Enfermo de amor. Capítulo 17 Indulto

Tema: Enfermo de amor. Capítulo 17 *Indulto* Lun Abr 06, 2009 11:49 am

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Indulto

Con el paso de los días, la perspectiva de Harry cambiaba paulatinamente. Le era emocionante tocar a la puerta del despacho del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras sabiendo que encontraría una mirada proveniente de los ojos negros que amaba. Severus siempre estaba presente en cada uno de las detenciones y eso le hacía latir más rápido su corazón… “sigue cuidándome” pensaba feliz, había aprendido a reconocer el motivo por el que siempre estaba ahí, no era por Ángelo, era por él, para cuidar que no se extralimitara en el castigo.

Cerró los ojos recordando lo sucedido un par de días atrás.

“No creo que sea inteligente dejar que Potter realice esa tarea. –comentó Severus con displicencia cuando Ángelo sugirió que Harry puliera unos artefactos de metal que tenían un aspecto tenebroso-. Con su torpeza no podría esquivar las filosas esquirlas y dudo que quieras darle explicaciones a Albus del porqué su alumno tiene menos dedos que en la mañana… recuerda que lo que cercenan ya no es posible volver a unir”

Ángelo no tuvo más remedio que gruñir y ponerlo a realizar otra tarea más sencilla. Harry aún recordaba la tímida sonrisa que Severus le envío cuando Ángelo no le veía. Siempre era lo mismo, terminaba acomodando libros y lejos quedaba cualquier labor consideraba peligrosa o humillante. Aún ahora podía repetir la sensación que le provocó en ese momento la sonrisa de Severus, fue olvidarse de todo para corresponderle con una sonrisa igual de tímida. No se dio cuenta que había dejado de trabajar y cerrado sus ojos con ensoñación mientras se abrazaba de la escalera que usaba para acomodar algunos libros en las estanterías más altas.

- ¿Estás bien? –preguntó Severus a su lado.

- ¿Eh?... sí, sí… gracias. –dijo ruborizándose antes de intentar retomar su labor, pero enseguida cambió de parecer y sentándose en uno de los peldaños de la escalera, miró a Severus, el hombre quedaba un poco por debajo de él debido a que se encontraba parado a un lado de la escalera donde se había montado-. ¿Y tu amorcito?

- Salió, Dumbledore le mandó llamar por un problema con uno de sus alumnos. –respondió sonriéndole al notar que Harry ya no le hablaba con rencor-. Creo que estabas demasiado sumido en tus pensamientos si no te diste cuenta de cuanto me costó que se marchara y nos dejara solos.

- ¿Y para qué querías estar solo conmigo? –cuestionó inclinándose un poco más, acercando su rostro al del Profesor.

- Pues, porque… noté que andabas más distraído de lo cotidiano y…

Severus se veía sumamente nervioso, no podía ni concentrarse en lo que quería decir, los labios de Harry eran muy tentadores y casi sentía su aliento sobre los suyos provocándole a devorarlos, pero antes de que toda su voluntad mermara, bajó la cabeza ante la impotencia del chico, quien no le quedó más remedio que suspirar resignado.

- Lo que te dije en la oficina de Dumbledore es cierto, Severus. –dijo Harry.

- Algún día te convencerás de que tu imaginación te juega sucios trucos.

- Es otra persona quien juega sucio, pero en fin, no me refería a eso. –espetó Harry intentando no recordar a Ángelo-. Hablaba sobre la fe en la persona que uno ama. Yo te creería todo, Severus, ¡te creo todo!.

- Harry…

- ¿Porqué crees que sigo hablándote? ¿Porqué supones que estoy aquí contigo, ahora, Severus?... porque te amo y sé que tú también me amas. –le dijo levantándole el rostro para obligarlo a mirarlo-. Sé que me enojo mucho, que reacciono como niño caprichoso, que me alejo maldiciéndote y jurando que te olvidaré… pero no lo hago. Siempre termino olvidándome de nuestras peleas porque recuerdo que no es tu culpa, que tu mayor error es creer en quien no lo merece, creíste en Voldemort alguna vez y recapacitaste, ahora sigo pensando que también sucederá lo mismo con Ángelo, porque a pesar de todo lo que pueden decir de ti, eres una buena persona, Severus, y aún confías en la gente, te niegas a dejar de hacerlo, lamentablemente no sabes diferenciar bien quien te ama y quien no… y hay quienes se aprovechan de eso.

- Yo quisiera que fuera verdad lo que dices. –le confiesa con un brillo enorme en sus ojos-. ¡Daría lo que fuera para que tus fantasías fueran ciertas, pero no es así!

- Dame un beso.

- ¡No!... ¡Jamás, jamás haría tal cosa contra ti!

- ¿Vas a reconocer al fin que me amas?

Por toda respuesta, Severus le abrazó por la cadera recostando su cabeza en el regazo de Harry. El chico se inclinó para abrazarlo cariñoso, podía comprender su angustia, si lo amaba y estaba seguro de una horrible advertencia Veela debía ser desesperante. Sintió pena por él, así que permaneció en silencio acariciándole el cabello con suavidad.

- ¿Recuerdas cuando te besé? –preguntó Severus sin moverse de ese cálido lugar.

- ¿Nuestro primer beso?... nunca se me olvidaría.

- Mientras lo hacía, me imaginaba contigo a futuro… casados, tal vez con un hijo que sería tan travieso como tú, pero inteligente como yo.

- ¿Un hijo? –repitió azorado.

- Sí… cuidarlo juntos, educarlo. Te imaginaba desde tu embarazo yendo a comprar su cunita, o ropa ñoña, de esa que les gusta para ridiculizar bebés, me imaginaba discutiendo contigo por el color de la habitación de nuestro pequeño y luego reconciliándonos en la cama. Nos imaginaba celebrando cada aniversario con una sorpresa diferente, algunas veces saliéndonos mal, otras terminando riendo por hacer rabiar a algunas personas, pero al final, siempre abrazados mirándonos enamorados… Cuando te fuiste aquella noche creí que nuestro único inconveniente era nuestra relación de profesor-alumno, tal vez también nuestra diferencia de edades y personalidades… jamás creí que algo insondable se fuera a atravesar en nuestras vidas para encargarse de que esos sueños jamás se cumplieran.

- Severus…

- ¡Te amo! –le dijo levantando el rostro para mirarlo a los ojos mientras gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas-. Ya no soportaba dejar pasar un día sin decírtelo… perdóname, Harry, perdóname por hacerte sufrir, pero ya no quiero que esto continúe. Necesito que te olvides de mí, hazme ese favor y ayúdame a tener una vida tranquila, te lo suplico… olvídate de mí y sé feliz con alguien más, es la única manera en que puedes ayudarme a tener un poco de alegría en mi corazón.

- ¡No! –negó comenzando a llorar también.

- ¡Por favor! –suplicó entre sollozos ahogados-. Ya no puedo verte ni un día más sufriendo por mi culpa… si me quieres, ayúdame a conseguir la paz que necesito.

Harry apretó la cabeza de Severus contra su pecho, llorando angustiado de sentir la desesperación del hombre, su implorante súplica que nunca imaginó obtener de él. Un ruido hizo que Severus se separara abruptamente, era Ángelo que regresaba, por unos segundos hubo un silencio abrumador. El Veela observaba como su pareja no se atrevía ni a mirarlo y Harry lloraba trepado en la escalera, era una escena que le preocupó, y todavía más cuando Severus pasó a su lado para salir del despacho sin dirigirle la mirada, sospechó que se marchaba llorando también, por eso le había evitado. Cerró la puerta mientras veía como Harry bajaba de la escalera con lentitud y tomaba su mochila.

- ¿A dónde vas? –le preguntó desafiante-. No he dicho que puedas marcharte.

- La detención ha terminado. –respondió furioso consigo mismo por no poder evitar el quebranto de su voz, y se limpió las lágrimas bruscamente.

- Eso lo decido yo.

- ¿Qué es lo que quieres, Ángelo? –le preguntó Harry dejando caer al suelo su mochila-. ¡Míranos, disfruta lo que has conseguido, tanto Severus como yo lloramos porque tú no nos dejas estar juntos!... ¡Ahora déjame ir, maldita sea!

- Más te vale que no se te haya ocurrido propasarte con él… o amanecerás muerto.

- ¡Basta! –gritó enfurecido-. ¡A mí no puedes mentirme, ambos sabemos que esa advertencia es falsa, que no pasaría nada porque no pasó, porque estoy vivo a pesar de que Severus me hizo el amor como jamás podrá hacerlo contigo!

- Eso no puedes asegurarlo. –respondió celoso.

- ¡Sí puedo, yo creo en Severus y creo que cuando me dijo que me amaba era verdad!... ¿O puedes decirme que alguna vez te dijo que te amaba?

- ¡Eres un miserable arrogante! ¡Te odio!

Harry no pudo hacer nada por esquivar el hechizo que Ángelo le envió y terminó estrellándose de espaldas contra algunos bancos. Pero pasada la primera sorpresa, decidió que era hora de hacer válidas todas las enseñanzas de Severus, ahora se desquitaría de su primer duelo. Sin importarle reglas del juego o sentimentalismos absurdos, Harry le envió un Cruciatus que hizo que el Veela gimiera de dolor por varios minutos.

Finalmente, haciendo un gran esfuerzo, el profesor hizo gala de sus conocimientos sobre Artes Oscuras y envió a Harry un hechizo que el chico pudo esquivar, tuvo que romper la maldición sobre el Veela pero miró aterrado como el banco donde cayera el rayo que iba dirigido a él se derretía como desmenuzado por ácido hirviente.

- ¿Qué clase de persona eres, Ángelo? –le miró con asco.

- De la misma que tú… me lanzaste un cruciatus ¿se te olvida?

- Como lo hiciste tú en la sala de los menesteres, pero ahora me la pagas… ¡Serpensortia!

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Tema: Re: Enfermo de amor. Capítulo 17 *Indulto* Lun Abr 06, 2009 11:50 am

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Una serpiente de más de tres metros apareció de la varita de Harry y ordenándole en Parsel la dirigió hacia Ángelo para atacarlo. Rápidamente el Veela se deshizo de ella antes de que pudiera cumplir su cometido y miró asombrado hacia el chico.

- No tenía idea de que hablaras Parsel… ahora sostengo con más fuerza lo parecido que eres al Señor Oscuro.

- Ya no me amedrentan tus tonterías, Ángelo… aquí el experto en Oscuridad y Tinieblas eres tú, pero en esta ocasión no te dejaré ganar.

- ¿Dejarme? –se burló sonriente-. ¡Puedo ganarte con los ojos cerrados!

- ¡Pues demuéstralo!

Ángelo lanzó una maldición que Harry no conocía, en un principio no sintió ningún efecto cuando el rayo plateado le alcanzó, pero al cabo de unos segundos notó su mirada enturbiarse, todo se desapareció a su alrededor y no hubo más que oscuridad y silencio, un miedo intenso fue invadiéndole, era algo incontrolable, miraba a todos lados sintiendo las penumbras taladrándole los ojos. Y finalmente una luz, diminuta y débil, además de muy lejana. Tenía miedo de dar un paso, parecía estar sostenido en el vacío y cualquier movimiento le haría precipitarse hacia la nada para la eternidad. Y entonces sucedió, la luz se hizo más grande y una imagen surgió de ella, era el mismo Ángelo, sin que nadie se moviera, la imagen del Veela fue acercándose, como si flotara tenebrosamente. A sus pies, un cuerpo yacía inmóvil, acercándose al mismo tiempo que él. Harry miró al cuerpo, estaba hecho un ovillo por lo que no podía verle el rostro pero lo reconocería en cualquier parte.

- ¿Qué le has hecho? –preguntó al Veela con un hilo de voz.

- Nada… es tan sólo una imagen, niño tonto. –respondió Ángelo con burla-. Pero Severus terminará así si no te alejas de él.

- ¿Es una amenaza?... ¿Cómo puedes amenazar contra alguien que supuestamente amas?

- No sé, tal vez sea el orgullo Veela… por algo existe la advertencia, Harry.

- ¡Deja de hablar de eso, no es verdad!

- Sí lo es, Harry… todo aquel que se atreva a tocar a quien yo, como Veela, reclame como pareja, morirá antes del siguiente amanecer.

- ¡Yo estoy vivo! –exclamó Harry desesperado.

- Y eso es gracias a mí.

Harry se resistía a preguntar, pero ya estaba ahí, y si podía averiguar la verdad tal vez eso le ayudaría a que Severus finalmente le creyera.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- ¿Recuerdas el beso que te di en la enfermería?... pues bien, eso fue mi indulto, Harry. Si no te hubiera besado, habrías muerto antes de que Severus y yo regresáramos de nuestro encuentro con el Señor Oscuro.

- ¿Un indulto?... ¿Pero porqué? –preguntó confundido.

- Porque no me convenía que murieras, en ese entonces aún eras necesario para la guerra, y precisamente en ese momento Severus y yo nos dirigíamos hacia el peligro, creí que serías nuestra única esperanza… pero si lo que pasó entre ustedes esa noche hubiera pasado ahora que el Señor Tenebroso ha muerto, te aseguro que te dejaría morir como un animal rabioso.

- ¿Tú sabías que…

- No supe lo que pasó aquella noche si es lo que te interesa saber. Pero creí reconocer la muerte de la advertencia, por eso te di el indulto, nunca antes la había visto y gracias a mi desconocimiento lograste engañarme al hacerme creer que era yo por quien te interesabas, pensé que me había equivocado, no le di importancia pues yo jamás te correspondería. Luego, cuando los descubrí en el cuarto de los menesteres, te odié como nunca, por tu culpa Severus estaba a punto de morir.

- ¿Morir?

- Ni cuenta te diste ¿verdad?... Severus bebió de un potente veneno en su copa, y si no fuera por mí, ahora estaría muerto y todo por cumplir su capricho contigo.

- No puede ser. –musitó con miedo.

- Lo es. Ahora he vuelto a comprender que te has empecinado con mi Severus y no puedo permitirte seguir vivo, Harry, tal vez con el indulto te hayas librado de la advertencia Veela, pero no lo conseguirás de mi furia.

- ¿Porqué ni Severus ni el Profesor Dumbledore saben del indulto? –cuestionó sin hacer caso de su amenaza.

- El reclamo Veela es una práctica muy poco usada en la actualidad. En realidad soy el primero que la formula desde hace varias décadas. El indulto es conocido por muy pocos, y nadie lo confesaría, puedo asegurarte que he sido el único que lo ha otorgado… después de todo, no habrá ningún Veela que perdone al amante de su pareja, si yo lo hice, no fue por ti, fue por las circunstancias.

- Entonces… ¿no hay impedimento para que Severus y yo estemos juntos?

- ¿Y yo qué soy? –preguntó indignado-. ¡No te olvides que sigo siendo su pareja!

- ¡Pero puede repudiarte, lo leí en los libros!

- Bien, parece que algo te animó a estudiar un poco. Lástima que Severus jamás me repudiaría, Harry, él no te creería nunca sobre el indulto, no existe ningún libro o escrito que hable de él, es un legado exclusivo de pocas familias Veela, y parece que todos se han olvidado de él como de la advertencia… ¡ah, por cierto! –agregó con un brillo malicioso en su mirada-. ¿Sabes cuál fue el motivo por el cual tuve que reclamarlo?

- ¿Un motivo?... no hay ninguno más que tu obsesión con Severus.

- Te equivocas. –respondió triunfante-. Lo hice justo a tiempo antes de que el Señor Oscuro se lo follara.

- ¿Qué?

- Severus estaba a punto de ser convertido en su consorte… por su propia voluntad.

- ¡Mentira! –gritó enfurecido.

- Si no quieres creerme no me importa. –dijo encogiéndose de hombros-. Severus iba a dejarse tomar por tu peor enemigo, Harry, por aquel que mató a tus padres. Albus lo sabía, por eso nos quería juntos, para hacerle quitar esa idea de la cabeza a su amigo, pero Severus se resistía porque quería hacerlo. Pero no te preocupes por su libido, niño, que esa misma noche, aunque no con el Lord, pero sí conmigo, tuvo la noche que quería.

- Eres… asqueroso.

- Bueno, no puedes culparme, tú también tuviste tu ración de Severus… y no me negarás que es delicioso, lástima que no puedas volver a probarlo.

Harry se indignó ante la marcada ironía con que Ángelo hablaba de Severus, y olvidándose del miedo que le daba aquel lugar, se lanzó contra el Veela, consiguiendo que por lo sorpresivo de su ataque el maleficio se rompiera y cayera de rodillas sobre el suelo del aula. Miró a Ángelo que había caído hacia atrás y aprovechando el momento le apuntó con la varita, otro crucio hizo que el Veela se retorciera gritando, una nueva maldición y la sangre empezó a brotar por su boca. Al cabo de unos minutos, Harry se detuvo para atarlo firmemente con unas sogas. Ángelo se revolvió furioso de que los papeles se invirtieran, sus ojos aceitunados centellaban de ira.

- ¡Suéltame, maldito! –exigió jadeando exhausto.

- ¡Jamás!... ¡ahora mismo iré por Severus y le dirás lo del indulto!

- ¡Puedes soñar lo que quieras, niño, lo negaré todo si se te ocurre decírselo!

- ¡Puedo mostrárselo, sé que me creerá ahora!

- ¡No lo hará! –afirmó sonriendo de una forma que un escalofrío recorrió a Harry-. ¡Te reto, Harry, te reto a que se lo digas, y entonces Severus jamás conocerá a su hijo que llevo en mi vientre!... ¡Un hijo, al que ruega, no hayas matado!

Harry dio unos pasos hacia atrás trastabillando con un banco en el que finalmente se quedó sentado. No dejaba de apuntar a Ángelo, mientras que su sonrisa triunfante le quemaba el alma y su cerebro le repetía cruelmente la información que acababa de obtener… Ángelo esperaba un hijo de Severus.

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Tema: Re: Enfermo de amor. Capítulo 17 *Indulto* Mar Abr 07, 2009 12:22 am

Que triste momento el de Harry y Sev en la detención.... pobresitos, pucha que me los haces sufrir, mala!!

te he dicho que odio a Ángelo???? bueno lo ODIOOOO!!! jejeje

Besos Very Happy

Tema: Re: Enfermo de amor. Capítulo 17 *Indulto* Mar Abr 07, 2009 9:52 pm

yo también sufrí esa escena, poecitos de los dos, me conmovió más severus aún, porque está con que quiere estar con harry pero se siente atado sin siquiera poder decirle que lo ama. T__T

y pensando así, pues hasta yo abucheo a Angelito Razz

Tema: Re: Enfermo de amor. Capítulo 17 *Indulto* Vie Jun 26, 2009 11:00 pm

angelo tiene que estar mintiendo no puede estar esperando un hijo de sev o si maldito lo odio

Tema: Re: Enfermo de amor. Capítulo 17 *Indulto* Sáb Jun 27, 2009 1:30 pm

jeje, creo que odiarás a Ángelo un poquitín más
justo ahora que nos gustaría que estuviera diciendo una más de sus mentiras... dice la verdad, XD tongue

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