La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Traducción Invisible Capítulo 34

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Eowyn
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Eowyn


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MensajeTema: Traducción Invisible Capítulo 34   Traducción Invisible Capítulo 34 I_icon_minitimeSáb Abr 14, 2018 9:18 am

Podeis encontrar la historia original aquí https://www.fanfiction.net/s/3780602/1/Invisible

Nota: Estos personajes no son nuestros, le pertenecen a la multimillonaria escritora J.K. Rowling, y otros que hayan comprado sus derechos. Este fic no es de mi autoría, yo solo estoy traduciendo del idioma inglés, este fic pertenece a DebsTheSlytherinSnapefan.

Capítulo 34
Aparición, lucha y furia
Harry Peverell encontraba cada vez más difícil seguir su horario. A penas dormía, pero se negaba a dejar que eso le afectase. Era un adolescente en una misión para mejorarse a si mismo. Tuvo que luchar por todo en su vida; esto era solo una lucha más. Tuvo que luchar y trabajar duro para aprender a luchar y a escribir para sobrevivir en su familia; tuvo que aprender mucho para que le notasen en el colegio lo que fue para nada. Tuvo que trabajar mucho en pociones y eso fue para nada pues el profesor siempre le ponía una 'F' o apenas un aprobado. Después tuvo que luchar en el torneo de los 3 magos. Solo para terminar secuestrado, después dejado a su muerta por su propia carne y sangre, su hermano gemelo. Tuvo que luchar y escapar de los mortífagos con la esperanza de sobrevivir. Entonces milagrosamente su vida se cambio a mejor, lo mejor en su opinión. Sin Eileen y Severus, Harry dudaba que hubiera tenido los huevos para enfrentarse a sus padres. O a lo mejor era una combinación de cosas, ser torturado por los mortífagos, curado por alguien a quien apenas conocía, y entonces alguien ofreciéndole a ir con él. A enfrentarse a sus padres, su hermano, después de todo lo que fue hecho y dicho. Harry desesperadamente quería consumir una poción pimentoica para despertarse un poco, pero no podía. No se te permite tomar una poción cuando se toma un test del mundo mágico.
Así que Harry decidió por lo segundo mejor que la poción pimentoica - Café, cafeína. Nunca había tomado café antes de llegar a la Mansión Prince. Había dado a Eileen mucho café o té a lo largo de los años, pero él nunca había tomado uno. Eran las 6 de la mañana y tenía que estar en el ministerio en 20 minutos. El lugar estaba en silencio; las chimeneas no se habían encendido todavía ni siquiera.
Un silencioso pop sorprendió a Harry hasta el punto de que ya no estaba solo. "Harry señor ¿desearía desayunar algo?" preguntó Dobby, pero obviamente por educación pues llevaba una bandeja llena de comida y la dejó en la mesa.
"De hecho Dobby no estoy hambriento, voy a conseguir mi licencia de aparición - ¿puedes hacerme un café?" preguntó Harry sentándose.
"Come las tostadas, ayudarán a asentar el estómago Maestro Harry," dijo Dobby inmediatamente después de desaparecer, pero no se fue por mucho tiempo. Volvió con una taza de café con leche caliente. Puso madera en la chimenea antes de encenderla mágicamente e irse.
Harry sentándose, echó más leche de la habitual; no tuvo tiempo para beberlo como siempre hacía. Hizo lo que Dobby le sugirió y tomó la tostada; la tomó sin nada y dejó todo lo demás en el plato. Las mariposas de su estómago le impedían comer. Tenía miedo de fracasar, seguro que se había aparecido antes, pero eso es sobre graves circunstancias. Había estado tratando de salvarse, había tenido éxito. Harry realmente no creía en si mismo, después de su vida era algo completamente admisible. Mirando al reloj, se dio cuenta de que debía irse, así que dio de comer a su serpiente que estaba durmiendo en el tanque. La serpiente comenzó a estirarse aunque Harry no se quedó a verla, fue directamente a la chimenea y usó la red flú al Ministerio.
De pie en la entrada, miró alrededor, parecía que había pasado años desde que estuvo ahí, mandando a los mortífagos a la cárcel o al beso del dementor. Miró a la pizarra de información, figurándose a dónde tenía que ir. Encontrándolo hizo su camino hasta el ascensor, y soportó el mareante bamboleo (añadido a su ya de por si enfermo estómago) finalmente paró. Agradecidamente, todavía mareado salió del ascensor, mirando celoso a aquellos que simplemente salían como si nada. Se sacudió los pensamientos irritantes, y entonces comenzó a andar hacia la oficina. Cada puerta que pasaba parecía ser la misma, la única diferencia que había entre las puertas que pasaba a lo largo de los pasillos era el nombre de las placas doradas y las ocupaciones. Algunas de ellas ni siquiera tenían nombres en las paredes. Le recordaba al departamento de misterios. Cuando fue a retirar la profecía. Volvió a girar la esquina y por fin encontró la puerta que buscaba, abriendo la puerta se encontró a mucha gente sentada esperando.
Harry llegó hasta la mesa; era una bruja mayor, quien parecía completamente apurrida. "Estoy aquí para tomar el test de aparición." Estableció firmemente.
Le miró incrédula "¿Nombre?" preguntó. No creyéndole, no parecía tener 17, pero siguió el protocolo.
"Harry Peverell." Dijo con confianza.
Miró abajo a la lista, y encontró su nombre, mirando a lo largo encontró la hora, entonces miró al reloj. Asintió firmemente, viendo su edad y estado - emancipado. Finalmente le reconoció; este chico era el gemelo del chico que vivió. Recientemente se había convertido en el creador de pociones y aprendiz más joven. No solo eso sino que además había conseguido dejar a sus padres sin un duro, no es que le culpase si todo lo que había leído en el profeta era cierto. "Estás justo a tiempo, lo malo es que no todos los jóvenes son tan puntuales como tu." Le dijo.
"¿Queriendo decir?" preguntó Harry un pequeño fruncido se instaló en su frente.
"Todavía está ocupado, me temo que deberá esperar 5 minutos," dijo ella, "Siéntate, te llamaré cuando sea su turno." No solo llegó una persona tarde, tuvieron que lidiar con uno que se hizo desaparición a si mismo. Las cosas fueron frenéticas desde el principio, y fue el primer test de aparición del día. Agradecidamente las cosas se limpiaran rápidamente, y el equipo de emergencia de San Mungo se hicieran cargo. No hace falta decir que ese mago sacó una F por su test y falló en sacarse la licencia.
"Okay," dijo Harry asintiendo con la cabeza y eligió un área con sillas libres para sentarse. Después de que terminar ahí, iría al colegio pues era la hora. Se recordó a su mismo el viaje a Egipto; nunca esperó que Severus estaría de acuerdo. Tuvo diversión, y no habría pedido a otra persona que le acompañase. Había estado notando a Severus mucho más últimamente, no en el sentido de profesor. No estaba seguro de cómo se sentía sobre eso, la única otra persona sobre la que se sintió atraído fue Viktor. Nunca se había sentido así, a lo mejor era por que Severus nunc estaría al alcance. No lo iba a intentar, era un niño de 15 años, acabaría metiendo a Severus en muchos líos si hacía algo. No era algo que quería; le respetaba demasiado como para probarlo. Por supuesto que él le rechazaba era una buena parte también. A pesar de lo que Viktor trataba de seguir diciendo, no creía que él mereciese la pena. Debido al hecho de que fue ignorado toda su vida, primero por sus padres después por todos a su alrededor.
"¿Lord Peverell?" dijo la bruja en voz alta llamando la atención de Harry.
Mirando hacia arriba vio a un mago mayor al lado de la bruja, tenía una carpeta con él. Todos le estaban mirando con curiosidad, levantándose anduvo asintiendo con cortesía, algo que había tomado de Severus.
"Lord Peverell, soy Marcus Turner, te estaré haciendo hoy el examen, pasa," dijo Turner, haciendo gestos a la puerta, y ambos magos dejaron la habitación y hacia la segunda puerta. La habitación estaba vacía, con solo aros mágicos, por lo que Harry adivinó era para aparecerse dentro. Turner estaba escribiendo información mientras entraba, lo que escribía Harry no lo sabía.
"¿Te has aparecido antes de hoy?" preguntó profesionalmente.

"Sí, una vez. Bajo circunstancias extenuantes." estableció Harry, ¿No había estado en los periódicos? A lo mejor no.
"¿Y esas fueron?" preguntó Turner curioso.
"Me aparecí fuera de Voldemort y los mortífagos en la Mansión Malfoy." dijo Harry sin ninguna emoción, no iba a mostrar ante un extraño que todavía se sentía afectado por ello. Tenía pesadillas casi todas las noches, y lo recordaba cada mañana y en cada ducha. Estaba asustado por lo que el bastardo le había hecho, estaba agradecido de que no pudiese hacer daño a nadie más - puesto que le habían dado el beso del dementor.
Turner pestañeó y su alegre cara se volvió ceniza, a pesar de ello continuó escribiendo con su pluma de tinta recargable. Sabía que el joven hombre había sido capturado, y que de alguna manera consiguió escapar. Nunca pensó que fuese aparición. Era de echo una diferente respuesta; normalmente la gente contestaba que había practicado con sus padres o mentor antes de ir a hacer su examen. Hizo algunas preguntas normales antes de ir al punto.
"¿Asumo que recuerdas la sensación de aparecerte?" preguntó Turner.
"Sí," dijo Harry en voz baja.
"Muy bien, los tests son muy sencillos, lo primero es lo primero, los aros mágicos quiero que te aparezcas en ellos de uno en uno en orden." dijo Turner
"Sí señor," dijo Harry las mariposas estaban incluso peor ahora, su corazón estaba en una carrera ¿por qué estaba tan nervioso? Ni siquiera estuvo tan nervioso en sus exámenes de primer año. Había estado tan desesperado por hacer lo mejor, de probar a su familia que podía hacerlo mejor que su hermano. Por supuesto fue todo para nada, puesto que no les importaba nada de lo que dijera o hiciese. Estaba desesperado, un pequeño niño herido buscando desesperadamente la aprobación de sus padres. Ese niño pequeño se fue hace mucho, en cambio ahora había un joven hombre que tenía la aprobación de las dos personas que le importaban más que nada en el mundo. Un joven hombre que se había convertido en un poco vengador pero aun así amable- leal a todos aquellos que fueron bueno con él.
"Bien, tómate tu tiempo, prueba y mantente en la línea mágica," dijo Turner dando un paso atrás, manteniéndose en la esquina viendo los procedimientos. Algo que hacía todos los días, este era su trabajo, lo que eligió hacer. Si que dio a los Aurores mejores consejos cuando se unieron, especialmente si se aparecían en un sitio sin conocerlo. Era mucho más divertido que ver (normalmente) a adolescentes de 17 años apareciéndose.
Harry calmó su errático corazón, miró al primer aro mágico en la esquina del fondo de la habitación. Concentrándose en el círculo, imaginándose dentro de él, sus pies sin tocar ninguna parte fuera de la línea. Con un alto crack se apareció, abriendo los ojos sonrió con alegría, ¡lo había hecho! Y sin tocar los lados.
"Eso estuvo muy bien, el crack normalmente es más alto en las primeras apariciones," dijo Turner impresionado. "Ahora el siguiente."
Harry se apareció una vez más, esta vez estuvo más cerca de la línea mágica y su magia estaba empezando a tensarse un poco. ¿Le tomó tanto de él cuando se apareció de la mansión Malfoy? No estaba seguro, no podía recordar aparecerse ni tampoco curarse. Todo lo que recordaba era desear irse y despertarse un día más tarde. Se dio cuenta de que debía usar su magia una vez más, o continuaría tensándose.
"Dos más para irte," dijo Turner.
Harry miró al siguiente; estaba cerca de la chimenea, la única cosa que había en la sala. Cerrando los ojos se concentró, y se apareció una vez más, su magia tensándose como antes. Esta vez su pie estaba en la línea mágica. Harry cerró sus ojos; esperaba no haber suspendido por eso. Miró al último y se apareció antes de que se lo dijese. Esta vez volvió al centro donde se suponía que debía estar.
"¿Estás bien para hacer una prueba más?" preguntó Turner notando que Harry estaba tenso.

"Sí." dijo inmediatamente y firme.

"Bien, me apareceré contigo en el Caldero Chorreante, este es el test de distancias largas," dijo Turner.
"Claro," dijo Harry, Turner se puso a su lado, Harry cogió su brazo firmemente, cerrando sus ojos una vez más, envolviendo su magia a lo largo del examinador pensó en el pequeño cuadrado de jardín con la pared de ladrillo, la entrada al callejón diagon y se apareció. Abrió los ojos inmediatamente y suspiró aliviado - ambos habían llegado ahí de una pieza también.
"Bueno creo que debo felicitarle Lord Peverell, bien hecho pasaste el examen," dijo Turner, su carpeta todavía en su mano. Moviendo la varita de una manera complicada, aprobado apareció rápidamente en el papel. Harry pasó con un 98%, no una mala nota para nada. "También creo que debo desearte buena suerte en tu maestría. Si te concentras en algo como lo has hecho hoy, Sé que tendrás éxito."
Harry positivamente le agradeció actuando por fin como el quinceañero que era. "Gracias y por favor llámeme Harry," dijo el adolescente.
"Harry, felicidades, y buen suerte, me temo que no puedo quedarme y hablar, tengo a otros que atender." dijo Turner, estrechando la mano de Harry asintiendo con la cabeza de la misma manera en la que Harry lo había hecho antes y se apareció fuera.
Harry con un inusual paso se apareció por primera vez en su casa - la mansión Prince. Se apareció directamente en el salón donde a veces comían. El plato que había dejado antes se había ido, y Severus y Eileen estaban ahí sentados.
"¡¿Pasaste?!" gritó Eileen levantándose y abrazando al niño para felicitarle. Parecía más excitada de lo que Harry estaba al pasar. Harry la abrazó de vuelta con una gran sonrisa, lo había hecho y las mariposas se habían ido. De repente se sintió muy hambriento y aliviado, un poco cansado.
"Bien hecho," dijo Severus quedándose en su sitio, una pequeña sonrisa jugando en su cara, un brillo orgulloso en sus ojos onix. "¿Necesitas una poción?"
"Sí, tengo una en mi kit de pociones, puedo tomar esa y después aparecerme en el colegio," sonrió Harry, no más flú a la oficina de Dumbledore o arriesgarse a encontrarse con él. Dumbledore se suponía que debía ser ese tío genial, y amigo de todos. Aún así había ignorado a Harry en favor de su hermano por años, solo prestándole atención cuando salvó al colegio en su segundo año. Su hermano era siempre muy importante, y nunca le perdonó por eso. Le daba miedo que Dumbledore de alguna forma se enterase de que Nick no era el niño que vivió.
"Muy bien," dijo Severus orgulloso.

"¿Te quedas al desayuno?" preguntó Eileen.
"No tengo tiempo, no quiero llegar tarde," dijo Harry sacudiendo la cabeza, "Comeré mucho en la comida con Luna y Neville." he dijo para aplacar a Eileen era una mamá gallina y la amaba por eso.
"Me voy a ir y traer a Harry una tarta," dijo Eileen excitada a su hijo mientras Harry estaba fuera.
Severus sonrió sorprendido, Eileen estaba tan feliz de tomar el roll de madre tan serio como fuera posible. Si alguien lo merecía, era Harry, sacudió la cabeza pues le hacía pensar en Lily y lo mala madre que era.
Roxy salió de la biblioteca otra vez; nunca se sintió tan sola en su vida. Nunca quiso llorar tanto antes, lo que había estado haciendo a menudo en el baño de Myrtles la llorona - el único lugar podía tener completa paz de los estudiantes del colegio. Los Gryffindor la estaban tratando igual que a su hermano. No importaba los puntos que ella ganaba, simplemente la trataban como a una leprosa que no merecía la pena. Había tratado de ser amiga de algún Ravenclaw que estaban mucho en la biblioteca, pero no funcionó muy bien. No parecían querer tener amigos fuera de su casa, aparte de una de las gemelas Patil quien tenía amigos tanto como en Gryffindor como en Ravenclaw.
Amaba sus libros, y se dio cuenta de que había cometido un gran error al rogar al sombrero que le pusiera en Gryffindor. Por lo menos eso pensó ella, ¿habrían hecho los Ravenclaw lo mismo? ¿O darían la bienvenida a un nuevo cerebro? No estaba segura, después de todo Luna era muy buena amiga de Harry; ella seguramente le haría la vida un infierno.
Tragando, paró a las lágrimas a que cayeran por sus mejillas, sería llevadero si a sus padres les hubiese importado. Su padre no le había escrito ni una vez, no le había visto mucho, solo un día de navidad. Su madre no la invitó a sus cuartos, ni la hablaba, incluso en clase era tratada como una estudiante más. Umbridge la trataba como si no existiera; McGonagall a penas la miraba como Dumbledore. No estaba acostumbrada a ser ignorada, ¡ni siquiera el hermano de Neville la estaba hablando! Y fueron amigos por años - bueno antes de empezar Hogwarts.
Había oído esas historias, de sus padres sobre lo excitante y feliz que fue Hogwarts. Lo feliz que fueron ambos en Gryffindor. ¿Cómo pudieron ser tan felices y ella tan miserable? ¿Era por que su padre solía ser gracioso? ¿Eso era lo que hacía que fueras notado? Eso parecía. Nick había sido feliz por 4 años en Hogwarts; sus cartas les decían eso. Ella solo quería eso, no quería ser tratado como Harry fue tratado. Era horrible, y por primera vez en su vida se daba cuenta de cómo fue la vida con él. Y ella lo cepilló, y le culpó por todo. Si sus padres no tuvieran que preocuparse por el dinero tanto no les ignorarían.
Por supuesto compartía la misma opinión que su hermano.
"¿Qué te pasa? ¿Pareces más alegre?" preguntó Remus, mirando a su amigo curioso. Remus mayormente estaba buscando trabajo, en el mundo Muggle por supuesto. Estaba siendo pagado por el trabajo de la Orden, pero no era suficiente para vivir para siempre. Nunca aceptó la caridad de sus amigas, pero el hecho de tener un lugar donde vivir con Sirius ayudaba con la renta.
"Nick vino ayer," dijo Sirius casi sonriente.
"¿Y?" preguntó Remus confuso, lo último que oyó de Sirius es que no quería oír hablar de su ahijado.
"Creo que lo estamos trabajando," dijo Sirius no muy seguro ahora.
"¿En plan?" preguntó Remus curioso.
"Hablamos por un par de horas, puedo haber sido un poco duro por culparle de dejar a su hermano...estamos olvidando que es solo un niño." dijo Sirius un poco a regañadientes pues no le gustaba admitir que estaba equivocado.
"Sí pero te olvidas de que Harry le ayudó primero, y estaba solo a unos pies." Estableció Remus defendiendo a Harry y lo que le pasó.
"Lo sé," gruñó Sirius, "Es mi ahijado, no puedo abandonar a ambos...Nick está bajo mucha presión."
"Abandonaste a Harry nunca a Nick," estableció Remus aplicando sal a la herida. No es que negara que él no lo hubiera hecho. Había aceptado la culpa, y no estaba haciendo nada para conseguir que Harry aceptara una disculpa sabiendo que se lo merecía.
Sirius se negó a contestar sus fosas nasales comenzaban a abrirse mostrando su enfado a su amigo.
Nick como siempre este año, había sido cogido por Umbridge, y recibió detención por no hacer el hechizo lo suficientemente rápido. Ninguno de los Gryffindor quería enfrentarse a Umbridge, y Nick no les importaba lo suficiente para defenderlo. Estaba solo, justo como había estado todo el año. Ni Dumbledore ni McGonagall, ni incluso sus padres parecían desinclinados a ayudarle contra ella. Nadie parecía querer escucharle; no había hablado con nadie más a parte de Sirius o su hermana últimamente. Su hermana, le hizo ver las cosas desde otra luz desde que habló con Sirius. Sabía que ella tenía razón, tuvo que ser todo su culpa, si sus padres no estuvieran tan preocupados por el dinero todo sería igual. Ellos le escucharían; le estaban empujando para que fuese un Auror por que era necesario el dinero. Con ellos no teniendo nada querían asegurarse de que él tuviese algo, por ello no había luchado contra Umbridge hoy, solo hizo lo que le pedía - lo malo es que no funcionó. Fue tan terrible como siempre.
Había evitado ir al Gran Comedor, se quedó en cambio en una sala vacía, no quería ver la cara de sapo de Umbridge. Ni la desaprobatoria de su madre, la que había adquirido últimamente en sus labios. Algo que estaba seguro había adquirido de la profesora McGonagall para regañar a los estudiantes sin decir nada.
"A lo mejor no deberías ir por ese camino," dijo Luna seria, tan diferente de su ella normal.
"¿Por qué es eso?" preguntó Harry arqueando una ceja curioso. No era muy de Luna decir cosas así y picaba su curiosidad.
"No puedo decirlo," dijo Luna no le gustaba hablar de sus visiones solo en caso de hacer las cosas peor.
"Ahora tienes mi atención," musitó Harry en voz alta. "¿Qué va a pasar? ¿Me van a matar?" dijo casi tenso.
"NO nada tan malo como eso," dijo Luna sacudiendo la cabeza, una sonrisa en su cara, le gustaban los lunes y martes lo que más, porque Harry estaba ahí. No tenía muchos amigos, sobretodo por como era - pero eso no podía ayudar. La gente solo pensaba que era rara y freake; era bueno que no supieran la verdad, que era una vidente. La única otra persona que le gustaba era Neville, pero él no sabía que ella era una vidente; Neville todavía estaba comiendo en el Gran comedor.
"Tengo que ir en esa dirección a mi clase, dime," dijo Harry girando su cabeza a un lado, poniendo mala cara.
Luna hizo una mueca a su amigo "Te encontrarás con tu hermano, y no termina bien," finalmente le dijo.
"¿Logra algo al final?" preguntó Harry.

"Sí pero no de la forma que tu te crees." Estableció firme Luna.

"Okayyy," dijo Harry, de repente sintiendo que este día iba a ser muy largo.
"Te veré mañana en la comida," dijo Luna, "Adiós." Terminó despidiéndose con la mano mientras se iba. No tenían clases juntos, aunque Luna había venido a alguna de sus clases para hablarle, se iba en el segundo que entraba el profesor.
"Adiós," dijo Harry ahora totalmente alerta, mientras que hacía su camino a la clase.
Si Harry hubiera dudado en Luna, nunca lo volvería hacer. Pero como Harry creía en Luna, estaba preparado para ello. Notó a Nick en una de las clases vacías, sentado, mirando la palma de su mano de forma tortuosa. Parte de Harry tuvo que preguntarse, ¿habría notado a su hermano si Luna no se lo hubiese dicho? ¿Fueron sus apariencias las que hicieron esto? Algunas preguntas muy curiosas, unas que nunca serían respondidas, eso seguro. Harry pateó la puerta con su pie, su cara no mostraba sentimientos mientras veía a su gemelo. Harry no pensaba que alguna vez superaría lo que su hermano le hizo. Seguro que nunca fueron cercanos, pero nunca pensó en salvarse a si mismo y dejar a Nick. ¿Qué llevó a su propio hermano a dejarle ahí? Nunca había hecho nada... de hecho estaban en un error y eso era algo que ahora sabía.
"¿Qué haces aquí?" dijo Nick amargamente.
Harry levantó la ceja ante la amarga y defensiva pregunta. "Todavía voy al colegio," dijo Harry apoyándose en la puerta pareciendo no preocupado por el estado depresivo de su 'hermano'. Harry no estaba preocupado estaba curioso, especialmente respecto a lo que Luna le había dicho.
"Vete," estampó Nick, su furia construyéndose.
"Bueno algo tiene tus pantalones en un giro," dijo Harry girando la cabeza con curiosidad, a lo mejor él debía ir...no tenía ganas de discutir o pelear con él.
"Como si te importara," dijo Nick una mirada horrible en su cara.
"Tienes razón no me importa," dijo Harry honestamente, su voz enfriándose. No se iba a quedar ahí, estaba a punto de moverse e irse cuando Nick habló otra vez.
"Es todo tu culpa de todas formas," dijo con su voz llena de resentimiento.
Harry bufó, el enfado saliendo con furia, lo que implicaba su magia también. Tan maduro como era, al final del día era un adolescente, un niño de 15 años merecía sacar la furia que tenía dentro. Lo que probablemente le hacía un arma peligrosa en ese momento. "¿Qué es mi culpa exactamente?" gritó de pie mirando directamente a su hermano, tomando dando un paso adelante, su furia notándose.
"Todo lo que ha pasado, ¡por ti mamá y papá no me hablan! ¡Están tan preocupados por el dinero, es tu culpa! ¡Si no estuvieran tan distraídos les podría decir lo que Umbridge me está haciendo! ¡Me escucharían en vez de estar enfadados conmigo!" gritó Nick levantándose enfrentándose a su hermano también. "En vez de eso estoy consiguiendo detenciones casi todas las noches y ¡está usando una pluma de sangre conmigo!"
"Oh ¿de verdad? ¿Usé la maldición Imperius en ella? ¿Lo hice?" tragó Harry todavía tratando de procesar lo que Nick le acababa de decir. No era parte de la familia...¿y todavía le estaban culpando? ¿Y qué era eso de no tener dinero? No lo entendía todo.
"Podrías haberlo hecho también," dijo Nick, sabía que estaba culpando a la persona equivocada, pero lo había hecho por tanto tiempo y Roxy lo hizo parecer tan simple que estaba ahogando su propia negativa.
"¿Me culpas por que eres un jodido cobarde que no puede abrir la boca para decir lo que está pasando?" inquirió Harry dejando salir su furia. "Eso es todo lo que siempre serás Nick, ¡un maldito cobarde! ¡Fuiste criado como un maldito cobarde malcriado!" estaba en la cara de su hermano quitándose toda la furia que tenía hacia él.
"¡Déjame!" le lanzó no queriendo oír eso pues era cierto.
"¡En cuanto al dinero ellos se lo buscaron! Tenías que tener lo mejor de todo desde el momento en que salía. ¡Justo como lo malcriado que eres! ¡Una nueva escoba profesional! Nuevos juegos de ajedrez, nueva ropa, ¡nuevo todo! ¿Pensaste que el dinero siempre iba a estar ahí?" estampó Harry furioso.
"¡Vete!" le gritó otra vez, deshaciéndose del fuerte agarre de Harry.
"¿Así que tus padres te ignoran ehh? ¡Bienvenido a mi maldito mundo Nick!" dijo Harry su voz llena de perversidad. "¡Estas recibiendo una pequeña dosis de lo que yo viví todos esos años!"
"Vete," rogó Nick, su furia se había ido sólo quedaba la tristeza.
"Oh no, ¡no me voy a ninguna parte! Es tu maldita culpa; ¡tu fuiste el que comenzó esto! No me puedes culpar de tus propios actos Nick, que son los que te trajeron aquí. ¡Me dejaste para que muriera en medio de la nada! ¿Y qué? ¿Me culpas por el hecho de que el mundo sabe como eres de verdad? ¡Jodidamente malo! La verdad duele ¿verdad? Pero a lo mejor ahora lo que hacen es tratar de salvar su propia piel y no confiar en un alguien como tu por seguridad. No eres un héroe, y nunca lo serás no importa lo que hagas. No puedes culparme por tus derrotas, Si alguien tiene el derecho soy yo y no lo hago. Lidia con Umbridge tu solo Nick, por primera vez levántate, y enderézate y párate en tus dos pies para enfrentarte a ello." siseó Harry levantándose pateando exhausto. La discusión fue como un bálsamo; su furia se fue tan pronto como llegó.
Sacudiendo la cabeza amargamente a su opresión, sacudiendo a su hermano se fue de la sala. Era difícil creer que compartieron la misma tripa por 9 meses, incluso peor, era difícil de creer que compartieran el mismo ADN. Habían crecido en la misma casa, pero no crecieron igual. No podía creer que Nick simplemente se diera la vuelta y tratara de culparle por todo. Tenía que salir de ahí; su furia estaba volviendo a crecer solo de pensar en él. Corrió lejos del colegio, no le importaba el resto de sus clases. Se apareció fuera, pensar que antes de llegar había estado de tan buen humor. Bueno ese humor se evaporó como un barco en el triángulo de las bermudas.
Severus sintió que las barreras vibraban un poco, alguien se había aparecido en la mansión, ese alguien era Harry. Debía estar en el colegio, ¿qué hacía aquí tan temprano? Preocupado y curioso, lanzó un hechizo para mantenerlo y salió del laboratorio. Su madre tampoco había vuelto, debía estar esperando a que la hiciesen la tarta, eso o se estaba apareciendo a lo largo de todo el mundo. Debía estarlo por todo el tiempo que llevaba fuera.
Severus entró en el salón, podía sentir la magia emanando de Harry, cortando y chisporroteando el aire. SoAlgo o alguien tenía a Harry extremadamente enfadado, lo suficientemente enfadado para que afecte a su magia de una manera tan grande. La magia reaccionaba a las emociones, si no tenías la correcta emoción los hechizos fallaban. La maldición Cruciatus era el mejor ejemplo para ver como las emociones afectan al hechizo que usas.
"¿Cuál es el problema?" preguntó cauteloso Severus parado en la puerta.
Harry se giró sorprendido, su furia drenándose inmediatamente; era como si la presencia de Severus le calmaba. Le hacía sentirse seguro, querido, feliz, y más inclinado a pensar en buenos tiempos más que malos.
"¿Y bien?" preguntó Severus entrando en la habitación al ver que su furia desaparecía.
"Nick." estableció Harry como si lo explicara todo.
Normalmente lo haría, pero Severus sabía que algo de verdad se había tenido que meter bajo su piel para estar así.
"¿Café?" preguntó Severus "Dobby dos cafés rápido." Dobby se fue tan rápido como apareció. "Siéntate." Le dijo al tembloroso adolescente.
Harry hizo lo que le pedía, mientras se entraba Dobby volvió con café, los puso en la mesa y se desapareció como notando la tensión. Severus se sentó también; su curiosidad había tomado ala precaución hacía tiempo. "¿Qué ha pasado?" preguntó Severus cogiendo su taza, calentando sus manos; había estado en el laboratorio de pociones desde que Harry se había ido al colegio esa mañana.
"Nick me culpa de todo lo que le ha pasado," dijo Harry en voz baja, estaba exhausto, necesitaba dormir y desesperadamente.
"¿Todo? ¿Qué todo exactamente?" preguntó Severus sorprendido.
"Lo de los periódicos, la falta de dinero, el hecho de que James y Lily no le hablen," dijo Harry sacando todo de lo que Nick le culpaba. "Oh sí, ME culpa por el hecho de que Umbridge esté usando plumas de sangre en los estudiantes - sea lo que sea eso."
Severus palideció drásticamente lo cual le hacía parecer enfermo sobretodo con la túnica negra. "¿Dijo plumas de sangre?"
"Sí," dijo Harry pestañeando con confusión. "¿Qué es?"
"Es un objeto ilegal que te hace escribir líneas con tu propia sangre, también notas como si se te cortase la mano. Podrías acabar en Azkaban por usar una...¿y la está usando abiertamente en Potter?" tragó Severus en shock, completamente preocupado por sus Slytherin.
"Le dije al cobarde que se lo dijese a alguien," dijo Harry, "Pero no lo hará, nunca lo hará."
"Perdóname Harry, se lo tengo que decir a Dumbledore, te guste o no - esos estudiantes no se lo merecen, ni siquiera Potter. Peor lo puede estar usando en mis estudiantes, mis Slytherin." Dijo posesivamente. A pesar del hecho de que había dejado de dar clase hacía ya tres años seguía preocupándose por los estudiantes de su casa. Siempre serían sus niños, había estado enseñando demasiado tiempo para no preocuparse.
"Sí señor," dijo Harry inmediatamente, sintiéndose un poco culpable, era cierto que podía estar usándolo en otros. No había pensado eso con su enfado, su frustración hacia su hermano.
"Volveré tan pronto como me sea posible," dijo Severus cogiendo un puñado de polvos flú desapareció con el grito de 'Hogwarts' oficina del director sonando.
Salió de la chimenea, Dumbledore feliz de verle...eso fue antes de que Severus abriera la boca.
"¡ALBUS DUMBLEDORE!" gritó Severus Snape, pareciendo extremadamente intimidante, tanto que incluso Albus Dumbledore, un hombre que se había enfrentado a Voldemort sin temor, empalideció de preocupación, sus ojos perdiendo el brillo y tragó - en voz alta. Sus únicos pensamientos eran 'Uh-Oh ¿Qué he hecho ahora?' porque Severus estaba siempre enfadado con él por una cosa u otra estos días. Mayormente sobre Nick Potter desafortunadamente nada se podía hacer sobre ello hasta que la guerra terminase.


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