Memorias de un adolescente por dealizardi
Resumen: La verdad sobre una noche de esas desastrosas clases de oclumancia.
Reto: Ponle fic a la pic.
Categorías: Libros, Harry Potter Personajes: Harry Potter, Severus Snape
Géneros: Fantasia, Romance
Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor
Desafíos: Ninguno
Series: Ninguno
Capítulos: 1 Completo: Sí Palabras: 3068 Lecturas: 1310 Publicado: 10/03/13 Actualizado: 10/03/13
1. Memorias de un adolescente por dealizardi
MEMORIAS DE UN ADOLESCENTE
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By: Dealizardi
Reto: Oesed
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La verdad
~~o0o~~ S&H ~~o0o~~
Fanfic respondiendo al Reto del fansub Oesed, basado en la siguiente imagen de Yukikpon
http://www15.mediafire.com/convkey/e9ac/1jlkg8yk48de024fg.jpg Aún recuerdo aquellos días en los que vagaba por el pasillo, envuelto en la oscuridad. Rompiendo mil reglas, pero ser sorprendido poco importaba, al principio siempre tenía pretextos. Siempre era por una u otra razón, al final carecía de importancia. Comparado con el sin fin de cosas que sucedían a nuestro alrededor, alrededor del castillo y de las dos únicas almas que aparentemente estaban confinadas a ese lugar.
El mundo no puede ser mejor, incluso después de que la guerra termino y tal vez estoy siendo aburrido al respecto, la guerra termino hace tantos años, que tal vez ya nadie recuerda a ese chico travieso que rondaba por los pasillos, tal vez ya nadie recuerda a ese profesor severo y nauseabundamente tétrico. Nadie recuerda ese libro de pociones que fue destruido por las llamas del infierno. Nadie recuerda ya a aquel ente que amenazo a la comunidad mágica… Como ese hubo muchos otros más que siguieron sus pasos, pero incluso eso carecía de importancia. Ya nadie recuerda a los grandes héroes de la guerra, de aquella guerra. Todo mundo vive en el hoy y el pasado es olvidado; pero aun así yo quisiera narrarles mi historia, (...)
(...) contarles mis memorias...
Aquella época oscura, donde todo parecía marchito, se encontraban varias almas en pena, pero esto sucedió cuando aún parecía que había una relativa paz. Mis recuerdos están un poco borrosos.
Hermione escribió algunos libros sobre mí, en el mundo muggle. Cambiándoles un poco las fechas y la época. Los hizo después de que yo me había ido.
Aun así como todo escritor decidió dejar algo para sí mismo, no conto la historia tal cual la vivimos.
Para narrarla es necesario volver al lugar donde empezó todo. Más precisamente en las clases de oclumancia, o las desastrosas clases de oclumancia, como todos ustedes las conocen.
Ahí el profesor Snape y yo, discutimos, peleamos, nos enfrentamos, nos odiamos. Pero también fue donde nos conocimos y donde nos dimos una oportunidad. Que tal vez realmente haya sido totalmente insignificante, pero incluso esa pequeña diferencia cambio todo. Hermione solo planteo lo más elemental en un libro que se lee en siete días. Y tal vez nunca nadie logre escribir y describir absolutamente cada vivencia de cada día de siete años de vida al menos. Aunque ella hizo un excelente trabajo, eso nunca lo negare.
Pero lo más importante para mí, fue algo que no estuvo escrito y que ni siquiera yo me atrevería a hacerlo. Lo mejor de la vida es imposible describirlo a otro idioma que no sean las sensaciones.
*****H&S*****
Clases de oclumancia.
—Harry no puede ser tan malo. Deberías de calmarte. —Decía de forma conciliadora y sensata su mejor amiga. Ante la cara de sufrimiento que había puesto Harry.
—Eso lo dices tan tranquilamente, ¡claro como no fuiste tú! —Gimió ante el recuerdo —Y nunca serás tú a quien Snape quiere matar.
—Harry tranquilízate, es lo único que puedo decirte, además si hablas con el profesor Snape, seguramente una disculpa lo arreglara todo. —Harry la miro como si fuera un fantasma, le parecía increíble que ella aun pensara así. Pero pronto aparto su vista de ella, al darse cuenta que ahí mismo estaba Ron tratando de no parecer tan azul. Tal vez respirar le serviría a su tono de piel. Para cuando hablo su voz parecía un susurro.
—Si Hermione, que hable y después recogemos lo queda de nuestro amigo. —Finalizo Ron con tono despectivo y sarcástico, algo que no se le daba muy bien. Pero Harry creía que el hecho de estar tan cerca de Snape ya los había afectado.
Sus reflexiones pronto fueron interrumpidas. Hermione se había levantado sin mucho ánimo, después de todo, las cosas entre Ron y ella aún estaban muy frágiles. Y Ron no sería de mucha ayuda ante el dilema que se predicaba Harry. Abatido decidió asistir nuevamente a las clases de oclumancia con la esperanza de que pudiera cerrar su mente o al menos estar un poco más cerca del hombre que más admiraba.
****H&S****
Las clases no continuaron, Snape dio por perdido el tiempo, pero considero que no lo podía dejar a su suerte. Considerando el hecho de que todos querían su cabeza.
Dejaron de ser clases de oclumancia para ser de defensa, o más bien de ataque. Considerando el cambio Harry era bastante mejor en este ámbito. Se daba bastante bien la mayoría de los encantamientos, considerando que su magia parecía tener la habilidad de consentir todo lo que Harry pidiera.
Snape en un principio creía que solo era suerte. Con el transcurso de los meses considero que era momento de avanzar al siguiente nivel. Con magia sin varita. Harry ya controlaba casi todos los hechizos que sabía de manera no verbal. Pero aun las cosas parecieron complicárseles un poco más. El hecho de que Harry le costara más trabajo dirigir su magia al punto exacto y usarla para convertirla en el truco deseado. Parecía algo realmente complicado. Por lo tanto Snape llegó a la conclusión de que el verdadero problema era que Harry no quería usar la cabeza. He de ahí los problemas con la oclumancia.
Snape ya había tenido suficiente de oclumancia con un alumno tan inepto como lo era Harry. Y cabe destacar que no había tenido una muy grata vivencia con la legeremancia. Sintiéndose bastante desnudo al respecto. Seguramente el chico sería un gran legeremens por el gran poder que tenía sobre los demás.
Hasta ese momento Snape no se había percatado de la gran dependencia que había desarrollado sobre Harry. Solo buscaba la forma de pasar más tiempo a su lado, lo observaba igual o más tiempo que antes, si es que eso era posible. En todos lados, no soportaba siquiera que este desapareciera de su campo de visión. Un rastreador no hubiera sido una opción, podía ser tan contraproducente como lo era el mapa del merodeador.
—Señor Potter, veo que sigue tan inepto como de costumbre.
—Esto no sería así, sí usted fuera más considerado al respecto, ¡le pedí que parara!
—Será mejor que cuide sus palabras, no vaya a ser que se presten para malos entendido.
—¿Pero de que jodido está hablando?—preguntó Harry ausente del doble sentido que insinuaban sus frases.
—Usted lo acaba de decir, habló de joder. Sería interesante no parar la próxima vez. —Cabe destacar que Harry enrojeció ante lo dicho. No precisamente por el trasfondo de los hechos. Si no precisamente por la persona que los decía.
A partir de ese momento cada vez que se encontraba con su profesor de pociones, no podía evitar rememorar esas mismas frases, dichas en ese mismo tono. Y el hecho de rememorar las experiencias en cada clase de oclumancia en las cuáles su mente se vio penetrada una y otra vez empezaba a tornarse enfermo.
Termino siendo una tortura que ninguno parecía querer negar y ambos deseaban terminar con ella. Era difícil saber quién de los dos cedería primero.
***H&S***
Una noche mientras se llevaba a cabo el entrenamiento, iniciaron una discusión a raíz de lo de siempre, la ineptitud de Harry para algunas cosas, este, a su vez hace tiempo que ya no se quedaba callado y siempre contratacaba, colmando la poca paciencia que tenía su profesor de pociones y ahora entrenador.
Terminantemente no podían seguir así. Snape siendo el más adulto, maduro y astuto de los dos hizo gala de su eficacia, al respecto, inutilizando a Harry en solo unos instantes lo dejo a su completa disposición.
Lo arrincono en una esquina, aunque Snape siempre disfrutaba de aterrorizar a los alumnos, el hecho de dominar al niño que vivió, era sumamente placentero. En esos momentos el chico no solo luchaba contra Snape para liberarse sino también consigo mismo, indeciso entre restregarse contra Snape o maldecirle por tal muestra de invasión y desdén.
Al final Snape decidió reclamarlo como suyo haciéndole callar los insultos proveniente de esa filosa boca. La lengua ingreso forzadamente, pero tampoco es que Harry opusiera mucha resistencia dejándose guiar rápidamente.
Snape noto esto, obvio que al ver la participación de Harry en el beso no iba a desaprovechar la situación. Pronto Harry se vio estampado contra la gran puerta de madera, se dejaba hacer, las manos de Snape lo tocaban por sobre la ropa de forma lasciva sin dejar un solo lugar sin ser tocado, sin ser manoseado, era algo enfermizo y desagradable, o al menos eso es lo que debería de pensar el mismo Harry, ser manoseado por otro hombre, por un hombre que lo odiaba, su toque no era para nada tierno ni amoroso, era más bien como si él fuera su puta del momento… Aun así no se sintió ofendido. Porque eso era algo que deseaba quien sabe desde cuándo y sin darse cuenta.
Por lo visto ambos creyeron que había demasiada ropa, solo habían pasado unos segundos y ya se restregaban queriendo terminar, eso no iba a durar mucho. Harry por ser su primera vez y Snape por tener tanto tiempo sin tener un desfogue carnal y mucho menos con alguien tan apetecible como lo era ese chico, la capa se deslizaba por un costado, mientras una de sus manos tomaba el bulto sobre la ropa y en parte era incomodo, en parte una tortura llena de placer. Pronto bajo el cierre para sacar esa carne y devorarla, pero sabía que sí lo hacía el chico se correría antes de tiempo. No mejor no. Lo mejor era joderlo y así lo hizo, bajó sus pantalones, Harry se quitó como pudo los zapatos mientras Snape le desabrochaba los botones de la camisa.
Para que negarlo eso era un morbo, viendo la protuberancia que se formaba con la tela en la entrepierna de su profesor, toco, manoseo y al fin se decidió a masturbar dentro de la tela, hasta que ya no lo dejaron más, Snape no era joven y sabía que no había una segunda oportunidad al menos no en unas horas. Y si la había se sentiría muy cansado.
Besó el cuello, mordió los pezones, amo su boca, lamio cada centímetro de esa piel moreno claro. Pero lo más exquisito de todo era escuchar esos ruidos que lo avergonzaban y le dejaba un tono rosa en las mejillas y una respiración agitada. Mientras besaba y lamia introducía sus dedos, lentamente primero uno y después varios, a la vez trataba de contenerse. Pronto sus dedos fueron sustituidos por su pene que fue masturbado y ahora se alzaba majestuoso, duro y goteante, totalmente erecto. Snape llamó con accio una poción que podría servir como Lubricante, ya que no era irritante, era resbaladiza y serviría para el dolor.
Se detuvo, Harry lo miro a los ojos retándolo a proseguir. Pero falló totalmente al tener sus mejillas teñidas de rosa.
—Mocoso impertinente. —Harry iba a protestar, cuándo el falo empezó a ingresar en él, Snape subió sus piernas a la altura de la cintura para tener un mejor y menos doloroso acceso.
Harry jadeaba, trataba de controlar las punzadas que sentía, no lloro, había sentido cosas mucho más dolorosas, todo el tiempo miró a Snape con desprecio y Snape mantenía una sonrisa cínica, era desprecio, era solo una follada, ninguno sabía lo que realmente pasaba por la cabeza del otro. No sabían que el opuesto anhelaba esto de la misma manera. Y no era por satisfacción, humillación o burla. Tal vez el sonrojo y la aceptación de esa situación era más que suficiente.
Ahora Snape entraba y salía de manera rápida, Harry se abrazaba y en momentos se le cortaba la respiración de las sensaciones que tenía, el sexo era bueno, endemoniadamente bueno. Snape no huía cada vez que Harry lo besaba, no hubo palabras bonitas, no hubo mimos, solo fue sexo, aunque para ninguno de ellos realmente fue solo sexo, eso era lo que creían que creía el otro.
Llegó un momento en el cual las sensaciones los abrumaron. Snape apretaba su cadera dejando marcados sus dedos, mientras Harry llegó a arañar la espalda de su profesor ,sin darse cuenta, también trataba de sostenerse de la pared, Snape lo masturbaba veloz, era demasiado, él nunca había sentido las manos de alguien más sobre sí mismo, no de esa forma, mucho menos de un hombre.
—Profesor. — Murmuro cuando se sentía llegar. Después eso solo vinieron jadeos ahogados, mientras su semen manchaba el pecho de Snape.
Pero Snape no se detuvo, siguió embistiendo unos instantes más, hasta que con una última estocada se derramo dentro de Harry mientras gruñía en su oído, para después derrumbarse. Harry resbalo por la pared, sonrojándose fuertemente al ver el pene de Snape aun dentro de él y escurriendo el semen desde su interior, su mirada se fue enfocando en los músculos manchados de semen, para después ver esos pezones erectos que se ocultaban tras la camisa desabrochada y la gabardina negra, todo el cuerpo del profesor era de piel blanca, hermosa, pensó que si blanca nieves fuera hombre, sería de cabello tan negro como el del profesor y la piel tan blanca y tersa igual. Noto que Snape lo miraba fijamente, era hambrienta como si de un lobo se tratara, fija como la de una serpiente.
Snape se retiró lentamente, hasta que su pene quedo totalmente fuera, y Harry de forma inesperada jadeo ante el movimiento. No había sangre, no lo había lastimado, no era una mujercita como para esperar ver sangre, aun así ardía, y se sentía vacío no solo ahí sino también en su corazón, eso no se volvería a repetir, se preparó para ser corrido del salón. Pero entonces sintió que era abrazado y cargado hasta el dormitorio, hasta entonces noto que sentía sus piernas temblar, imposible ponerse en pie, había gastado más energía de la que creyó, y sus piernas y brazos se sentían adoloridos, como si hubiera hecho ejercicio durante horas sin parar. En eso sintió un hechizo de limpieza, ahora estaba fresco.
—Potter, estoy cansado, no esperé que lo bañe, solo quiero dormir y estoy seguro que usted también agradecerá dormir.
Sin más acostó a Harry en su cama con doseles y lo cubrió con el cobertor, acostándose a su lado, dándole la espalda. Snape solo se había quitado la gabardina. Harry solo traía su camisa y calcetines, tenía frío, las mazmorras eran mucho más frías que la torre. Antes de caer rendido sintió como unos brazos lo rodeaban pero tal vez también era solo un sueño.
Tal vez no sería tan malo si le dijera a Snape que lo amaba, pero ahora sabía que mientras pensaba eso si estaba soñando, tal vez se lo dría cuando despertará, no quería que después confundiera todo con sus dulces sueños.
*****H&S*****
Harry despertó, miró el reloj en el buró, marcaban las diez de la mañana que lo hizo despertar tan tarde, aunque ese día era domingo, desde hace mucho que no dormía tanto, la puerta se abrió de golpe, dando paso a Snape, este se acercó con paso firme.
—¿Ahora porque estas molesto? —Pregunto Harry no muy convencido de querer saber la respuesta.
—Esa maldita amiga tuya, no sé cómo consiguió el permiso del mundo mágico para publicar esos libros. Ahora están encantados con que hagan películas tuyas, esto es absurdo y… desagradable.
—No puede ser tan malo.
—Sabías que me matan en el último libro. —Harry se sonrojo al escuchar eso, si lo sabía, pero no tenía nada de malo, después de todo el mundo mágico siempre deseo que él escogiera a una persona más agradable y manipulable, en lugar de al oscuro hombre con el cuál compartía su vida.
—Lo sabía, creo que Hermione se dejó influenciar un poco de Ginny.
—¡Esas malditas mocosas me van a escuchar! —Pero Harry lo detuvo a tiempo.
—Vamos profesor— susurro en su oído —no importa lo que ellas deseen, deja que se cumplan sus sueños en unos libros, todos tienen derecho a escribir su propia versión de la historia, además tú tienes al real, no me tiene Ginny, ni nadie más que tú.
—Por esta vez se los pasare, además que él actor que pusieron en mi papel es bastante guapo. Y déjame decirte que solo porque ese Daniel Radcliffe tiene los ojos azules y no verdes podría jurar que me enamoraría de él.
—¡Severus Snape! ¡Eso sí que no, por mucho que se haga pasar por mí, no permitiré que digas que él es guapo!
Snape solo lo beso devolviéndolo a la cama. Hermione lo conocía, así que ella decidió quien se parecía a quien. Lástima que muchos realmente murieron, mientras que otros que Hermione mato en sus libros no. Como Ron, el padre de su pequeña. Pero eso es otra historia.
Ninguno de ellos seguía siendo un niño, pero ese era su juego. Vivir en un mundo de magia.
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