La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Tu, yo y los demás

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gabrielle62

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MensajeTema: Tu, yo y los demás   Tu, yo y los demás I_icon_minitimeJue Mayo 26, 2011 1:34 pm

Mi modesta aportación al concurso de La Mazmorra: Cuando alguien hace algo malo y sonríe es porque ya sabe a quién echarle la culpa



Título: Tu, yo y los demás.

Beta: Gintonic Vicodina

Advertencias: NC-17

Muerte de un personaje

Drama y algo de humor.

completo: Sí

palabras: 3148


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son todos de J.K. Rowling, no obtengo ni un mísero knut de beneficio de todo esto, excepto dar rienda suelta a mi imaginación e intentar que quien me lee pase un buen rato.







Harry no recordaba haberse sentido tan mal nunca, y eso que su vida no había sido precisamente un lecho de rosas. Nunca antes había estado enamorado y tampoco le habían abandonado como había hecho Severus, sin despedirse siquiera. El Profesor de Pociones había dejado Hogwarts y nadie tenía una sola pista de su paradero. Él menos que nadie. No tenía lógica, el día anterior se habían amado tan grata y apasionadamente como siempre. Severus no era hombre de sensiblerías, era hombre de hechos y era con sus caricias y en su forma de hacerle el amor donde le demostraba todo lo que Harry necesitaba saber. Y Harry sabía que Severus le amaba. Por eso no entendía su marcha y menos de esa forma.


&&&&&&&&&&&&


Harry había pasado de la incredulidad a la decepción y de ésta a una espantosa depresión. Lo que ni siquiera Voldemort había logrado, lo había conseguido Severus al abandonarle como lo hizo. Volvió a creer que nadie podría quererle jamás, tal y como su tío Vernon le decía a menudo, porque a un engendro como él no podía quererle nadie. Llegó a sentirse de nuevo como aquel pequeño niño indefenso, maltratado y asustado que lloraba su miseria en una oscura y sucia alacena porque nadie le quería.

Fueron sus amigos y Remus quienes le sacaron de la cama y le llevaron a terapia casi a la fuerza, algo que ahora, seis años después, seguía agradeciéndoles cada día. No había sabido nada de Severus en todo este tiempo. No había vuelto a enamorarse y apenas tenía vida social, aparte de sus esporádicas visitas a sus amigos o a Remus, Thonks y su ahijado, al que adoraba. El pequeño Teddy que ya tenía cinco años y el pelo azul, porque era el color que más le gustaba y había decidido dejarlo así, era el niño más adorable del mundo, pero Harry no quería molestar más de la cuenta por eso no le veía tanto como desearía.


Contra todo pronóstico, se había convertido en Sanador y trabajaba en San Mungo desde hacía dos años, amaba su profesión y le gustaba ayudar a los demás. Después de la guerra todos los deseos que una vez tuvo de ser Auror se esfumaron. Había tenido suficiente dosis de acción y muerte para el resto de su vida, y pensó que intentar salvar la vida a otros era mucho más gratificante para él. Severus le había animado a hacerlo, pero luego se había ido dejándole solo con su vida y sus decisiones. Pensar en él le ponía triste, porque a pesar de haberle buscado hasta debajo de las piedras, no había logrado nada. Era como si nunca hubiese existido, como si su relación hubiese sido un sueño. Pero no lo era y Harry se negaba a perder la esperanza de volver a verle algún día. Aunque tal vez sería mejor seguir el consejo de Remus y olvidarle de una vez.

Como si pudiera…

Su vida social aparte de los buenos ratos que pasaba con sus mejores amigos o en casa de Remus y Thonks, era bastante limitada. Cuando la necesidad le acuciaba demasiado se iba al Soho a buscar un desahogo. Tenía veinticuatro años y su vida se limitaba a su trabajo como sanador y poco más. Trabajaba muchísimo, pero lo prefería así. Si estaba ocupado no pensaba en él.

Se estaba cambiando para irse a casa tras un día demoledor. Lo único que le apetecía era una ducha, una cena frugal y dormir. Estaba muy cansado.

—Harry…lo siento—se disculpó Sarah Perkins, su auxiliar—no puedes irte aún, te reclaman en Urgencias.

— Que le atienda otro Sarah, estoy hecho polvo.

La joven se mordió el labio.

—Créeme que lo siento Harry pero el accidentado insiste en que seas precismanete tú quien le atienda. Dice que no permitirá que nadie más le toque.

Harry maldijo por lo bajo y se dispuso a ponerse de nuevo su uniforme de trabajo, desde luego aquel era uno de los peores días que recordaba.

—Bien—rezongó—. Vamos allá y acabemos con esto cuanto antes.

Entró como una tromba en la Sala de Urgencias, estaba cabreado, pero todo su ímpetu se vino abajo cuando vio de quién se trataba.

— ¿Se…Severus?



&&&&&&&&&&&&



Tal vez ni siquiera te dignes a abrir esta carta, al ver quién es el remitente, pero espero que lo hagas por Harry. Creí que hacía lo correcto al alejarte de él, pero por lo visto me equivoqué, porque en contra de lo que yo pensaba él te ama de verdad, no eras un simple capricho de adolescente como me empeñé en creer. ¿Cómo estoy tan seguro? Porque a pesar del tiempo no ha podido olvidarte, no ha rehecho su vida con alguien mejor que tú que le diera todo lo que alguien tan especial como él se merece, tal y como pensé que haría.

Si te mentí como lo hice fue porque te odiaba y porque pensaba, sinceramente, que alguien tan podrido como tú no podía aportar nada bueno a la vida de Harry. No te mereces a alguien como él, pero la felicidad de Harry me importa, me importa tanto que voy a darle otra oportunidad a lo vuestro. Pero recuérdalo siempre, sólo lo hago por él, porque merece ser feliz aunque sea contigo.

Fue fácil convencer a Colin Creevey de que me ayudase a prepararlo todo. Siempre le gustó Harry y como muchos otros creía que le tenías hechizado o algo, para que estuviera contigo. Sólo tuve que mencionarle que seguramente pasado un tiempo de tu marcha él tendría una oportunidad con Harry, y que estaría más receptivo a sus avances cuando tú no estuvieses. Se lo creyó, debo reconocer que yo también tenía esperanzas de que pasara algo entre ellos porque cualquiera me parecía mejor para Harry que tú. Que quede claro que sigo pensando lo mismo. No te lo mereces cabrón.

Fue fácil hacer el video montaje con los conocimientos de Colin sobre fotografía. Viste como se besaban apasionadamente y no te paraste a pensar en nada más, siempre tuviste una autoestima muy baja Severus, tan inteligente para unas cosas y tan torpe para otras. Fue divertido ver lo fácil que era hacerte caer en la trampa. Eres un tarado emocional Snape. Si te hubieses detenido a pensar un solo instante, si realmente te hubieses tomado la molestia de conocer a Harry, habrías sabido de inmediato que aquello no podía ser verdad, que él no sería capaz de engañarte con nadie. Pero algunas cosas no cambian y elegiste creerme y pensar lo peor de él como tantas veces hiciste injustamente en el pasado. No entiendo cómo se enamoró de ti con lo miserable que fuiste siempre con él.

Pero la vida pocas veces es justa. Te cuento todo esto para que hagas algo por arreglar lo que yo me tomé tantas molestias en joder. A mí ya no me quedan fuerzas para nada. Me muero Snape. La poción matalobos que tan “generosamente” has seguido suministrándome ya apenas hace efecto en mí. Las transformaciones son cada vez más terribles y dolorosas, supongo que tanto sufrimiento ha ayudado bastante a que me convierta en el bastardo insensible que debes pensar que soy. Sí, soy un hombre prematuramente viejo y cansado de vivir sufriendo, tengo el cuerpo machacado y el alma destrozada desde hace mucho tiempo, y en esto último tú tienes mucho que ver. No te puedo perdonar y tampoco quiero hacerlo, aunque no creo que eso te preocupe demasiado, quiero que sepas que me hizo mucha gracia, en su momento, manejarte como un pelele, era mi venganza por lo que nos hiciste a Sirius y a mí.

P.D. Hazle feliz, si le haces daño te juro que volveré y no lo haré solo. Traeré a Sirius y James conmigo, entre todos haremos picadillo de murciélago grasiento.

Remus Lupin. (El ultimo merodeador)




Remus Lupin, firmó la misiva con un suspiro de resignación. Ya no odiaba a Snape, pero le había detestado con toda su alma, no por haber contado su condición a todo el mundo logrando que le expulsaran de Hogwarts. No, le odiaba porque era el culpable de la muerte de Sirius. Bellatrix fue el brazo ejecutor pero Snape podía haberlo evitado, sabiendo como sabía que las visiones que Harry tenía, eran provocadas por Voldemort para conducirle a una trampa mortal. Lo sabía y no hizo nada, no impidió que Sirius fuera en busca de Harry aún a sabiendas de que todo era mentira, de que no era sino una maldita trampa. No lo frenó porque odiaba a Sirius.

Su Sirius. Su amante desde la adolescencia. Por eso él había disfrutado cada segundo el dolor de Snape, recordaba perfectamente su cara, todo un poema mientras visualizaba las imágenes que Colin había montado. Quería que sufriera como él lo había hecho.

Cuando Sirius murió, algo feneció dentro de Lupin y nunca volvió a ser el mismo. Su otra mitad había muerto, juró vengarse y lo había hecho, pero también había hecho daño a Harry y eso le hacía querer repararlo en lo posible. Aunque el mal ya estaba hecho. Se moría y lo sabía, tal vez no superase la próxima transformación, y deseaba que así fuera porque ya no le quedaban fuerzas para seguir luchando. Lo sentía por Nimphadora, su mujer, la quería, aunque no como había amado a Sirius, porque eso era imposible. El lobo elije a su compañero de vida y ese era Sirius Black. En un primer momento su impulso fue destrozar a Snape transformado en hombre lobo, pero su parte racional se impuso a su parte animal. Sonrio amargamente para sí, cuando supo como castigarle.

Sentía tener que irse tan pronto sobre todo por Teddy, al que tendría que conformarse con ver crecer desde el otro lado, pero su hijo tenía mucha gente que le amaba alrededor. Era un niño sano y muy feliz que había heredado la condición de Metamorfomago de su madre y se divertía mucho experimentando con su don.

A Remus solo le animaba un poco la expectativa de encontrarse con Sirius y con sus amigos, James y Lily de nuevo en el otro lado. Su momento de partir se acercaba y él estaba preparado para irse.



&&&&&&&&&&&&



Harry no tuvo tiempo para nada que no fuera proporcionarle a su antiguo amante los remedios necesarios para aliviar, en lo posible, su malestar. Severus se había caído de la escoba tras un largo viaje desde donde solamente él sabía. Exhausto y agotado, las fuerzas le habían abandonado cuando sobrevolaba Godric Hollow.

Había caído desde más de treinta metros de altura, para haberse matado. Era un milagro que siguiera vivo, aunque por supuesto apenas le quedaba un hueso sano en el cuerpo, se había roto tres costillas, los dos tobillos, la pierna izquierda tenía tres fracturas y uno de sus brazos estaba hecho trizas. Afortunadamente aunque tenía una considerable brecha en la cabeza no parecía haber ningún coágulo en el cerebro. Además se había mordido la lengua, la conservaba de milagro, pero no podía hablar, algo que Harry agradecía. Prefería no oírle de momento, estaba demasiado preocupado con su vuelta y el estado en que se encontraba para pensar en nada más. Lo primero era estabilizarle y asegurarse de que saldría de ésta, luego haría lo que había previsto: irse a casa, ducharse, cenar, aunque dudaba que fuera capaz de comer algo, y dormir. Se tomaría una poción para dormir sin sueños, porque le hacía más falta que nunca, necesitaba descansar. Mañana sería otro día.

Pero no… estaba claro que los hados no estaban de su parte ese día. Eran las dos de la mañana y acababa de llegar a su casa cuando oyó un ruido en su ventana. Era Hedwig con un pergamino en el pico. Le dio una chuchería a su lechuza e intrigado desenrolló el documento, al instante palideció y las lágrimas brotaron implacables de sus ojos. Remus se moría.



&&&&&&&&&&&&



Severus estaba muy cabreado, no se podía mover de la cama, estaba atado mágicamente, seguro que por orden de Harry. Le dolía hasta cuando respiraba en cuanto las pociones dejaban de hacerle efecto, y además, Harry llevaba todo el día sin aparecer por el Hospital y nadie le daba una maldita explicación del porqué de su ausencia. Necesitaba decirle muchas cosas. Harry tenía que saber porqué se fue y que Lupin no era el santo que parecía. Aunque tal vez todo fuese inútil y se había roto por todas partes, menos por una, gracias a Merlín, en su afán de encontrarle cuanto antes. Había volado desde su escondite en Alemania, sin hacer parada alguna y casi se mata, pero no había logrado hablar con él. Al menos esperaba que Harry le escuchase hasta el final, cuando su lengua sanase lo suficiente, eso si tenía la oportunidad de verlo otra vez, claro. ¿Dónde diablos estaba Harry?

La respuesta la tuvo al día siguiente cuando las encargadas de adecentar su habitación hablaban de la noticia del día: El entierro de Remus Lupin. Severus sintió que se ahogaba de ansiedad, ya sabía dónde estaba Harry y el motivo de su ausencia pero eso lejos de tranquilizarle le mortificaba aún más porque ahora no sabía cuándo podría hablar con él, y de hacerlo sabía que nunca creería que Lupin y Creevey fueran los culpables de su huida. Estaba desesperado.

Harry no apareció en los siguientes tres días, Severus empezaba a creer que nunca lo haría, pero se equivocó. Cuatro días después apareció y no venía solo. Colin Creevey venía con él. Harry despachó a las auxiliares de forma que quedaron los tres solos. Estaba demacrado, parecía no haber dormido nada en esos cuatro días y su pelo daba la impresión de no haber visto un peine en meses.

—Lo sé todo Severus—dijo con voz no demasiado segura—Remus me dijo que buscara a Colin que él me explicaría. Él no pudo hacerlo, apenas tuvo tiempo de decirme esto. No pude despedirme de él como me habría gustado—su voz se quebró, carraspeo para aclararse la garganta antes de continuar.

>> Ahora entiendo muchas cosas, pero eso no cambia nada por ahora. Necesito estar solo y pensar en todo con calma. Han pasado seis años, yo no soy el mismo y tú tampoco. Una vez más me siento manipulado por gente que quiero. No se me dio la opción de elegir, elegisteis por mí, Remus, Colin y tú. Cada uno por sus razones que seguramente son muy validas para vosotros pero entre todos me destrozasteis la vida.

>> Valoro en lo que vale el esfuerzo que has hecho por venir a verme y lamento tu accidente, de veras que sí pero… Severus eres un verdadero idiota, casi te matas—acabó diciendo Harry, mordiéndose el labio para no reír porque después de todo la cosa tenía cierta guasa.

—Lo siento…—farfulló con su lengua casi rota.

—Eso ya lo sé Severus.



&&&&&&&&&&&&



Un año después Harry Potter y Severus Snape se casaban. Teddy Lupin y Rose Weasley eran los encargados de llevar los anillos. No había sido precisamente sencillo para los contrayentes llegar a ese punto. Tal vez por eso ahora valoraban mucho más el estar juntos. Querían que lo suyo fuese para siempre y dar en las narices a algunos escépticos, que haberlos los había. Estaban hechos el uno para el otro y se amaban apasionadamente.

Les habían engañado y manipulado para separarlos. Como bien había dicho Harry, nadie le había tenido en cuenta a la hora de decidir por él. Primero fueron Dumbledore y el Ministerio, luego Remus, al que ya había perdonado a pesar de lo que hizo, tal vez porque había sufrido demasiado en la vida y él también sabía algo de eso. Esperaba que fuera muy feliz en el otro lado y que estuviera junto a Sirius, porque él sabía la especial relación que les unía. Sirius se lo había dicho. Había sido fácil perdonar a Remus porque sentía por Severus un amor tan abrumador como el que Sirius y él tuvieron.

Eran felices. Aunque algunos no entendieran su relación, su vida era suya y solo Severus y él tenían el derecho a decidir sobre ella.

Fue Harry quién inició el beso, sabía que Severus odiaba las manifestaciones públicas de afecto y quiso provocarle, pero el sorprendido fue él cuando su pareja mimo su nuca con una mano mientras con la otra le acariciaba el rostro al tiempo que saqueaba su boca a placer. Harry gimió y Severus intensificó el beso sorprendiendo a todos los presentes que nunca habrían esperado semejante demostración de afecto en el rígido hombre.

— ¡Qué suerte tiene Harry!—exclamó Hermione emocionada, enjugándose las lágrimas, logrando que su pelirrojo marido bufara y pusiese los ojos en blanco.



&&&&&&&&&&&&



— ¡No…Harry espera por favor!—. Harry que ya se había colocado debajo se sorprendió.

— ¿Qué ocurre?

—No, nada, es sólo que esta vez quiero estar yo abajo.

Harry jadeó. Severus nunca había sido el pasivo en su relación. Sus primeras experiencias habían sido con Mortífagos y éstos no habían sido precisamente amables o cuidadosos con él, por eso siempre se había negado a ser el pasivo con su pareja. Emocionado y nervioso Harry le preparó a conciencia, en sus encuentros en el Soho el siempre estaba arriba así que no era inexperto pero con Severus era diferente, quería que fuera simplemente perfecto, dejarle un recuerdo inolvidable.

Sabiendo que sería más fácil para él tras tanto tiempo sin hacerlo de ese modo Harry le pidió que se diera la vuelta.

Severus obedeció y Harry se colocó para lamer a placer la sonrosada entrada de su pareja. Severus gimió fuerte, excitado ante la inesperada caricia, y eso animó a Harry que profundizo todo lo que pudo, lubricando a conciencia su arrugado agujero. Cuando sintió que su pareja estaba lista, introdujo uno de sus dedos buscando su próstata. Severus empujó sus caderas indicándole que iba bien y Harry introdujo otro dedo, ahora sí dio con el punto mágico que buscaba, los jadeos de su pareja así se lo hicieron saber. Retiró los dedos y llevó la punta de su polla hasta la entrada y empezó a empujar abriéndole poco a poco hasta lograr introducirse por completo. Espero unos instantes para recuperar el resuello y dejar que Severus se acostumbrase a su intromisión, mientras aprovechaba para acariciar su espalda y besarle allí donde alcanzaba. Casi totalmente tumbado sobre él para poder morderle el hombro mientras le penetraba, Harry salió, casi por completo, para volver a entrar de una sola embestida. Severus aulló y Harry puso todo su empeño en golpear una y otra vez en la próstata de su amante hasta llevarle al orgasmo. Cuando estuvo seguro de que Severus no aguantaría más, salió, le volteó y se empaló en él, mirándole a los ojos mientras subía y bajaba marcando un excitante ritmo. Al fin sintió la semilla de su esposo derramarse en su interior y le besó con intensidad mientras perdía sus dedos en su suave cabello. ¡Merlín como le amaba! Y pensar que casi consiguen separarles para siempre. Recuperarían el tiempo perdido ¡vaya que lo harían!
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MensajeTema: Re: Tu, yo y los demás   Tu, yo y los demás I_icon_minitimeDom Jun 05, 2011 2:25 pm

Me ha encantado. Esa carta de Lupin a Severus es magistral. Sobre todo porque encaja perfectamente en Snape. Hay dos cosas en los personajes que coinciden perfectamente en cómo los veo: la inseguridad de Snape y el dolor de niño huérfano y maltratado de Harry. Y qué decir sobre la mala reputación de Snape y lo mal que pueden mirar su relación con Harry...
Maravilloso. Fantástico fic.
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MensajeTema: Re: Tu, yo y los demás   Tu, yo y los demás I_icon_minitimeMar Jun 21, 2011 3:56 pm


Gracias Rowena, por tus palabras. Me alegra que te gustase el fic, siempre he visto a Harry como un adulto con traumas, si no los tuviera creo que sería de otro planeta después de la infancia que tuvo y de que un psicópata quisiera matarle a toda costa. Severus no se queda atrás, que también lleva un bagaje a cuestas que "pa" que te cuento. Es inseguro y muy sensible, como Harry no se cree merecedor del amor de nadie, eso es lo que pasa cuando la gente que mas debería amarte y más seguro debería hacerte sentir te desprecia. Severus lo guarde todo bajo una coraza muy dificil de traspasar para la mayoria de la gente, aunque no para Harry que quiza por ser parecidos en tantas cosas le comprende como nadie. Por eso le perdona facilmente porque le entiende. Tambien he creído siempre que nadie o casi nadie entendería una relación como la suya.
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MensajeTema: Re: Tu, yo y los demás   Tu, yo y los demás I_icon_minitimeMar Jun 21, 2011 5:01 pm

Ahhh Gabrielle.. no puedes imaginar cuánto me emociona que coincidas conmigo en esa visión de los personajes, no puedo estar más de acuerdo, me parece bastante realista dentro de ese mundo fantástico creado por JKR como atractivo envoltorio para hablar de todo lo que habla en la saga, el amor, la muerte, la amistad, el sacrificio... Me encanta. Gracias por tu fic, cielo. Y sí, también me interesa las dificultades de una pareja como "nuestros chicos" en la vida real. Ahora que yo me planteo esto de escribir snarrys, no puedo perderlo de vista.

Me gustó mucho el planteamiento de Lupin. Por un lado, no me lo esperaba de él, siempre le ví más conciliador y amable, pero tuvieste buen cuidado de mostrarlo resentido por su próxima muerte y por algunas cosas más... muy interesantes. Otro tratamiento realista.
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MensajeTema: Re: Tu, yo y los demás   Tu, yo y los demás I_icon_minitime

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