Majo-san Vencedor de Voldemort
Cantidad de envíos : 3224 Fecha de nacimiento : 21/01/1986 Edad : 38 Localización : chilena Galeones Snarry : 102283 Fecha de inscripción : 22/06/2009
| Tema: Maldito Parvus Bonus. Capítulo 3 Vie Nov 20, 2009 12:33 pm | |
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Había pasado una semana desde que Draco había llegado como un bebé a la apacible casa que compartían Severus Snape y su pareja, Harry Potter. A estas alturas, la paciencia del ex profesor de pociones de Hogwarts, estaba más que puesta a prueba. A Harry se le había ocurrido la brillante idea que salieran a comer afuera, y nótese que dije brillante, ya que ahora se encontraban en un elegante restorán que solía frecuentar la pareja. El problema en todo el asunto es que Harry y Severus deberían estar disfrutando de una romántica cena, pero en cambio, Severus se encontraba pagando los destrozos que habían provocado. Un mesero en enfermería. Una señora de edad avanzada con una cólera que no se la quitaba nadie y un puñado de spaghetti en la cabeza. Un caballero de porte elegante junto a una muchacha que tenía su hermoso vestido negro, empapado con champaña. Un Severus Snape, más furioso que en las deplorables clases de Oclumancia que infructuosamente trató de enseñar a s actual pareja. Un Harry Potter totalmente arrepentido por haber propuesto el fatídico paseo. Un Draco Malfoy bebé feliz en los brazos de su guardián, Harry, mientras elevaba las manos tratando de alcanzar el desastroso cabello del moreno. El problema de todo fue que llegaron al lugar y Draco tuvo la brillante idea de voltear el vaso de vino en el regazo del profesor de pociones, que por esquivar el líquido corrió su silla para atrás y empujó al mesero que traía dos bandejas. Una de las bandejas traía unos vasos de champaña que cayeron sobre una joven y la otra bandeja que traía un plato de spaghetti con salsa cayó sobre la cabeza de una mujer mayor. Ahora Severus se disculpa por los desastres que su “torpe” reacción había tenido. Salieron del lugar y se fueron a un lugar apartado para poder trasladarse, normalmente Harry aparecía en los brazos de su pareja que antes de activar el traslador, pasaba una mano por su cintura para atraerlo a su cuerpo, pero esta vez, sin dirigirle la mirada, le quito al bebé de los brazos y activó el artilugio que los dejó en el patio de la casa que ambos compartían. Como era de esperarse Harry cayó en su trasero y vio como Severus le extendía el cuerpo del, aun divertido, bebé. Harry sabía perfectamente que Severus estaba molesto por lo que había pasado y sabía que sólo se le pasaría si el intervenía de alguna manera positiva para el hombre. El oji verde recibió el bebé de los brazos de su pareja y lo siguió dentro de la casa. Severus prácticamente azotó la puerta del despacho en el que se enclaustró. -Bien, Draco –le dijo al bebé mientras subía y lo preparaba para darle un baño y acostarlo, ya eran más de las 9:00 de la noche y se notaba que el pequeño empezaba a tener sueño–, creo que esta vez sí la fregamos –le dijo en tono cómplice abriendo los ojos, mientras hacía reír al bebé. Como tenía planeado, bañó y le dio leche a Draco, para que durmiera tranquilo. Luego de eso se dirigió al despacho que estaba en el primer piso y golpeó la puerta que su pareja había trancado del portazo. -¿Amor? –llamó, pero no obtuvo respuesta. Si Harry hubiera sido un chico normal, se habría resignado y habría dejado que su pareja dejara el berrinche, porque para él era un berrinche. Se iría a dormir y ya hablaría con él en la mañana, pero Harry no era así, nunca fue una persona normal, así que ocupando un poco de fuerza, mal proporcionada, abrió la puerta, pero con tan mal calculo que entró despedido por su propia fuerza, quedando de espalda, contra un sillón del despacho. -No era necesario que te humillaras ante mí, Harry –le dijo el mayor en tono divertido. -Idiota –murmuro, mientras se paraba y se arreglaba un poco la ropa- ¿Puedo saber si ya dejaste el mal humor de lado? –le preguntó parándose al lado del sitial donde su pareja estaba sentado, mientras cruzaba sus manos frente al pecho, tratando de parecer molesto. -No sé a qué te refieres –le dijo de manera esquivarte, lanzando miradas de soslayo al delgado cuerpo del menor. Si había algo que enloqueciera y sacara de sus casillas a Severus Snape, ese era Harry Potter, en la situación que se encontraran él siempre tenía algo diferente para ofrecerle y él sabía muy bien cómo aprovecharse de eso. Sabía que en este momento se le estaba ofreciendo en bandeja. Conocían sus juegos mutuos y sabía que Harry creía poder aplacar su humor con una buena sesión de sexo, cosa que el mayor nunca se atrevería a desmentir. -Vamos, cambia esa cara –le dijo en tono sensual, mientras le quitaba el diario que tenía entre las manos y se sentaba a horcadas en sus piernas. -Repito, no sé a qué te refieres –le dijo haciéndose el tonto. Harry había empezado a seducirlo y él no lo detendría. -No me gusta que estés así –le dijo mordisqueando su cuello y moviendo las caderas descaradamente, logrando fricción para despertar al camarada de su antiguo profesor de pociones, cosa que estaba logrando de manera esplendida– ¿Que quieres que haga para que me perdones por haberte arrastrado a ese restorán? –le preguntó infantil y meloso, pasando la lengua por el lóbulo de su oído. -¿Qué me ofreces, Harry? -le dijo al momento de tomar las caderas del menor y moverlas más fuerte, logrando que el oji verde gimiera por el acto. -Lo que quieras -le dijo, dándole carta blanca-, hazme lo que quieras –le susurró al oído. Severus se contuvo de gruñir casi con salvajismo, atacó la boca de su pareja que se ofrecía más que dispuesta a la batalla de lenguas que empezarían en cuanto el moreno abriera su boca, cosa que le encantaba atrasar al muy maldito, sólo para hacer que su pareja se desesperara más. -Harry –le advirtió, mientras mordía su labio inferior. El moreno abrió la boca y empezó a moverse más fuerte, para mitigar las ansias que quemaban a sus cuerpos. Severus se puso de pie y con el menor aun entre sus brazos lo llevó hasta el escritorio y lo recargó en este, mientras murmuraba un hechizo para desnudarlos lo más rápido posible. En este momento no estaban para preliminares ni mimos, eso lo dejarían para más tarde, ahora querían descargar las frustraciones que habían acarreado su fatídica cena. -Mierda, entra ahora –le dijo al oído– quiero que entres en mi… que me partas –le murmuraba. Severus era un hombre convencional, pero teniendo como pareja a un chico casi 20 años menos, solía disfrutar de sus sucias pláticas a la hora de tener sexo. -Cuida tu vocabulario –le mintió, pero enseguida ubicó su miembro en la reprimida entrada, para entrar de una sola vez. -¡Mierda! –exclamó, luego de sentir como era ensartado de una sola vez. -Algún día lo sabré –le dijo aguantándose las ganas de arremeter– porque estas siempre tan estrecho –le dijo para empezar con su suave vaivén, para luego apurar el asunto. Harry gemía y se aferraba a la espalda de su pareja. Mientras Severus se enterraba hasta sus entrañas, mordiendo su hombro de vez en cuando, para no soltar los vergonzosos sonidos que su pareja sí soltaba. -Más adentro –le pedía el menor. Severus salió de su interior y lo bajó del mueble para luego hacerlo girar y dejarlo de espalda, enterrándose nuevamente. Ahora tenía más piel para marcar, pues la espalda del chico se mostraba lisa y blanca. Harry se sujetaba lo mejor que podía del escritorio para no golpearse muy fuerte con este, pero no podía hacer mucho cuando sentía una cálida mano encerrarse en su miembro, mientras empezaban a frotarlo al mismo ritmo que las embestidas. -Ya no aguanto –le dijo entre jadeos, por lo que Severus aumentó la velocidad, logrado que ambos llegaran al clímax en un gemido unísono. Los dos jadeantes y sudados, trataban de recuperar un poco la cordura, que el post orgasmo les había provocado. Severus salió del interior de su pareja de manera suave para no causarle tanto daño al menor. -Se pasó tu enojo –le dijo el menor con una sonrisa. -Creo que sí, claro que tendríamos que repetirlo, sólo para ver si se me pasó por completo. -Bien –le dijo riendo, mientras era abrasado por la cintura–, entonces espérame en la habitación, yo le echare una mirada a Draco y voy –le dijo picando sus labios. -¿Pretendes ir así? –le preguntó elevando una ceja y mostrándole su desnuda apariencia. -Oh, lo olvidaba –le dijo invocando una bata–, voy en un momento –le dijo yendo en dirección a la habitación del bebé. Subió las escaleras y con un poco de dificultad por su particular molestia, se acercó a la cunita donde el pequeño rubio dormía plácidamente– ojala yo tuviera uno así –dijo acariciando la mejilla del bebé. De repente una idea pasó por su cabeza, que lo preocupó por un instante, pero luego se calmó. - No, seguro Sev lanzó el hechizo anticonceptivo –se dijo tranquilo. Algo completamente diferente al hombre que había quedado congelado en la puerta, luego de escuchar a su pareja… “mierda”
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Última edición por Majo-san el Sáb Ago 02, 2014 9:04 pm, editado 1 vez | |
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Yuki Fer As de oclumancia
Cantidad de envíos : 1504 Fecha de nacimiento : 07/04/1992 Edad : 32 Galeones Snarry : 108299 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: Maldito Parvus Bonus. Capítulo 3 Dom Oct 07, 2012 6:15 pm | |
| upss alguien esta en problemass jajajaj pobre sev eso le pasa por pensar con la otra cabeza .......XD jajajaja....... sensei me encanto el lemon muy bien hecho..n_n | |
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