La Mazmorra del Snarry
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

La Mazmorra del Snarry


 
ÍndicePortalÚltimas imágenesRegistrarseConectarseFacebook
La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Un mes para el recuerdo... Juno Snape...9 de mayo

Ir abajo 
AutorMensaje
Juno Snape
Aprendiz de vuelo
Aprendiz de vuelo
Juno Snape


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Juego del verano 2 Juego del verano 1 Tú eliges cómo continuar 1 El pergamino Apolillado-Navidad 2015 Navidad 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 329
Fecha de nacimiento : 13/09/1991
Edad : 32
Galeones Snarry : 67517
Fecha de inscripción : 27/04/2012

Un mes para el recuerdo... Juno Snape...9 de mayo Empty
MensajeTema: Un mes para el recuerdo... Juno Snape...9 de mayo   Un mes para el recuerdo... Juno Snape...9 de mayo I_icon_minitimeJue Mayo 09, 2013 9:45 am

a) Título del fanfic: Cadenas de Oro

b) Autor (a): Traductora: alima21
Autora: Crymsym

c) Link a la historia: http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=1588&ageconsent=ok&warning=5

d) Fragmento que deseen recordar del fanfic en cuestión: Todo había pasado tan rápido. En un minuto estaba parado ahí, pensando en sus propios asuntos, y al siguiente había sido secuestrado.

Ni siquiera había tenido oportunidad de pelear. Las manos sobre él, sujetándolo, lo habían despojado rápidamente de su varita, antes de murmurar un encantamiento que lo habían hecho perder el control de los músculos de su cuerpo. Cayendo limpiamente, el rostro contra el suelo, había escuchado pasos caminando apresuradamente y luego sintió como era alzado hasta quedar colgado en los brazos de alguien. Un jalón en su estómago fue la única pista que le indicó que alguien se lo había llevado con un traslador. Odiaba esa sensación que pasaba a través de su cuerpo, haciéndolo sentir enfermo. Si esto duraba mucho podría vomitar. Hmmm...ese era un buen pensamiento, podría distraerlos el tiempo suficiente como para lograr escapar.

Sin embargo, antes que pudiera hacer nada el giro a su alrededor se detuvo. Habían llegado a su destino.

La repentina vida que fluía nuevamente dentro de su cuerpo hizo que arremetiera, haciendo que los que lo rodeaban maldijeran y se lanzaran sobre él. Una seca orden “¡sujétenlo, maldita sea!” fue escuchada. Luchando por mirar hacia atrás, Harry se encontró enfrentando a una persona que nunca esperó volver a ver.

Permaneciendo de pie sobre su cuerpo postrado, Severus Snape le sonrió. La visión lo congeló. Sin embargo, lo que Severus tenía en sus manos fue lo que hizo que Harry redoblara sus esfuerzos por escapar. Ásperas palabras dirigidas a los que lo retenían hizo que apretaran su agarre. Arrodillándose para montarlo a horcajadas, Snape colocó un collar de oro alrededor de su cuello.

-Shhh, no te preocupes. Es una precaución, eso es todo. Por tu seguridad- el collar fue cerrado firmemente, mientras encima de él, las palabras susurradas le aseguraban que no había forma de que pudiera aflojarse.

-Bastardo- gruñó Harry, sintiendo que un repentino letargo corría a través de él. Sus miembros rehusaban funcionar. Un dedo fue colocado contra sus labios.

-¡Basta ya!- luego, dirigiéndose a las otras personas presentes en la habitación, ordenó-: ¡Váyanse!.

Las manos que lo sostenían se retiraron mientras las personas se alejaban. Harry ni siquiera miró hacia la puerta que se cerraba tras ellos, dejándolo solo con Snape.

Sentándose más completamente sobre Harry, Snape dejó que sus dedos se movieran sobre los labios del hombre tendido, sus ojos entrecerrándose con placer.

-No tienes idea de cuánto he esperado una oportunidad para tenerte para mí, ¿verdad?- el tono era contemplativo, como si se dirigiera una pregunta a si mismo. Sus ojos se aguzaron repentinamente, mirando al chico-. Demasiado.

Se inclinó hacia abajo, colocando las manos a ambos lados de la cabeza de Harry. Éste pudo sentir la total longitud del ardiente cuerpo enterrándose en el propio. Abriendo lo ojos, fu incapaz de hacer nada por evitarlo. Debió ser la impresión de sentir el roce de unos labios contra los suyos lo que hizo que abriera la boca. Seguramente no pudo haber deseado que Snape tomara ventaja sobre su boca. El gemido que salió mientras unos labios se movían contra los otros, y una lengua contra la otra, definitivamente no venía de él, ¿verdad?

Lo que no se podía negar era la mirada de suprema satisfacción en el rostro de Snape mientras levantaba la cabeza para mirar a Harry. Sonriendo, se levantó y se alejó, sentándose en un sofá cercano, permitiendo que Harry recuperara el sentido.

-¿Sabes?, deberías levantarte. El suelo está frío.

Tembloroso, el joven se paró y, sin apartar la vista del hombre que estaba al otro lado de la habitación, se sentó con cautela en una silla. Observó al hombre frente a él, las manos alzadas, los dedos descansando contra los labios, como un halcón. (…)


Él había estado aburrido más temprano, aburrido y cachondo, según podía recordar.

”Mierda, él no es el único en esta relación. ¡Si yo quiero sexo ahora, maldito si tendré sexo *ahora*!”

Revisando su apariencia en un espejo cercano, salió de cacería. Una sonrisa predadora en su rostro. Sev no sabría lo que lo había golpeado.

Su esposo estaba hablando con uno de sus subalternos cuando detectó algo con el rabillo del ojo. Levantando la mirada, quedó atrapado por la visión inclinada contra una de las dobles puertas abiertas, con una expresión indescifrable en el rostro. Había esperado hasta conseguir la total atención de Sev antes de esbozar una pequeña sonrisa juguetona, llena de promesas.

Todo lo demás se desvaneció. La habitación, el hombre con quien estaba hablando, nada existía excepto su esposo. Su Harry.

La sonrisa se transformó en una pequeña risa mientras Harry se alejaba lentamente, corredor abajo. El otro hombre debió pensar que había dicho algo, pues de repente se encontró hablándole a la espalda de un Señor Oscuro que desaparecía rápidamente. Dejó de hablar, indeciso.

-Lo esperaré aquí entonces ¿cierto?.

Nunca obtuvo respuesta.

Harry había conducido a Sev a través del pasillo, escaleras arriba y corredor abajo hasta su habitación, sin dejar que su esposo se le acercara en todo ese tiempo. En cada vuelta o cruce
miraba sobre su hombro y le sonreía, antes de seguir.

Sev estaba intrigado por decir lo menos. Pero no tan intrigado como estuvo cuando llegaron a la habitación y Harry se abalanzó hacia sus brazos, golpeando su espalda contra la puerta. Las manos del joven aferraron su cabello oscuro, las piernas se cerraron alrededor de su cintura, Harry apenas le dio un segundo para recuperarse antes de tomar posesión de sus labios en un beso apasionado.

Ambos jadeaban cuando, pocos minutos más tarde. Harry rompió el beso.

-Cama. Ahora- fue todo lo que dijo antes de que ambos cruzaran la habitación.

Sev había estado asombrado, y excitado, cuando su esposo había hecho que ambos rodaran hasta que él estuvo encima. Aferrando las manos de Sev sobre su cabeza, susurró sedosamente a su oído:

-¡No, no, esta vez es mi turno!

Las ropas desaparecieron volando, los botones se reventaron, las costuras se rasgaron, antes que Harry procediera a conducir a su esposo hacia una lujuria enloquecedora.

Lo cual los había traído hasta su actual posición.

Las piernas empezaron a arder, así que aceleró sus movimientos, bajando la cabeza y abriendo sus ojos para hundirlos en la mirada negro noche de los ojos de Sev. Era como atrapar el fuego. Ninguno podía apartar la mirada y, en la cima de su éxtasis, cada uno podía jurar que había visto eternidad en los ojos del otro.

El acercamiento era, después de todo, tan bueno, o hasta en cierta forma mejor que el sexo.

”Quizás estoy resignado a mi destino. Debo estarlo. Un par de semanas atrás, jamás habría instigado al sexo. ¿Acaso llegué al punto en que ni siquiera me importa?” Eso lo condujo a otro pensamiento. “¿Y si consiguen rescatarme? ¿Qué haré? ¿Todavía querré partir o tendrán que obligarme? ¿Oh, Dios, qué voy a hacer?”

Harry presionó la cara con más fuerza sobre el hombro de su esposo, haciendo que Sev enroscara sus brazos completamente alrededor de su cuerpo.

-Te quedaste muy quieto. ¿Estás bien?

-Sí, sólo cansado.

Sev frotó su barbilla contra la coronilla de Harry.

-Vamos a dormir. Después de esta ejecución, tengo planes que van a durar al menos el resto de la noche.

No más sexo, no más conversaciones intimas en la noche, no más caricias”

Sabía que Sev lo amaba. Lo amó lo bastante como para secuestrarlo y mantenerlo encerrado hasta que pudiera convencerlo de su afecto. Y Harry se había acostumbrado a sus atenciones. Y ahora no sabía si podría vivir sin ellas.

(…)
Al final todo fue inútil. Las protecciones indemnes sucumbieron ante la presión. De hecho, como podrían sostenerse en primer lugar, cuando el mago que las destruía era el mismo que había creado muchas de ellas.

Después de Dumbledore, Severus había sido el principal defensor de Hogwarts, había creado y mantenido la mayoría de la defensas mágicas que poseía la escuela. Era la única persona que conocía íntimamente tanto la construcción como cada pulgada de las defensas. Además, había creado lagunas en los hechizos que sólo él conocía.

La batalla rugió a través de toda la escuela pero, al final, fue inútil. Al final, los defensores tuvieron que rendirse. Rendirse o morir.

La gran mayoría de los residentes de la escuela se habían refugiado en el Gran Comedor, pero incluso ese sitio había sido doblegado y Snape entró triunfante hasta el medio del salón, sus partidarios arremolinados a su alrededor, sosteniendo las varitas para defenderse de sus adversarios.

Harry estaba parado al frente de un grupo de niños de primer año, con la varita frente a él. Esposo o no, Severus no los tocaría.

Lanzando una mirada de desprecio sobre su antiguo patrón y sus fuerzas restantes, especialmente sobre un Sirius que gruñía y despotricaba, sus ojos se posaron finalmente sobre Harry.

-Ven aquí, Harry- tendió su mano imperioso. Al ver que su esposo se negaba a dejar a quienes estaban a su cargo, sus ojos se suavizaron ligeramente-. Ellos no serán heridos. No estoy interesado en dañar niños.

Harry luchaba entre la urgencia de correr hacia su amado y la urgencia de aferrar su recién encontrada libertad tanto tiempo como fuera posible. Anhelaba a Severus pero podía vivir sin Snape. Durante su breve libertad, se había dado cuenta de que amaba a su esposo y se quedaría con él de buena gana si no tuviera las restricciones del collar mágico, pero sólo sin eso. Si Severus insistía en reparar los hechizos rotos Harry podría ver su amor transformado en odio, quizás no ahora, pero en algún momento en el futuro. Él y su esposo se convertirían en enemigos. Enemigos que compartían una cama pero enemigos igual, y las pesadillas de Harry sobre tener que luchar contra su amor se convertiría en realidad.

Sabía que al final sería inútil luchar contra la posibilidad de regresar con su esposo, pero no haría de ésta una victoria fácil.

-¿Harry?- Severus todavía permanecía con la mano tendida, pero su expresión se había endurecido ligeramente. Ese fue el momento que Sirius eligió para hacer un último intento para atacar a su némesis. Clavó un codazo en el estómago del mago oscuro antes de saltar hacia delante, listo para encajar sus dientes y uñas si fuera necesario.

Alcanzando su varita, Severus lanzó un hechizo antes que nadie pudiera reaccionar.

-Petrificus Totalis.

Se escuchó un ruido sordo al tiempo que Sirius golpeaba el piso, sólidamente congelado.

Severus gruñó, furioso más allá de la comprensión. “¡Cómo se atrevió!”. Levantó la varita de nuevo pero fue detenido por una cálida mano que cubrió la suya.

-Por favor. Por favor, no le hagas daño. Haré lo que quieras. Todo lo que quieras pero no lo hieras.

Harry casi lloraba por el miedo. No tomaría oportunidades a costa de la vida de su padrino. Si su libertad era el precio por la seguridad de Sirius, entonces lo pagaría.

Dándole a Black una última mirada despiadada, Severus enlazó sus brazos alrededor del tembloroso joven, la furia cediendo ligeramente. Black no le importaba un comino, de hecho, su vida sería más fácil sin el maldito chucho, pero Harry amaba a su Padrino y si Severus cedía a su urgencia de deshacerse del bastardo, levantaría un muro infranqueable entre él y su esposo. Harry y él ya tenían suficientes problemas.

-Shhh, no voy a hacerle daño- una mentira blanca pero necesaria-, sólo quiero evitar que se hiera a si mismo...”y sacarlo de mi camino”

Alzando el rostro de Harry para mirarlo de frente, besó las lágrimas antes de tomar posesión de su boca en un ardiente beso.

Harry no pudo evitar que se le escapara un gemido, sus manos aferradas a la túnica de Sev.

Levantando la cabeza, Severus se sintió satisfecho al ver la expresión radiante en las facciones de su esposo.

-Tú me perteneces. A mí. Nadie va a apartarme de ti nuevamente- al ver la aceptación en los ojos de Harry, colocó su cabeza bajo su barbilla, enroscando un brazo alrededor de su cintura, antes de virar su atención al resto de los presentes en la habitación.

Ojos aturdidos se encontraban con los suyos desde cada ángulo de la habitación. Sólo los seguidores de Severus decidieron no notarlo, alejándose ligeramente para darles mayor privacidad.

El mago sonrió. Ahora todos ellos sabían que Harry era suyo y sólo suyo.

Sus ojos cayeron sobre el cuerpo en el suelo, endureciéndose nuevamente. Pensó brevemente antes de levantar la varita una vez más.

-¡NO! Dijiste que no le harías daño- Harry detuvo nuevamente el brazo que sostenía la varita, con voz desesperada. Sev no le mentiría, ¿verdad?

-No voy a hacerle daño, sólo quitaré el hechizo- con estas palabras, procedió a liberar a Sirius del hechizo enlazante. Black permaneció en el piso, gruñendo al ver a su ahijado en los brazos de su enemigo. Severus le sonrió antes de apuntar la varita otra vez-. Animus Canis.

Con un aullido aterrador, acompañado de un ligero sonido de algo que reventaba, Sirius desapareció y en su lugar apareció un gran perro negro.

Otro movimiento de varita y alrededor del rostro del perro apareció un bozal. Numerosas sonrisas emergieron en los rostros de los que los rodeaban, ante la visión del perro tratando de quitarse el bozal con las patas.

-Remus, necesitas mayor control sobre tu pareja. ¡Quizás sean necesarias lecciones de obediencia!.

Varios pares de sobresaltados ojos jadearon ante el licantropo, especialmente un par de ojos azules.

-Quizás, aunque lo prefiero tal como es- Remus se movió rápidamente hacia el perro que luchaba. Susurrando en voz baja, conjuró un estrecho collar de cuero y lo ató alrededor del cuello del perro, sujetando al animal con mano firme-. Shhh, Siri, te vas a herir a ti mismo- una mano presionó sobre la espalda del animal, haciendo que se acostara en el piso.

-Necesitas más para controlarlo. Tendré algo más... permanente para ti en unos cuantos días.

Remus asintió su aceptación, sus ojos inmersos todavía en las traicionadas esferas azules de su pareja.




e) Razones por las que recuerdan ese fragmento en especial. Bien, escogí los fragmentos mas significativos y que mas me gustaron. El secuestro de Harry, cuando acepta las cosas y el triunfo de Sev!!
Este fic es uno de mis favoritos, esta muy bien trabajado y es sorpresivo, Un Severus maloso y dominante babas Tiene una trama excelente, me encanta como muestra el momento de la batalla, ademas son muyy sexys las partes sexys xD
Un nuevo señor tenebroso, no tan tenebroso, pero si fuerte inteligente, que Remus fuese su espía, no se me encantan muchas cosas de este fic, or eso lo agrego hoy, merece ser recordado.
Volver arriba Ir abajo
 
Un mes para el recuerdo... Juno Snape...9 de mayo
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape... 24 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...17 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...12 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...19 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...28 de mayo

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
La Mazmorra del Snarry :: Biblioteca de la Mazmorra :: Fanfics Snarry-
Cambiar a: