Título: Nunca es demasiado tarde para...
Autor: Lady chibineko (Miembro de la Orden Sirusiana y alumna de Hufflepuf en Media Noche en la Torre de Astronomía)
Disclaimer: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a la serie de novelas de Harry Potter son propiedad exclusiva de su autora J.K.Rowling y de la Warner Bros. Yo solo escribo sin fines de lucro y por diversión.
Advertencias: Este es un fanfic del tipo slash, lo que quiere decir relaciones chico-chico; si no es de agrado este tipo de lectura, por favor no sigan. Además pongo de manifiesto que aquí solo se toma hasta el quinto libro como referencia para los sucesos acontecidos, el sexto libro no tiene ninguna relevancia en esta historia y mucho menos el septimo. Y la principal, este es un fic con M-preg, si no es de su agrado este tipo de historias de nuevo, por favor no sigan.
Anuncio: Este One-shot ha sido hecho como respuesta al reto impuesto por el Día del Padre por parte de la Mazmorra del Snarry: "Nunca es tarde para un padre" a subirse el 30 de junio del 2011 y más específicamente agradeciendo la invitación de Araleh Snape, una de mis mejores vecinas en los dos juegos que llevo en Facebook, así que se lo dedico a ella y a su pet Snarryto en especial, y por supuesto a tod@s los fans de esta pareja con mención honorífica para la gente de la Mazmorra.
Y ahora al fic...
Severus suspiró sintiendo que una vez más, como otras tantas a través de esos últimos casi 8 años, que había cedido con demasiada facilidad y sin embargo una vez más aquello solo envió una oleada de felicidad a través de todo su ser.
- "Pero vas a cuidarlo tu, así que más te vale ir aprendiendo como. Yo no pienso mover ni un solo dedo para atender a este pulgoso."- replicó sin embargo, tratando así de mantener un poco del ya inexistente orgullo Snape, por lo menos inexistente para con la persona a su lado; y sobre todo teniendo en cuanta que el saco de pulgas en cuestión estaba siendo llevado en brazos por el mago de negras túnicas que se suponía no iba a mover un dedo.
La otra persona pareció meditarlo un momento y pronto respondió con una frase que llevó a Snape en un viaje de recuerdos directo a cuando todo el gran cambio empezó.
- "Bueno, no creo que sea muy tarde para saber como ser un papi."- dijo aquella persona y sus memorias lo llevaron a aquel momento, casi 8 años atrás donde una frase similar pasó por su mente.
*Nunca es demasiado tarde para aprender como ser un padre.* se había dicho a si mismo en aquella ocasión.
***Flash Back, unos 8 años atrás***Corría el año escolar del 2001 y era una tarde fría de Noviembre de un día martes para ser más exactos, cuando su vida cambió y giró hasta encontrarse patas arriba por culpa del joven hombre sentado en la silla frente a su escritorio y que en aquellos momentos lo miraba con los ojos un tanto apagados...
No, en realidad no había sido ese 20 de Noviembre el día real del cambio... se había dado un poco antes ¿3 semanas antes tal vez?, en el baile de Halloween de ese año... No, si iba a ser sincero consigo mismo debía de admitir que el terreno para dicho cambio en su vida empezó a labrarse junto con el año escolar, el 1 de Septiembre del 2001, cuando al viejo director, Albus Dumbledore, se le ocurrió dar una noticia del último minuto al tiempo que aquel mismo joven hombre entraba, tarde para la ceremonia del sombrero seleccionador, por las puertas del gran comedor.
- "¡Oh! Casi lo olvido."- había de pronto interrumpido el director su discurso para antes de empezar el gran banquete de bienvenida, con los ojos brillándole de tal manera que a Severus le dió muy mala espina- "Tenemos un último anuncio antes de iniciar con la comida; este año contamos con un nuevo elemento en el cuerpo docente. Como muchos de ustedes habrán notado, el profesor Thompkins de Estudios Muggles no se encuentra presente, desafortunadamente para nosotros no podrá seguir acompañándonos desde el presente año dado que ganó la lotería Muggle y decidió mudarse al Caribe junto a su familia; sin embargo debo de anunciar con agrado que encontré al reemplazo perfecto."- agregó justo al momento que las puertas hacían amago de ser abiertas- "Demos una calurosa bienvenida a nuestro nuevo profesor de Estudios Muggles, el profesor Harry Potter."- terminó su anuncio en medio del mar de murmullos que ya se daba entre los alumnos, al tiempo que el nuevo profesor, más despeinado que nunca, terminaba de hacer su entrada.
- "Siento el retraso profesor Dumbledore..."- dijo cansado al llegar frente a Albus, mientras ignoraba olímpicamente la multitud de sorprendidas miradas sobre él y se terminaba de sacar los googles del rostro para reemplazarlos por sus anteojos- "Pero la moto voladora se me malogró casi a mitad de camino y apenas conseguí hacerla arrancar hace un par de horas."- suspiró lentamente agotado, recién ahora más de uno notaba su rostro y manos manchados de grasa de motor- "¿De que me perdí?."
- "Me temo que del sorteo de los estudiantes a sus respectivas casas mi muchacho, pero eso es algo que ya no se puede remediar. Sin embargo llegas a tiempo para el banquete y bajo las circunstancias podría atreverme a asegurar que es una buena noticia para ti."
Potter esbozó entonces una sonrisa que Snape nunca le había visto esbozar antes, una de esas de 200 watts que son capaces de iluminar hasta los lugares más oscuros y que mando un extraño escalofrío a su cuerpo, sin embargo el profesor de Pociones no tuvo tiempo de descifrar el significado de aquello, puesto que al segundo siguiente el chico era casi aplastado en el asfixiante abrazo de quien impartiese desde hacia dos años ya y estaba a punto de iniciar el tercero como profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, ni más ni menos que el héroe de guerra, el único licántropo admirado por alumnos y también por padres, Remus Lupin.
- "¡Harry! No puedo creerlo, no sabía que ibas a venir ¡Sirius no me dijo nada!. Espérate a que lo vea el fin de semana ¡Lo voy a matar!."
El más joven solo sonrió ante aquel despliegue de afecto por parte del hombre lobo y tomando un tanto de aire mientras se deshacía del abrazo, respondió jovial.
- "También me alegra verte Remus. Y si Sirius no te dijo nada fue porque no lo sabe aún... ¿Sorpresa?."
Oh si, definitivamente fue una sorpresa sin duda y pronto todos los demás profesores estaban haciendo cola para saludar al recién llegado, entre los primeros Hagrid, McGonagall, Sprout y Pomfrey, eso sin contar al director que casi parecía flotar en una nube de lo satisfecho que se veía; todo eso en tanto que Snape se quedaba en su sitio evaluando los últimos acontecimientos.
En primer lugar había reaparecido el joven héroe del mundo mágico, el cual se habia autoexiliado de la sociedad luego de derrotar al Sr. Tenebroso a finales de su séptimo año de colegio y tras acabar las clases y recibir su diploma el chico simplemente se hizo humo. Snape imaginó que presumiblemente se había perdido en algún lugar del mundo muggle deseoso de algo de privacidad, con pocas posibilidades de volver a verlo.
Y sin embargo, casi 3 años después reaparecía en el mundo mágico de la nada, en medio de un mar de sonrisas, ni más ni menos que en Hogwarts y para tomar el mando de un curso... Estudios Muggles de entre todos. No como auror, no como experto en DCAO, no en algún trabajo que le permitiese hacer despliegue de todo ese potencial mágico demostrado durante su último año en Hogwarts sino para enseñar Estudios Muggles. Eso ni siquiera le daria a Snape la oportunidad de hacerle algún desplante al chico por 'robarle' el puesto de DCAO que a su parecer era uno mucho más propicio para el joven pero poderoso mago... al parecer Lupin iba a ocupar ese puesto por mucho tiempo más.
Bien, tal vez tan solo terminase por ignorar a Potter a partir de ese momento, seria lo más sano después de todo a su manera de ver las cosas.
... pero como siempre cuando se refería a Potter, las cosas a Snape nunca le salían como habían sido planeadas.
Terminaba ya el mes de Septiembre para cuando los profesores de Hogwarts tenían por lo general su primera reunión del año con los padres de familia en relación con el desempeño de sus hijos, siendo esta reunión obligatoria para los padres de los alumnos del primer año y de aquellos alumnos con algún que otro problema y optativa para los padres del resto de los alumnos entre el 2do y 7mo año; y estas reuniones justo se habían llevado a cabo ese último sábado de septiembre y gracias a Merlín que ya estaban acabando. Sin duda ese era el día más aborrecido por el profesor de Pociones por más de un aspecto, que iba desde el hecho de tener que tratar con antiguos alumnos problema que para entonces eran padres problema hasta tener que soportar a los jóvenes y no tan jóvenes padres Slytherin exigiendo más que pidiendo que beneficie a sus retoños por sobre los de las otras casas.
Y justo en esos momentos se encontraba en la última reunión del día, con el padre de, justamente, un Slytherin de primer año, quien a su vez también fuese un Slytherin en su época de estudiante y sin embargo a diferencia de los otros, Edward Seastars no parecía interesado en que su hijo Joshua ganase favores extras por vestir la túnica verde, aunque Snape no se sorprendía. Era sabido que luego de que su esposa muriese 3 años atrás en medio de la guerra justo 4 meses antes de la batalla final, el hombre había cambiado bastante al punto de dejar de lado casi todo para volcar su atención completa en su pequeño hijo, vivo de milagro o más bien dicho por obra y gracia de un, entonces, joven Harry Potter quien por aquellas épocas salvó a más gente de la que cualquiera pudiese contar.
- "Entonces Joshua lo está haciendo bien en Pociones también. Es bueno saberlo profesor."- fue el comentario de Seastars tras ver las notas de su hijo hasta el momento.
- "Bien si, aunque estoy seguro de que lo hará mejor. Es un muchacho con aptitudes positivas para Pociones."
- "Lo habrá heredado de su madre, Alice era una genio para Pociones."- comentó el hombre un poco nostálgico y Snape tan solo asintió decidiendo no ahondar más en el tema, aunque sin duda él recordaba a la madre del niño como, efectivamente, una joven prometedora en Pociones.
Finalmente ambos hombres se pusieron de pie, el más joven argumentando que irìa en busca de su hijo y el profesor Snape se ofreció a acompañarlo más que nada para poder estirar las piernas y tomar un poco de aire. Ambos salieron del despacho del profesor en las mazmorras cuando pronto se encontraron con una escena que Snape, para su completo horror, había presenciado con frecuencia desde esa mañana cada vez que había salido por un respiro tras alguna reunión especialmente enervante. Una jovencita de primer año perteneciente a la casa de las serpientes le exigía a sus padres que la dejasen inscribirse en la clase de Estudios Muggles mientras zarandeaba en una mano el pergamino que exigía la firma de los mismos para dicha causa, todo eso para completo azoro de aquellos dos pura sangre por lo que recordaba Snape, y por lo visto estaba a punto de conseguirlo.
Y es que si, si Lupin era admirado y respetado por su desempeño como profesor de DCAO en Hogwarts, muy aparte de su titulo de héroe de guerra claro está, tras dos años de magnifica labor; en el mes que llevaba Potter como profesor de Estudios Muggles se había ganado los corazones de todos sus alumnos, en especial de los más jovencitos, ganándose el título del 'más querido' por estos. Oh! es que el sr. Potter había llegado con ideas revolucionarias para su curso y aunque con los alumnos de 2do a 7mo continuaba los lineamientos del antiguo profesor, con los de 1ro había instaurado su propia curricula, eso si con apoyo de Dumbledore, y sus clases se habían hecho tan populares que hasta los pequeños Slytherin no matriculados en esa clase iban de todas maneras, al igual que el resto de alumnitos de primer año, lo cual había llevado a que ese día en particular los 8 Slytherin no matriculados buscasen entrar formalmente a la clase como fuese, ya que los alumnos no matriculados de las otras casas habían conseguido los permisos vía lechuza dentro de las dos primeras semanas de clases.
Snape giró su vista hacia el sr. Seastars cuyo hijo era el único Slytherin matriculado en Estudios Muggles desde un principio y suspiró. Sabía cual había sido el motivo para que dicho suceso se diese, el niño le había respondido a su jefe de casa que su papá le había dicho que en caso se diese alguna complicación en el futuro y ambos tuviesen que irse al mundo muggle, por lo menos uno de los dos tendría que saber que hacer para sobrevivir. En serio Edward Seastars se había llevado un golpe difícil de superar tras la muerte de su esposa, pero una vez más prefirió no dar su opinión a quien no la pedía.
- "¿Seguimos?."- preguntó esperando pasar de la escena llevándose a cabo frente a él.
Ambos estaban a punto de continuar cuando otro pequeño Sly llego corriendo para llamar a su compañera, soltando de pronto la extraña frase.
- "¡Ya vamos a ir al abordaje! ¡Apúrate!."- tras lo cual la niña usó todas sus armas viperinas para conseguir esa petición firmada como por 'arte de magia', tras lo cual se fue corriendo feliz de la vida sin siquiera despedirse de sus padres, quienes tenian un aire abatido bastante marcado en sus rostros.
Finalmente Snape y el joven padre de familia salieron de las mazmorras y se encaminaron hacia el patio, donde presumiblemente se encontraba el niño, cuando un ruido proveniente de los jardines los hizo girar la vista hacia los grandes ventanales, encontrándose con algo insólito a través de estos.
Allí estaban todos los alumnos de 1er año y se hace hincapié en el TODOS los 37 alumnos que habían ingresado ese año a Hogwarts, en lo que parecía ser un juego de piratas con Potter en medio de ellos y casi todo el resto del colegio como público espectador. Chillaban y corrían y reían por todos lados, portando sus varitas a manera de espadas y pañoletas o sombreros de papel en sus cabezas. Potter usaba ambas cosas haciéndolo ver increíblemente infantil, en especial cuando se ponía una y otra vez en una cierta pose medio heroica medio cómica con el brazo derecho extendido hacia arriba con el dedo índice señalando hacia el cielo y el brazo izquierdo doblado hacia abajo con la mano en la cintura, definitivamente ridículo y al parecer diciendo frases igualmente ridículas que hacían reír a más de una persona.
Entonces una facción pirata, al parecer formada por una unión de casas Slytherin-Ravenclaw arremetió contra la otra facción formada por las otras dos casas en una singular batalla, donde Potter ayudaba por igual a cualquiera que tuviese que pasar balanceándose de un 'barco' al otro para luego batirse con su 'espada-varita' contra cinco oponentes a la vez... eso si, todo el juego sin una pizca de magia. Y para mayor asombro, podía verse a todas luces que no solo había ningún chico fuera del juego, sino que no habia uno solo que no se estuviese divirtiendo y riendo a lo grande.
- "Se ve... tan feliz."- escuchó Snape de pronto y notó la manera maravillada en que Seastars miraba en ese momento a su hijo reír mientras era alzado por Potter en brazos para un nuevo 'abordaje' volador, y fue notorio que esa admiración no solo iba destinada hacia su hijo.
Otra sensación rarísima tironeó de los músculos del estómago de Snape en esos momentos, una sensación que el profesor decidió volver a ignorar.
~.~.~.~.~.~
Un par de semanas habían pasado desde el día de las reuniones con los padres de familia y Snape se sentía cada vez más intrigado con Potter, y aunque se había prometido no pensar en él, no podía evitar formular teorías acerca del porque Potter enseñaba Estudios Muggles y relacionar ese hecho al casi no haber presenciado al joven hacer magia ¿seria que tras la última batalla Potter comenzó a perder su magia? y de ser así ¿Lo sabría Dumbledore? ¿Estaría recibiendo alguna ayuda?.
Tal vez fue por culpa de sus pensamientos que sus pasos lo llevaron directo al aula de Estudios Muggles y fue el ruido en su interior lo que lo instó a acercarse a ver que sucedía. Eran las 10 de la noche y no se suponía que hubiese nadie fuera de las salas comunes a esa hora, lo que no pensó fue con encontrarse a Potter en actitud pensativa en medio del salón mientras le daba la espalda, y no llegó a decir 'A' cuando de pronto el joven mago alzó la mano derecha, chasqueó los dedos y el lugar cambió por completo su decoración ¿Magia sin varita? y por los cambios que veía de un nivel bastante avanzado, uno que necesitaba un gran despliegue de energía mágica. Otra teoría acerca de Potter que acababa en el trasto de la basura sin duda alguna, a ese no le faltaba magia sino todo lo contrario por lo visto. Observó el lugar, decorado para Halloween aunque de una forma bastante... muggle; un color oscuro en las paredes, esqueletos de cartón y plásticos por todos lados, calabacitas plásticas inmóviles en cada pupitre, máscaras de brujas con caras verdosas y verrugas en la nariz, un póster medio caricaturesco de un vampiro y un montón de otros detalles bastante ridículos en opinión del profesor mayor. Potter por su lado parecía observarlo todo con satisfacción tras lo cual soltó una risilla traviesa que mandó una nueva extraña sensación a Snape, la cual nuevamente fue ignorada.
Snape decidió entonces retirarse en silencio, tal y como había llegado, reprendiéndose por perder el tiempo con pensamientos estúpidos, y sin embargo con nuevas preguntas rondando su cabeza.
Y así fue que llegó el 31 de Octubre, día del gran baile de Halloween... y según se enteró Snape, también fue día del 'pequeño' baile de Halloween para los mocosos del 1er año. Ese miércoles Potter había tenido una clase especial donde juntó a todos y había decidido celebrar una pequeña fiestecita al estilo muggle, con dulces muggles, música muggle en aparatos muggles y todos los mocosos se disfrazaron con disfraces muggles, encantados con que su querido profesor Harry les pintara a todos las caritas con maquillaje muggle simulando así caritas gatunas, de hadas, mariposas y un sin fin de modelos más (que los mocosos se negaron a quitarse en todo el día)... por supuesto todo aquello con fines únicamente educativos y con Dumbledore como invitado principal del evento. Ese era el tema de conversación entre todos los profesores en la sala de profesores ahora que andaban de descanso luego de las clases de ese día y teniendo en cuenta que aún faltaban como 3 horas para realizar el penoso trabajo de hacer de chaperones de un montón de adolescentes sobrehormonados.
- "¿Y te divertiste?."- le preguntó encantado el licántropo a Potter.
- "¡Claro!. Bailé con todos sin excepción; creo que ha sido la mejor fiesta a la que he asistido en toda mi vida, y aquí entre nosotros no sabía que el director se moviese tan bien en la pista de baile."
Lupin no pudo evitar reír ante el último comentario, así como otros tantos más y pronto la atención se desviaba hacia el, en ese momento, presente director a quien los otros pedían más detalles justo antes de tratar de separar bailes con Potter. Si, definitivamente otro espantoso año de chaperón.
Pero esa noche tuvo un giro inesperado de los acontecimientos. Todo empezó para cuando a algún gracioso de séptimo se le ocurrió meter una botella completa de Whisky de Fuego a uno de los tazones de ponche. Él, por supuesto como experimentado pocionista, notó la adición del alcohol tan solo por el aroma que desprendía el tazón, lo cual ocurría todos los años sin excepción y como siempre se encargó de avisar por señas a los demás profesores para que dicho tazón solo fuese consumido por los docentes, una forma que habían ideado estos más de una década atrás para no desperdiciar el trago y disfrutar un poco ellos, pobres docentes esclavizados en una tarea tan poco reconfortante como la de ser chaperón.
Y todo estuvo muy bien hasta que Lupin, el último en enterarse de que ya había una bebida decente para ellos, llegó todo preocupado hacia Snape.
- "¡Ah!, Severus."- llamó con voz urgente- "¿Has visto a Harry?. Dime por favor que no le han servido ponche."
La verdad era que él no tenía ni idea, más pronto la respuesta vino sola con Hagrid como el portador.
- "Profesor Lupin."- llamó el semigigante muy preocupado- "Creo que Harry no se esta sintiendo muy bien."
Y pronto los ojos, tanto de Snape como de Lupin se posaban sobre un demasiado sonriente Harry.
- "¡No! ¿Cuanto bebió?."
- "Solo un vaso de ponche."- aseguró nervioso el guardabosques.
¿Solo un vaso? se sorprendió Snape, quien con 4 encima aún se sentía lúcido.
- "¡¿Todo un vaso?! Ay no... Harry no soporta ni una gota de alcohol, un sorbito y se pica."- dijo muy peocupado- "Mejor me lo llevo."- agregó.
Pero justo en ese momento Minerva lo llamó para que le ayudase con unos Gryffindor de sexto que estaban dando problemas y Lupin no tuvo mejor idea que endosárselo a Snape pidiéndole encarecidamente que lo llevase hacia la habitación de Harry en el tercer piso, yéndose antes de dejarlo negarse.
Ni modo, así que tomándose un último vaso de ponche antes de iniciar su nueva tarea, Snape de pronto trataba de llevar al tercer piso a un bastante picado Potter quien con un aire también bastante juguetón, en lugar de subir terminó bajando, con lo que ambos llegaron en su lugar a las mazmorras haciendo que Snape decidiese mejor llevarlo a sus habitaciones a dormir la mona y de paso ver si conseguía unas cuantas respuestas, que el bendito misterio Potter llevaba dándole muchos dolores de cabeza.
- "Entre de una vez sr. Potter."- instó el mayor metiendo al chico con un poco de dificultad a sus aposentos, puesto que a éste se le había metido la curiosidad por explorar hasta el último rinconcito más pequeño de las mazmorras.
Pero al final Harry entró y de pronto investigaba hasta debajo del sofá y detrás del librero, emitiendo sonrisitas traviesas a casa paso que daba. Snape suspiró, mejor olvidaba su propia curiosidad que con la de Potter ya era demasiado y lo mandaba a dormir en pos de su propia salud mental, tanta sonrisita le estaba haciendo algo raro a sus nervios.
- "¡Pero no quiero!."- respondió Potter haciendo morritos, a lo que Snape rendido solo se sentó en el sofá frente a su chimenea mirando al ojiverde... un poco confundido por lo que estaba pasando. Tal vez los 4... 5 vasos de ponche que rebozaban de Whisky de Fuego si lo habia afectado después de todo, aunque solo un poquito.
Y para su sorpresa Potter, luego de mirarlo un rato, se sentó también en el sofá a su lado.
- "Hola."- dijo de pronto el joven héroe con un aire emocionado, demasiado emocionado.
Snape bien pudo seguirle el juego, más otra cosa ocupó de pronto su mente, era un buen momento para obtener esas respuestas después de todo.
- "Potter ¿que lo hizo volver a Hogwarts?."
El chico pareció un poco confundido con dicha pregunta al inicio, luego se puso pensativo un momento y justo cuando parecía perdido en sus pensamientos de pronto murmuró.
- "Sociales."
- "¿Sociales?."- repitió el mayor en una pregunta y entonces a Potter se le iluminaron los ojos y poniéndose eufórico repitió agitando los brazos.
- "¡Sociales!."- y se echó a reir un buen rato de aquella manera traviesa, tras lo cual se medio tranquilizó y esclareció- "Tomé cursos de Ciencias Sociales y Enseñanza en una universidad muggle."- entonces tomó una caricaturesca actitud explicativa y señalando con el índice derecho a la altura de la nariz de Snape dijo muy serio- "Tomar cursos de enseñanza es necesario para enseñar."
Snape arqueó una ceja.
- "Por... supuesto. Entonces Ciencias Sociales."- se repitió a si mismo de manera tonta.
- "¡Claro!, para socibibilizar."- trató de explicar el otro enredándose con las palabras.
- "Sociabilizar."- corrigió de inmediato el mayor por inercia, pero el ojiverde lo tomó como una pregunta.
- "Si, porque no socibilicé de chiquito ¿y sabe que? ¡Me encanta!."- más risitas de esas.
La ceja de Snape se arqueó aún más.
- "¿Sociabilizar?."- volvió a repetir como una pregunta esta vez y Potter asintió tontamente con la cabeza- "¿Y Weasley y Granger?."- preguntó intrigado, obviamente un poco más mareado de lo que él estaba dispuesto a admitir.
- "Ron fue mi primer amigo... y Mione la segunda... no, no... Hagrid fue el primero, Ron el segundo... Mione la tercera... si, así fue. Luego Nev y Luna y Ginny con los Weasley y Remus y Sirius y... bueno, más gente ¡Pero comencé viejo a socilizar! A los 11."- dijo apesadumbrado por un momento como gran y entendible explicación a alguien que no entendía nada- "Estoy recuperando socibiblización."- señaló como cosa importante una vez más, acercándose más a Snape quien de pronto se sentía inundado por el aroma del chico... embriagado.
- "Ooohhh~..."- si, por fin el alcohol se le había subido a la cabeza- "Creo que me gusta esa idea... sociabilizar."- respondió con voz cantarina.
Y ni bien había terminado de decir aquello, a Harry se le iluminó el rostro y se tiró en un abrazo de oso flaco sobre el mayor, gritando a voz en cuello.
- "¡Lo sabia!."- risilla traviesa- "Todos me dieron mi abrazo menos el profesor Snape ¡Pero yo sabía que quería!."- otra risilla traviesa- "Remus no sabe nada."- declaró aún bien abrazado al oscuro profesor.
Y Snape, que en un estado más lúcido ya hubiese echado al chico de encima suyo, de pronto se encontraba saliendo de su estupor solo para abrazar un poco más al otro, seguir inundándose de aquel aroma y mientras repetía la última palabra que Potter había pronunciado "Nada", buscó la joven boca de rosados labios para depositar un par de piquitos felices, a lo que de pronto Harry lo miró alucinado.
- "¿Que hace?."- preguntó perdido.
- "¿Hm?... sociabilizo."- respondió también perdido Snape, aunque de una forma un tanto diferente.
- "Oooh."- fue la contestación de un Potter que en realidad no entendía nada y de paso ya no veía muy bien porque de la impresión se le habían caído los anteojos.
Snape solo siguió besando los labios, la nariz, el cuello... se entretuvo allí, besó, lamió y finalmente mordió y le gustó como quedó la marca que dejaron sus dientes allí. Se preguntó distraído como se verían nuevas marcas de sus dientes en otros lugares de Potter y la idea le pareció un experimento de lo más interesante.
Comenzó a sacarle la ropa para llevar a cabo dicho experimento y en la nube en la que se encontraba Harry la verdad que ni cuenta se daba de nada excepto del hecho de que sea lo que sea que estuviese haciendo Snape, se sentía MUY bien... hmmm, le gustaba sociabilizar con Snape.
Y así pronto la túnica y la camisa de Potter ya habían sido despachadas y Snape dejaba marcas de dientes por aquí y por allá satisfecho, pues a su modo de ver se veían condenadamente bien; además de que los suspiros y pequeños gemidos que salían de la boca de Potter y llenaban sus oídos también eran bastante placenteros.
- "Hmmm, ¿estamos sociabilizando bien Potter?."- preguntó juguetón Snape, justo antes de comenzar a torturar suavemente las rosadas tetillas del chico entre sus manos y boca.
- "S... ¡Siii!... si... ¡Ay!."
- "Si."- repitió satisfecho el mayor mordiendo la otra tetilla y empezando a quitar el pantalón del ojiverde, el cual de pronto era un obstáculo contra el experimento tan interesante que estaba llevando a cabo.
El panorama que se reveló le resultó también muy interesante al pocionista, el miembro orgullosamente erguido del chico era un área bastante tentadora para continuar con aquel experimento. Y mientras pensaba en aquello sus manos se movieron solas en busqueda de descubrir nuevos territorios, masajeando aquel miembro y haciendo que Potter exhalara gemidos entrecortados ante aquello.
- "Bastante ruidoso Potter... ¿se lo habían dicho?."
- "No... no, no sabía."- respondió entre jadeos mientras una de las manos de Snape viajaba a sus nalgas.
- "¿No sabia? ¿Que ningún otro se ha quejado?... ruidoso, tan ruidoso."
- "¿Otro?... ¡Ah! que... allí... no..."- se quejó el chico mientras la no tan lúcida mente de Snape trataba en serio de descifrar el significado de aquellas palabras entrecortadas, las últimas más probables ante la intrusión de un dedo largo al interior del chico.
¿Otro? ¿Significaba eso que NO había otro? ¿No otros?. Eso debió de haber parado a Snape, y una vez más repito que así hubiese sido si el hombre no hubiese estado tan feliz y ebrio, pero mientras una minúscula partecita de su cerebro le indicaba que debía de parar, la otra gran parte que se mostraba encantada ante los gemidos, suspiros y movimientos erráticos del chico entre sus brazos también se mostraba profundamente satisfecha de que no hubiese ningún otro. 'Terreno virgen' susurró algo en su cabeza y una alarmita se encendió ante la última palabra pensada, pero fue soberanamente ignorada cuando de pronto el chico se corrió precozmente y sin aviso sobre la túnica negra del mayor. Lo cual sorpresivamente en lugar de enojarlo lo hizo sonreír y luego fruncir el ceño... 'Llevo demasiada ropa' fue su único pensamiento justo antes de tratar de por lo menos sacarse la túnica y si, abrirse el pantalón porque la erección no liberada lo estaba matando; y mientras cubría la boca del cada vez más ido Harry Potter con la suya propia el mundo se terminó de perder en una vorágine de placer entre gritos roncos, gemidos y Harry Potter atrapado entre su cuerpo y el respaldo del sofá.
El último pensamiento de Snape antes de caer dormido, rendido y sin fuerzas pero extremadamente satisfecho fue que nunca era, al parecer, demasiado tarde para comenzar a sociabilizar... y tener una muy muy feliz noche de Halloween. Tal vez por eso fue que el abrazo que aplicó sobre Potter fue tan fuerte, como para no dejar ir esa felicidad nunca.
Claro que a la mañana siguiente las cosas se veían de otro color, por lo menos para quien despertó primero que fue el profesor de Estudios Muggles, quien de pronto no sabía como hacer para salir de allí; y es que sin contar de por si con el terrible dolor que tenía en donde la espalda perdía su nombre y el hecho de no tener la ropa puesta, encima tenía a Snape bien aferrado a su cintura, el rostro acomodado sobre su pecho durmiendo como un angelito y con una sonrisa de satisfacción que solo añadía más rojo al rostro del ex-Gryffindor a cada segundo que pasaba. Y eso que estaba sin lentes y no veía tan nítido que digamos, osea que con los lentes puestos y todos los detalles claros de pronto hubiese sufrido de muerte por enrojecimiento extremo.
- "Snape..."- susurraba lo más bajito que podía a ver si el otro le hacia caso dormido- "Me tiene que soltar."- ay! que dolor que daba moverse.
¿Pero que había pasado anoche por Merlín?. No fue bueno preguntarse eso porque el tren de sus pensamientos lo llevó desde el baile de Halloween de la noche anterior hasta el momento exacto que alguien le ofreció un ponche, del cual según recordaba había bebido medio vaso exacto antes de sentirse gracioso mientras pensaba, pues si otra vez, que Severus Snape... el único profesor en Hogwarts que no le hablaba tanto, era el que mejor se veía luego de esos 3 años, le habían favorecido mucho. Recordaba haber comenzado a reír mientras se decía a si mismo que Snape no tenía nada que envidiarle a Hugh Jackman vestido de Wolverine, quien por cierto en opinión del ojiverde se veía grrrrr. Luego recordaba en su campo de visión a Hagrid, Remus... Snape... las mazmorras... Snape... un abrazo... Snape... la boca de Snape sobre sus labios... la boca de Snape sobre su pecho desnudo... la boca de Snape sobre...
Si, su cara se puso aún más roja compitiendo fácilmente con las luces de los carteles de neón que le enseñó a sus alumnos de 3ro la semana pasada. No pudo evitar cubrirse el rostro con las manos.
- "Pero si yo nunca... jamás... ¡¿como?!."- se preguntó lo último un tanto más alto logrando despertar al durmiente de al lado, con lo cual asustado hizo un movimiento brusco que terminó de despertar al otro de golpe con lo que entre tanto movimiento Snape terminó rodando del sofá derechito al suelo.
Harry se inclinó para ver si Snape estaba bien, no debió de haberlo hecho... cierta parte de la anatomía de Snape estaba libre a la vista, una parte que había despertado muy alegre esa mañana. A Harry le volvieron a subir los colores al rostro al tiempo que se retraía de nuevo sobre el sofá y se cubria un poco más a si mismo.
- "Yo... lo siento.... no sé como paso..."- balbuceaba el chico.
El profesor solo tras el golpe tuvo de pronto todos los recuerdos de la noche anterior de nuevo, miró a Potter hecho un mar de nervios, su erección mañanera que había vuelto cual hija prodiga pues no había tenido una en... no recordaba, y la túnica negra que había dejado botada en el piso justo debajo suyo. Y entonces se dio cuenta de que debía de hacerse cargo de la situación si no quería un problemón después.
Comenzó cubriéndose con la túnica a la hija pródiga con una mano mientras trataba de reunir la ropa de Potter con la otra. No pudo dejar de ver los mordiscos y chupetones regados por toda la piel del otro hombre, una oleada de verguenza lo invadió al igual que de algo más que, como había hecho en días anteriores decidió ignorar soberanamente. Solo atinó a pasarle la ropa reunida al otro. También los lentes que encontró botados en el suelo al pie del sofá.
Harry se vistió rapidísimo, ignorando el dolor y las partes de su piel que se sentían pegajosas, y sacando valor Gryff de donde no había miró como pudo a Snape. ¡Tenía que explicarle!.
- "Pro... profesor Snape, yo nunca... yo no... ¡No suelo hacer este tipo de cosas! En serio, tiene que creerme."- parecía tan desesperado.
Algo hizo click en la mente de Snape entonces, un recuerdo de la noche anterior.
- "Potter... por Merlín tranquilícese."- suspiró mientras se ponía de pie y luego se sentaba hasta el otro lado del sofá donde el muchacho se encontraba- "Le creo... fue culpa del alcohol por lo visto."
- "¿Alcohol?... ¡Pero si yo no tome nada de alcohol, solo ponche!."- se quejó desolado.
- "El ponche tenía alcohol Potter y me temo que ambos lo bebimos. Me culpo a mi mismo de tomar más de la cuenta anoche, y al parecer usted hizo lo mismo."
- "Oh..."- Harry no sabía que más decir.
- "Asumo la responsabilidad de mis actos."- dijo entonces de la nada el mayor y Harry lo miró como si le hubiese salido una cabeza extra y se puso serio de pronto.
- "Snape, soy mayor de edad y puedo ser perfectamente responsable de mis propios actos. Esto... siento la sobrereacción, pero en verdad... yo no... nunca antes... no suelen pasarme estas cosas."- terminó de decir abochornado pero tratando de serenarse- "Pero no lo culpo, ¿de acuerdo?."
Snape asintió, quería romper la tensión.
- "Si le sirve de consuelo, tampoco suelen pasarme este tipo de cosas."- dijo sarcástico. Ninguna de ellas y en mucho mucho tiempo, más de una década pero eso no tenía por que decirlo. Aunque se alegró de ver a Potter sonreír un poco ante aquella afirmación- "Son las..."- miró el reloj sobre la chimenea- "casi 6 de la mañana, si quiere puede darse una ducha antes de... hacer lo que tenga que hacer teniendo en cuenta que hoy no hay clases."
Y tontamente Snape se preguntó si el joven profesor querría quedarse esa mañana con él... aunque no muy seguro de a que exactamente. ¿Tal vez desayunar?.
- "Las 6, las 6... ¡Ah! no, no, no, no, no... a las 8 llega Paddy con Moony a desayunar, les prometí... ¡Me tengo que ir!."- y sin colocarse muy bien la ropa pero por lo menos no andar indecente, Potter salió volando del lugar sin volver la vista atrás.
Eso... había dolido un poquito, pero en opinión de Snape no tenía porque haberse dado de otra manera.
~.~.~.~.~.~
Un par de semanas pasaron luego del 'Incidente Halloween', como lo había catalogado Snape; porque Snape tenía manía de catalogarlo todo, no solo sus ingredientes de pociones; y aunque la primera semana había sido un poco incómoda para ambos involucrados, un día sin el menor aviso de pronto Harry Potter quien de pronto se encontraba a solas con él por azares del destino, se puso a reir un tanto nervioso al inicio y de manera estrepitosa al final, hasta que le salieron lágrimas de los ojos, con lo cual Snape no pudo dejar de reír un poquito también.
- "Francamente señor Potter, la situación es ridícula."- le dijo suavemente al joven cuando éste se tranquilizó- "Como usted mismo dijo, ambos somos adultos."
- "Harry..."- susurró suave el joven con las mejillas algo rojas- "Somos adultos, compañeros de trabajo y hasta compartimos una mañana... usted sabe. Así que Harry me haría sentir menos raro. ¿Severus está bien para usted? ¿no lo incomoda?."- preguntó suave, y Snape asintió.
- "Parece que los cursos de Sociales cumplieron su cometido."- comentó antes de salir de donde se encontraban con rumbo a su siguiente clase, con una sonrisa de satisfacción al notar el rubor en las mejillas del otro.
Podría acostumbrarse a ese tipo de jueguitos aunque nunca antes los había jugado, después de todo nunca era demasiado tarde para empezarlos.
Y fue así que durante la segunda semana cambió por completo la química entre los dos, en donde la mayoría de veces el mayor dejaba al menor sonrojado o riendo o ambas cosas tras alguna frase de doble sentido mayormente solo entendible entre ellos; lo que por supuesto dejó a más de uno medio alucinado al verlos, preguntándose que rayos había pasado alli, entre estos últimos sobre todo Lupin.
Desgraciadamente para la tercera semana luego del mentado incidente algo cambió. De pronto Potter ya no tenía ese brillo en los ojos, le rehuía la mirada y hasta la presencia. Algo pasaba y no le agradaba.
Dejó pasar un par de días más antes de decidir que si Pot... Harry tenía algún problema con él entonces le iba a preguntar de frente que pasaba, y no habían pasado ni dos horas de tomada esa resolución cuando se escuchó un suave llamado a la puerta de su despacho.
- "Pase."- respondió distraído pensando ahora en los trabajos que tenía que corregir.
Para su sorpresa no era otro que el mismo Harry quien entraba ese martes 20 de Noviembre por la tarde, con la misma mirada apagada de los últimos días pero esta vez puesta sobre él en lugar de esquivándolo.
- "Harry..."- tanteó- "¿Sucede algo?, pasa. Siéntate."
El joven profesor asintió lentamente, mientras caminaba hasta la silla que le fue indicada y tomaba asiento con un suspiro pesado. Pero una vez sentado se quedó quieto, en silencio. Eso estaba matando al pocionista puesto que la idea de un nuevo amigo en su reducido circulo de amistades, que ciertamente solo incluía a Albus, lo había animado de alguna manera... mucho. No quería perder eso. Decidió tratar de hacerlo hablar.
- "Por favor Harry, dime si te sucedió algo... ¿es algo con lo que te puedo ayudar?. Si es así entonces yo..."- pero lo cortaron.
- "No sabía que podía pasar... no tenía idea. Nadie nunca me lo dijo."- dijo entonces el chico de manera misteriosa, mirando a Severus de aquella forma que daba pena y como si de pronto tomase valor de algún lugar, mostró determinación en su rostro y sacando algo pequeño del bolsillo derecho de su túnica lo puso sobre el escritorio.
Severus se quedó sin palabras, él sabía que era aquello; y entonces como cada vez que se sorprendía hasta el límite su rostro adquirió la máscara que había perfeccionado durante años, la máscara de fría indiferencia que lo había mantenido vivo por dos décadas, aunque la verdad no era muy conciente de aquello.
Eso acojonó un poco al más joven, pero no había ido a la casa de los leones y salvado al mundo mágico por nada, asi que aunque Severus lo echara de allí iba a decir hasta la última palabra que había decidido decir, porque eso era lo que había estado pensando todos esos días, que rayos decir... y ningún momento era tan bueno como el ahora, así que a hablar.
- "Me... me sentí mal hace una semana y decidí ver a Poppy... porque trabajo con niños, no puedo enfermarme y enfermarlos a todos después tan alegremente... y entonces me preguntó mis síntomas, le dije que nauseas y mareos y me hizo varios análisis... y me preguntó... me preguntó... si me había ido a divertir por allí sin la protección adecuada. Merlin, juro que no le entendí hasta que me lo explicó con pelos y señales. Yo... ¡Yo no sabia que los magos varones podían!... podían... pero lo estoy, y es tuyo... ¡Pero no te estoy pidiendo dinero ni nada parecido!."- se aceleró el chico a aclarar, cada vez más nervioso por el mutismo del profesor- "Tengo dinero, mucho dinero... no necesito trabajar para vivir, trabajo para sentirme vivo que es diferente, pero tengo dinero."- aclarado ese punto pareció pensar que palabras usar a continuación, suspiró y siguió- "Y quiero seguir sintiéndome así, aquí por fin tengo un trabajo y un lugar al cual llamar hogar, dentro de un mundo en calma. No más Voldemort, no más mortífagos... no más nada."- paró un rato, otro suspiro- "Y estoy tan cansado de huir, no voy a huir más. Lo dije antes, soy un adulto... y voy a tener un... tendré un... hijo."- parecía que aún no se lo creía- "Y yo... no tuve padres, fue triste. Solo quiero... no voy a obligarte a nada Severus, no necesito dinero, no necesito que limpies mi reputación porque eso lo puedo hacer yo mismo y si a alguien no le parece que se vaya al cuerno. No... no voy a pedirte nada para mi, ni un apellido para quien viene... el mío le basta, a menos... si es que tu quieres..."- otra vez paro como para pensar un rato- "No tuve padres, no quiero quitarle a nadie el derecho de tener un padre... o un hijo, en el caso que quieras reconocerlo. Si, eso era lo que te iba a decir, en caso que quieras ser un padre entonces estará bien por mi, no te obligaré a nada ni te quitaré nada. Eso es todo."- terminó por fin mirando expectante al pocionista, quien no movió ni un músculo de la cara, ni un dedo... nada.
En algún lugar de su cerebro Severus registró el rostro desolado del muchacho justo antes de que éste se levantase y sin decir una palabra saliese del despacho, pero en serio que él no pudo hacer nada; aquel era su modo de reaccionar, y nunca había recibido una noticia de aquella magnitud así que no pudo controlar su reacción para nada. En realidad para cuando despertó de su estupor y se notó solo en el despacho no pudo evitar mirar al reloj colgado en la pared ¿las 9 de la noche?... donde se habían ido las últimas dos horas. Giró lentamente la vista hacia la superficie de su escritorio y contuvo el aliento. Un orbe ecográfico, él mismo había aprendido a usarlos para determinar el riesgo en el uso de determinadas pociones que podrían causar la muerte del feto y/o del mago o bruja embarazados en ciertos casos mientras llevaba en la universidad mágica la carrera para convertirse en profesor de Pociones y la mano nunca le había temblado para usarlos, pero ahora parecía que su cuerpo no le hacía mucho caso en general, manos incluídas, así que tardó un poco pero al final logró activar el orbe.
Jamás pensó en ver algo más hermoso... un feto, un hijo... su hijo. El aire como que no le entraba a los pulmones y mil pensamientos surcaron su mente, pero uno por sobre todos.
*Tal vez... no es demasiado tarde para ser un padre...*Recién allí se dio cuenta que en algún momento se había puesto a llorar.
~.~.~.~.~.~
Al día siguiente Severus solo podía pensar en una cosa, hablar con Harry. Al momento siguiente de verlo cruzando un pasillo y esconderse tras una columna como un chiquillo, Severus se dio cuenta de algo importante... No tenía la más pajarera idea de que decirle a Harry, así que aún no podía hablar con él; sobretodo porque el pobre llevaba una cara de haber llorado toda la noche que a Severus le hizo nudos el estómago y porque no decirlo, también el corazón. Iba a tener que pensar muy bien como decir las cosas claras, tal y como Harry había hecho con el corazón en un puño para luego irse con solo el silencio como respuesta. De pronto Severus se sintió una basura.
Y tras semana y media de andar sintiéndose cada vez más basura y aún sin saber que decir el hombre ya andaba subiéndose por las paredes de las mazmorras. Pero que cobarde que había resultado ser por Merlín. Necesitaba un té de hierbas y lo necesitaba pero ya... y preparado en las cantidades exactas para que le sirviera de algo a sus nervios. Hora de ir a las cocinas, si... a la medianoche, una hora ideal pues nadie molestaba.
Así que cuando llegó a las cocinas se sorprendió de ver actividad en ella por lo que entró sigiloso tan solo para encontrarse a la razón de sus quebraderos de cabeza casi sollozándole encima a uno de los elfos quien negaba una y otra vez con determinación.
- "¿Pero no hay para hacer ni uno chiquitito? Por favor, necesito un cheesecake, solo un poquito, una probadita, del sabor que sea, eso no importa por favoooooor."- casi suplicaba el chico de rodillas.
- "Rinfi lo lamenta mucho profesor Potter señor, pero ya no quedan ingredientes para más. Rinfi ya apuntó para la próxima compra suficientes insumos para muchos cheesecake, pero a Rinfi le han dicho que no se compra hasta el fin de semana."
Potter parecía estar a punto de caer desmayado allí mismo, se sentó desganado en una silla y otro par de elfos llegaron con una jarra de leche y un par de frutas. Potter frunció la nariz.
- "El régimen alimenticio del profesor Potter dice que debe de tomar mucha leche señor."- argumentó el elfo que portaba la jarra de leche.
- "Me da cosa."- dijo sacudiéndose como por un escalofrío- "Yo quiero mi cheesecake."- se quejó inconsolable.
Y Snape decidió no ver más. Una idea y un recuerdo en su mente le daban la respuesta para poder entablar una conversación con Harry pronto... cheesecake, no podía creer que fuese el antojo de Harry.
Y al día siguiente Severus aprovechó que los viernes tenía un bloque de 4 horas libres seguidas para pedir permiso al director y hacer una rápida visita a Hogsmade, aunque esta vez su meta no era comprar ingredientes para pociones sino para una receta. Un cheesecake, uno que lo llenaba de recuerdos.
Hacía más de 30 años que su madre, una completa adicta a ese postre, le había enseñado a hacer cheesecake con cubierta de frutos del bosque, una suerte de combinación de varios tipos de moras y nueces variadas como decoración; más tras la muerte de ésta, Severus se había negado a tan siquiera volver a mirar dicho postre, mucho menos comerlo y peor aún prepararlo, pero nunca lo olvidó y ahora la memoria de aquella enseñanza le iba a brindar una oportunidad para aclararlo todo con el chico.
Y así esa noche, cerca de las 10 de la noche se dirigió con una bandeja pastelera cubierta al tercer piso, hacia la habitación de Potter para ser más precisos y tocando suavemente contuvo la respiración preguntándose por primera vez si no era una hora demasiado avanzada. Más cuando la puerta se abrió y Harry salió, todo despeinado, en pijama y con una pluma de escribir acomodada tras una oreja, dejó aquellos pensamientos atrás.
- "¿Severus?."- preguntó el otro un poco impactado y así como varios días atrás Harry había tomado valor y le había dicho a Severus lo que tenía que decir, éste último reunió el valor que pudo, levantó la bandeja y tratando de sonar lo más natural posible bajo las actuales circunstancias preguntó.
- "¿Puedo pasar?. Traje una oferta de paz, quisiera... quisiera que hablásemos."
- "¿Oferta de paz?."- preguntó Harry confundido.
Severus entonces levantó la tapa de la bandeja mostrando un pequeño cheesecake en su interior. A Harry se le iluminaron los ojos en un tris, y fue casi gracioso lo rápido que de pronto ambos estaban en el interior con la bandeja siendo depositada por Harry en la mesita de estar junto a un montón de pergaminos.
Era la primera vez que el pocionista entraba a las habitaciones personales de Harry y la verdad que estaban tan desordenadas como el mayor imaginó que estarían: el sofá lleno de papeles, muchos de ellos llenos de dibujos infantiles, un sillón arrimado hacia una mesita de centro y frente al sofá uno de esos muebles muggles modernos metálicos con más extraños aparatos muggles encima.
- "¿Que es eso?."- no pudo evitar preguntar señalando hacia aquel montón de aparatos.
- "Una TV con un reproductor de DVD y un equipo de sonido, lo último del mercado."- contestó Harry que pasaba con prisa con dirección a algún punto y tras lo cual regresó con cucharita, tenedor y cuchillo en mano casi atropellando al pocionista con tal de llegar a su destino: el postre, al cual le metió sin piedad la cucharita y se llevó un poco a la boca, gimiendo de placer de tal forma que a Severus casi se le hacen gelatina las piernas, pero Harry ni cuenta mientras suspiraba de contento.
- "¡Que rico!."- dijo con cara soñadora.
- "Era la receta de mi madre."- respondió Snape logrando tener de nuevo la atención del chico, que tras ese bocado se había olvidado de todo y de todos.
Severus caminó hacia donde se encontraba Harry y preguntó con humildad "¿Puedo?" señalando el espacio junto al ojiverde, queriendo saber si podía sentarse. Harry asintió, de pronto su atención en él. Severus carraspeó.
- "Lo siento. No, por favor déjame hablar... Lo siento mucho, siento haber demorado tanto en venir a hablar contigo, creo que debí de haberlo hecho la tarde que fuiste a mi despacho, pero francamente me dejaste impactado y tardé tiempo en reaccionar."
- "¿En serio?."- Harry se llevó otro bocado de postre a la boca.
- "Oh si, en serio. La verdad es que no sabía como... hablar contigo, aún me es difícil, pero ya se por lo menos que decir."
- "Oh..."
- "Quisiera... formar parte de la vida del bebé ¡Realmente quiero!."- si, eso quería decir sin duda- "Eso por supuesto, si es que aún soy bien recibido."
Al chico se le llenaron los ojos de lágrimas, la cucharita ahora vacía jugando en sus labios. Y entonces Potter con un asentimiento suave dijo que si, que aún era bien recibido.
- "Gracias."- murmuró Severus y pronto había demasiado silencio- "Entonces... ¿que interrumpí?."
- "¿Que?... ¡Oh! si, preparo mi clase de mañana, la película. Es que es el primer sábado del mes después de todo."
Severus alzó aquella ceja de siempre.
- "¿Película? ¿Sábado?."
- "Ah si, quedé con los de primero que les iba a pasar una película muggle el primer sábado de cada mes, esta seria la segunda, la primera fue 'X-men', fue un éxito ¡Los deje encantados! y sus trabajos fueron increíbles. Luego de cada una tienen una semana para hacer trabajos en relación a lo visto y tratan de clasificar la tecnología de la película como real o imaginaria, lo cual creo yo es importante... además ver películas con ellos es divertidísimo."- terminó sonriendo para luego emitir aquella sonrisita traviesa que hacia tanto Severus no escuchaba y mucho menos tenia idea de haber extrañado tanto.
- "Suena... interesante, por así decirlo."
- "Bien, voy a ver ahora la película de mañana para hacer el cuestionario. Quieres... ¿verla conmigo?. Tengo palomitas."
- "Suena interesante también."
- "¡Oh! te va a encantar. Se llama "The Kid" y salio el año pasado, con Bruce Willis... adoro a Bruce Willis, aunque aquí no hace te tipo duro sino todo lo contrario... bueno no tanto, en fin por lo menos estoy seguro de que los chicos van a aprender un montón sobre tecnología actual. Eeeer, deja y despejo un poco el sofá..."- Harry empezó a moverse y Severus se dedicó a observarlo.
- "Ya tienes un mes."- dijo de pronto y Harry lo miró sorprendido.
- "Ah... si, es cierto."
- "¿Malestares?. Comentaste algo sobre nauseas y mareos."
- "A veces."- respondió Harry un poco cohibido, tratando de terminar de despejarlo todo rápido.
- "Podría prepararte una poción antinauseas si quieres."
- "Seria genial."- respondió Harry realmente agradecido, Severus comenzó a ayudarlo a acomodar lo que faltaba.
- "¿Y antojos?. Además del cheesecake."
- "Algunos, a veces... me las arreglo."- Harry se encogió de hombros, Severus sonrió.
- "¿Te alimentas bien?. Escuché algo de que tienes problemas con la leche."
Harry se volvió sorprendido.
- "¡¿Quien te dijo?!... un momento ¿como supiste del cheesecake?."
- "Ah, ah... un buen espía nunca revela sus fuentes. Entonces..."
- "Me da cosa tanta leche."- Harry frunció la nariz como aquella vez y Severus no pudo evitar sonreír un poco.
- "Veré que puedo hacer con eso... y ya... ya has comprado, tu sabes ¿cosas para el bebé?."
- "Oh... no, quise hace unos días pero..."
- "¿Pero?."
Harry calló, no podía decir que se deprimió tanto que no quiso salir y se quedó llorando.
- "Se me fue el tiempo..."- respondió evasivo y Severus lo notó pero no insistió acerca de ello- "Pero este domingo... ¿Quieres ir? ¿tienes tiempo?."
- "Me encantaría."- señaló Severus mientras ambos se sentaban en el sofá y Harry con palomitas, pergamino y pluma en mano, daba inicio a la película.
~.~.~.~.~.~