse en SH, que fue muy largo  sarcastic sarcastic 

Una historia muy hermosa, que además plantea una interesante reflexión: No siempre los deseos de las personas que forman una pareja tienen por qué ser los mismos. Lo importante es que puedan sentarse a hablar y llegar a acuerdos. Es triste que a Sev le costara 5 años entenderlo, y creo que Harry no estaba tan enfadado porque en parte también comprendió lo que sentía Severus 5 años atrás. Pero Dana es un dulce capaz de conquistar el corazón más duro, y el de Sev ya estaba bastante blandito por la separación, jaja.

Besitos, cariño
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Mahozahamy Arisugawa
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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeMar Jun 24, 2014 10:40 am


Maravillosa historia como siempre, Gabrielle. Perfecta.  bravo 

Severus ha sido un obstinado al principio, que pena que le costara la separación para enteder que estaba equivocado. Me ha dolido mucho lo que le pasó a la mamá de Dana. Pero que maravilloso que haya podido tener una familia junto a Harry y Sev. Increíble de principio a fin. Me encantó.
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Helen Black P
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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitimeLun Jul 07, 2014 4:29 pm

muy linda historia, la niña es un encanto, no me sorprende que se ganara el corazón de Severus, y me alegra que se den una nueva oportunidad Very Happy
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MensajeTema: Re: No pediré perdón por amarte   No pediré perdón por amarte I_icon_minitime

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No pediré perdón por amarte
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