La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2

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Araleh Snape

Araleh Snape


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Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2 Empty
MensajeTema: Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2   Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2 I_icon_minitimeSáb Nov 24, 2012 11:11 pm

Capítulo 2



Acoso







Era lunes y por fin el turno en la cafetería había terminado. El día transcurrió muy lento y pesado para ambos amigos, no solamente por el trabajo sino porque cada diez minutos un mensajero entraba al negocio llevando diversos regalos para Harry. Todos y cada uno de ellos terminaron en el bote de basura junto con las espléndidas tarjetas de disculpa.


Ron prefirió no opinar nada durante esas horas, aunque le asombraba que costosos relojes, lociones exclusivas, pasajes de avión a cruceros de lujo y hasta dispositivos electrónicos de alta tecnología terminaran en el fondo del contenedor. Vio resignado cómo algunos comensales aprovechaban la oportunidad y salían del establecimiento con un obsequio que valía casi tanto como la cafetería.


— ¿No podías haberme guardado ese alojamiento en un penthouse en Bora Bora? —preguntó Ron mientras limpiaba las últimas mesas, esperaba con un poco de broma poder reanimar un poco a su amigo—.Cielos, me hubiera conformado con los tickes de entrada para el partido del Manchester United… ¿Nunca has imaginado jugar futbol en el aire? Sería divertido.


Al ver que no obtenía respuesta, se giró a mirar a su amigo, se sintió terriblemente mal al descubrirle una lágrima rodando por su mejilla.


— En verdad me gustaba, Ron. —se lamentó Harry con tristeza—. ¿Porqué tuvo que resultar un imbécil?


Rápidamente Ron rodeó la barra para abrazar a su mejor amigo. Su coraje contra Severus Snape aumentó con esa solitaria lágrima que no debió existir nunca.


— Mejor que te hayas dado cuenta a tiempo, Harry. No te aflijas, ese tipo no vale la pena.

— Tú me lo advertiste y no hice caso… creí que podría ser él, Ron. No pude evitar desear que fuera quien soñé toda mi vida.

— Ya llegará quien sí lo sea, tal vez… ¿Brandon?


Harry sonrió mientras se apartaba. Brandon era el amigo de Draco que ese fin de semana le habían presentado, era un joven pediatra muy divertido, realmente había logrado que su estancia en la playa fuese agradable y no se hundiera en la tristeza por la desilusión pasada.


Y hablando de él, justo en ese momento entró en la tienda llevando como regalo sólo su sonrisa, que para Harry fue mucho más sincera que la montaña de extravagantes obsequios de Severus.


Ron apenas se dio tiempo para saludar al recién llegado antes de marcharse a su cita con Draco. No pudo evitar sonreír al verlos juntos, hacían bonita pareja y además, tenía la seguridad de que Harry necesitaba una nueva ilusión y parecía que el joven médico no le era nada indiferente.


— ¿Te apetece ir a tomar algo? —le invitó al quedarse solo con Harry—. Conozco un buen sitio no muy lejos de aquí.

— De acuerdo, sólo recojo mi chaqueta. —asintió Harry sonriéndole.


Harry fue hacia la trastienda por la chaqueta que ahí guardaba, aún se sentía muy decepcionado por la conducta de Severus, pero tomó aire para animarse, después de todo ni siquiera tenía una relación con él. Pensó que Ron tenía razón al afirmarle que podía ser otra persona el amor de su vida.


Todavía iba muy distraído en sus pensamientos que no se dio cuenta que un estante abierto se interpuso en su camino golpeándole en la nariz. Brandon se giró al escuchar el suave gemido de dolor y al ver lo que sucedía se apresuró a atender a Harry usando una servilleta para retener el sangrado que manaba por la nariz.


— ¿Te duele mucho? Tal vez debamos ir al hospital para tomarte una radiografía.

— No, estoy bien. Gracias. —respondió Harry sin poder evitar cerrar sus ojos y jadear complacido ante la dulce delicadeza con que Brandon le curaba.

— ¿Seguro?

— Totalmente, ya no me duele.

— Me alegro, una nariz tan linda no puede estropearse por nada del mundo.


La sangre ya había dejado de fluir, pero Brandon y Harry continuaban en su mundo. El primero limpiando con suaves roces los restos sobre la boca de Harry, y éste dejándose consentir sin darse cuenta que alguien más había entrado a la cafetería.


Finalmente una garganta se aclaró y la voz que le siguió los regresó a la realidad. Harry sintió un peso enorme alojándose en su estómago al ver a Severus Snape acercándose a ellos.



— Le agradezco su atención, pero ahora me encargaré yo de Harry. —dijo el ojinegro interponiéndose entre ellos, su mirada no disimulaba la rabia que sentía a pesar de su comportamiento aparentemente relajado—. Le enviaré un cheque cubriendo sus honorarios médicos.

— ¿Qué estás haciendo aquí? —le afrentó Harry sorprendido por su presencia—. Te dije que no quería volver a verte.

— La situación comprometedora en que te encuentro es la prueba que no sabes lo que dices ni lo que haces.

— Escucha, no te entrometas o llamaré a la policía.

— Quisiera ver eso. —le retó sin poder evitar soltar una divertida risa.


Ante tal conducta, Brandon ya no pudo mantenerse al margen y se apostó valientemente frente al extraño.


— Harry le ha dicho que se marche, tiene cinco segundos para hacerlo o…


Snape volvió a poner atención en el joven médico mirándole con tanta hostilidad que el chico guardó silencio sin poder evitarlo, aquel hombre parecía peligroso y temió por Harry.


— ¿O qué? —le desafió Severus—. Escuche, Doctor Brandon Cooper…

— ¿Cómo sabe mi nombre?

— Yo sé todo, y por eso mismo le advierto que se aleje de Harry Potter.

— ¡Usted no tiene derecho a ordenarme nada, mucho menos si Harry no quiere verlo!

— ¡Harry quiere verme! —afirmó malicioso—. Él y yo tenemos una relación, y si en estos momentos está disgustado conmigo no quiere decir que usted tenga el camino libre. Si sabe lo que le conviene se desaparecerá de su vida y nos dejará en paz arreglando nuestros asuntos.

— ¡Yo no tengo nada qué ver contigo! —intervino Harry molesto por esa actitud dominante del ojinegro.

— No mientas, cariño. —le respondió con un tono de voz muy íntimo—. Te perdonaré lo de este imbécil pero tienes que prometerme no volver a hacerlo, mi niño travieso.

— ¡Calla ya, Severus, y vete! ¡No quiero verte más, eres un enfermo!

— Soy el amor de tu vida.

— Harry ya ha dicho su última palabra. —volvió a interrumpir Brandon—. Si no quiere problemas, váyase de aquí.

— ¿Hablas de tener problemas? ¿Sabes acaso quién soy?

— Obviamente sé que se cree alguien que tiene poder para mandar sobre las vidas de los demás, pero conmigo se ha equivocado.

— Primero déjame presentarme. Mi querido Harry no ha tenido aún la cortesía de hacerlo. Mi nombre es Severus Snape. —dijo mientras extendía su mano hacia el acompañante de Harry sin importarle que éste no la tomara de inmediato—. Fundador y dueño unitario de la compañía farmacéutica “Pociones.org”. Socio de la asociación de becas del hospital San Martin, Director Principal de la Fundación de Beneficencia Médica, y Patrocinador de la Sociedad Londinense de Medicina… Entre otras cosas.


Brandon se quedó con la boca abierta sin apenas corresponder al saludo. Ese hombre era uno de los beneficiarios del Hospital donde laboraba, era el dueño de la compañía que patrocinaba las becas que le ayudaron a conseguir su diploma. Era quien daba el dinero para que el hospital tuviera las mejores medicinas e incluso el año anterior les había donado el equipo de alta tecnología para ayudar en el tratamiento de los niños con cáncer.


Nunca lo había visto antes pero había rumores de que era un hombre poderoso, pero sobre todo muy autoritario y frío. No sabía si sería capaz de retirar esos fondos monetarios si se molestaba, pero su mirada determinada le gritaba que podía irse retirando de la medicina si se atrevía a enfrentársele. Él se deshacía de sus enemigos con sólo dar una orden… no necesitaba más.



— Harry… —balbuceó mirando apenado a mi amigo—… Lo siento, es mi trabajo. Yo… en verdad me gustas pero…

— Vete ya. —respondió Harry esquivando la mirada.

— Ojalá hubiera sido diferente.


Brandon se dio cuenta que Harry ya no le escuchaba así que salió de la cafetería en silencio.


Al quedarse solos, Severus intentó sujetar la mano del chico, pero éste la retiró de inmediato.


— Que te hayas podido deshacer de Brandon no quiere decir nada, Severus. —le advirtió con firmeza—. Sal de mi vida de inmediato, esto no puedo perdonártelo.

— Lo único que hice fue ahorrarte tiempo, Harry. Ese Brandon era una pérdida de energía, tú mismo te has dado cuenta que no le interesabas lo suficiente, ni siquiera su trabajo le importó más que tú.

— ¡Qué fácil es hablar así para alguien que lo tiene todo! ¿Tú lo habrías hecho, renunciarías a esa faramalla por mí?

— Sólo dime dónde firmo y esta misma noche duermo en el callejón más cercano.


Harry le miró asombrado, pero fue sólo un segundo, enseguida supo que no podía confiar en su disponibilidad para dar todo por él.


— Lo dices porque sabes que yo no sería capaz de poner tales condiciones.

— Dime las condiciones que sí pones, Harry, y las hago de inmediato… pero vuelve conmigo.

— Lo siento pero ya es demasiado tarde para nosotros.

— No es demasiado tarde. Apenas vamos empezando, mi niño.


Harry sintió algo muy cálido al escucharlo llamarle así, pero de inmediato lo ignoró, no iba a permitirse flaquear.


— Está arruinado, Severus. Me gustaste mucho, sin embargo yo no permito que rijan mi vida de ningún modo y tú pareces creerte mi dueño y señor.

— ¡Porque eres mío, Harry! —aclamó abrazándolo posesivamente sin importarle que Harry se removiera entre sus brazos—. Por eso no puedo permitir que otras personas se atraviesen en nuestro camino, he pasado demasiado tiempo buscándote, soñando con tenerte para mí que lucharé por recuperarte. Harry, te amo, y es mi deber cuidar de este amor sin importarme nada más.


Harry logró separarse y retroceder unos pasos poniendo distancia de por medio, sin embargo, Severus ya no intentó volver a sujetarlo, sólo le miraba implorante.


— ¿Y qué vas a hacer, eh, Severus? ¿Vas a amenazar a todas las personas que me rodean para que se alejen? ¿Vas a despedir a Draco del hospital o sobornar al dueño de la cafetería para que Ron pierda su empleo?... ¿Tal vez hasta te apoderes de la ciudad y la derrumbes para que todo el mundo se tenga que ir?

— No seas tontito, amor. Ni tú ni tus amigos tienen que temer de mí, al contrario, yo viviría feliz de darte el mundo entero para que lo disfrutes con ellos… pero si alguien se atreve a desear ser algo más que tu amigo, entonces que se atenga a las consecuencias.

— ¿Y si soy yo quien lo desea?

— Harry, pequeño, ¿en verdad lloras por perder a ese tal Brandon? —cuestionó incrédulo—. No lo conocías, no lo conociste nunca, ahora mismo ni siquiera puedes recordar bien su rostro. Atrévete a intentar engañarme y decir lo contrario.


Harry bufó sin demostrar su asombro ante la veracidad en las palabras de Severus. Teniéndole a él ante sus ojos le era imposible recordar a nadie más. Sin embargo, no iba a dar un paso atrás, así que caminó erguido hasta la salida advirtiéndole a Snape que cerrara al marcharse.




————000————000————




Dos semanas más transcurrieron, tiempo suficiente para que Harry comprendiera que Severus Snape hablaba en serio. Tres chicos que le habían invitado a salir se arrepintieron a última hora con torpes excusas, y él ya no insistió, si se rendían a la primera oportunidad entonces no le interesaban.


Los regalos continuaron apareciendo pero Harry ya no los arrojaba a la basura sino que organizaba eventos nocturnos en la cafetería donde los sorteaba a los asistentes. Se encargaba de asegurarse que las ventanas dejaran ver lo que ocurría en su interior y entonces ponerse a bailar con cuánto chico se dejara, y a cambio les entregaba uno de esos codiciados obsequios de diseñador.


Ron sólo observaba en silencio, comprendía el propósito de Harry y le apoyaba pero en cierta forma sentía un poco de temor por las consecuencias. A veces creía ver del otro lado de la calle a Snape observando el revuelo, temió que en cualquier momento llegar a entrar y armara un espectáculo, pero eso jamás sucedió.


Sin embargo, una mañana, cuando Harry y Ron llegaron a la cafetería se encontraron con una sorpresa que no esperaban.


El letrero con el nombre había cambiado, y el sencillo anuncio en metal era ahora un espectacular iluminado con el nombre de “El expreso mágico”. Los dos amigos se miraron sin comprender, pues en lugar de tener un logotipo relacionado con el café, era un tren lo que adornaba el anuncio. Ninguno de los dos encontró palabras qué decir y entraron al establecimiento llevándose otra sorpresa. Todo el sitio había sido remodelado, tenían nuevos muebles, decoración, la cocina era otra, mejorada y con aparatos tan modernos que ni siquiera habían visto en las tiendas.


La barra que atendía Harry había desaparecido y en su lugar estaba un bufete con aparador mostrando una gran variedad de bocadillos listos para servir, y tras la barra una hilera de máquinas programadas para la realización de café en todas sus variedades, batidos y helados.


El cocinero entró en ese momento y después de ver su nueva cocina casi brinca de alegría, el trabajo le sería mucho más fácil con todos esos adelantos modernos.


Harry no logró sonreír ni siquiera ante la exagerada reacción de su compañero de trabajo, mucho menos con la exclamación de admiración de Ron que descubrió la presencia de una nueva aspiradora robotizada que sólo necesitaba apretar un botón y se encargaba de limpiar por sí sola el piso de la cafetería. Ron comentó que siempre creyó que esos aparatos que funcionaban sin la ayuda de una persona sólo existían en los supersónicos o en las películas de fantasmas y brujos, pero ahora no desaprovechó la oportunidad de hacerla andar. No volvería a barrer ni fregar un piso jamás.


El único que no estaba nada feliz era Harry. El nuevo bufete, las cafeteras y batidoras automáticas le dejaban prácticamente fuera del negocio.


La puerta volvió a abrirse y Severus Snape hizo su gran entrada con un hermoso ramo de rosas rojas.


— Felicidades por tu nueva cafetería. —dijo dirigiéndose a Harry para entregarle las flores.

— ¡¿Qué?! ¡¿Es que te has vuelto loco?! —gritó el chico tomando el ramo solamente para arrojarlo furioso al piso ahora de deslumbrante mármol perla—. ¡No puedes comprar esta cafetería, te has sobrepasado por completo!

— La compré para ti, ahora nada más tienes que estar pendiente de su buen funcionamiento, ni siquiera tienes que administrarla, te he contratado un contador y un gerente para evitarte complicaciones.

— ¡Bien, tráelos para pedirles una cita y los despidas ahora mismo!

— Harry, no seas niño. Acepta el regalo.

— ¡No lo quiero! ¡¿Y cómo demonios hiciste todo esto en sólo una noche?!

— Cuando te cases conmigo verás el poder que da el dinero.

— ¡Ah que emoción! —jadeó con sarcasmo—. ¿Me dará poder para patearte el trasero?


Harry caminó enfurecido hacia la salida, ni siquiera pudo escuchar como Severus ordenó a Ronald que se quedara en su lugar y él fue tras el chico logrando darle alcance antes de que cruzara la calle.


— ¡Suéltame! —gruñó Harry cuando Severus el sujetó del brazo.

— ¿Porqué todo lo que hago te molesta? Yo quería hacerte feliz.

— ¿Cómo es que no te das cuenta de lo absurdo que eres? Yo no necesito una cafetería, y no quiero deberte nada, quédate con ella y a mí déjame en paz.

— No puedes renunciar a la cafetería ¿yo para qué quiero una?

— Eso debiste pensarlo antes de comprarla.

— ¿No entiendes? Si te vas, entonces no tiene caso seguir con el negocio… tendría que cerrarla definitivamente.


Harry palideció al comprender el significado de las palabras de Severus y retrocedió indignado.


— Dijiste que no harías nada contra mis amigos y ahora me chantajeas con dejarlos sin trabajo… Eres vil y miserable.

— No, me has malentendido, lo único que quiero es que recapacites. Si te preocupan tus amigos entonces les consigo otro empleo, mejor pagado y más prometedor, pero yo no estoy familiarizado con ese negocio, no puedo cuidar de él como lo harías tú.

— O sea, discúlpame que no te bese los pies pero soy alérgico a la pedantería.

— Harry, no sé porqué te has enfurecido tanto pero lo acepto, prometo portarme mejor si eso quieres, pero a cambio quédate con la cafetería, sería un desperdicio cerrarla y jamás me atrevería a venderla… es el lugar donde te conocí, donde te he encontrado, pequeño.


El joven bajó la mirada, quiso bufar con burla pero no logró ser lo suficientemente agresivo, Severus aprovechó el efecto logrado con sus palabras y se acercó acariciándole una de sus mejillas con ternura.


— Eres demasiado perturbador para mí, Snape. Lo mejor es que te alejes y sigamos con nuestras vidas como antes de conocernos.

— Me pides algo imposible, Harry. —afirmó en un suave lamento—. Eres mío, y necesito que te des cuenta que no es un sentimiento totalmente acaparador porque en la misma dimensión que te siento mío, también me siento tuyo.


Harry abrió los labios para protestar pero no pudo encontrar palabras, se sintió desarmado y furioso consigo mismo por dejarse influenciar por sensiblerías, gruñó golpeando el piso con el pie y volvió solo y al interior de la cafetería donde sus amigos y compañeros le esperaban expectantes. Asintió confirmándoles que el trabajo continuaba. Vio sus demostraciones de alegría sin lograr ser partícipe de ellas, aún se sentía confundido y perturbado por haber aceptado el deseo de Severus Snape y quedarse con la cafetería.




————000————000————




Los días pasaron y el negocio prosperaba a pasos agigantados. Era imposible para Harry no sentirse feliz de poder aumentar los ingresos de sus amigos aunque habían tenido que suspender los eventos nocturnos por sugerencia del Administrador quien les convenció que eso podría traerles más problemas que beneficios. Harry aceptó comprendiendo que era una orden disfrazada de Severus para no verlo más coqueteando con otros chicos.


Además, ahora el ojinegro se pasaba cada noche a la cafetería donde disfrutaba de un té sin despegar los ojos de Harry. De esa forma también lograba mantenerse vigilante y evitar cualquier acercamiento de otros jóvenes. Notó satisfecho que cada día eran menos los que se animaban a intentar algo con Harry, el rumor de que alguien poderoso lo tenía en la mira logró alejarlos.


Harry también se daba cuenta de ello y se enfurecía, aunque jamás dijo nada. Sólo Ron le insistía para que hiciera algo y se liberara finalmente de Snape.


— ¿Pero qué puedo hacer? Ya le rogué, le supliqué que me dejara en paz, lo amenacé, me he enfurecido y nada da resultado… ¿Irme? Estoy seguro que me encontraría donde fuera.

— ¿Y vas a seguir así por siempre? Debe haber una forma de darle una lección. Creo que deberías denunciarlo, quiero pensar que habrá alguien a quien sí le importe lo que te pase y no sea un corrupto para dejarse manipular.

— No serviría de nada, al contrario, puede tomar represalias.


Harry suspiró profundamente, ya se había exprimido el cerebro para encontrar la manera de recuperar su vida. Miró hacia la mesa del fondo donde Severus acostumbraba tomar su té, aún no aparecía pero estaba por hacerlo de un momento a otro. Lo imaginó ahí, ocupando todo su tiempo libre en estar pendiente de él, en hacerle ver su presencia, obsesionado siempre con tenerlo a su lado.


Exhaló hondo con tanta resignación que Ron tuvo un mal presentimiento.


— ¿Estás bien?

— Creo que sí, pero tienes razón, no puedo seguir así por siempre y ya sé qué voy a hacer.

— ¿Qué estás planeando?

— Severus no está acostumbrado a que se le niegue nada, me temo que mi actitud tan sólo ha fomentado su capricho así que no tengo más remedio que darle lo que quiere. No hay otra forma de satisfacerlo.


La puerta se abrió justo entonces para dar paso a Severus. De inmediato buscó a la única persona que le interesaba, y al encontrarlo se sorprendió al ver que Harry ya no fingió ignorarlo y abandonó su lugar para ir hacia él.


— Acepto. —le dijo—. Acepto salir contigo, Severus Snape.


Severus contuvo el aliento, tan sorprendido como Ronald ante sus palabras.









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Helen Black P
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MensajeTema: Re: Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2   Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2 I_icon_minitimeMar Jun 03, 2014 1:08 pm

En verdad creo que Severus se esta sobrepasando, pero como bien dijo Harry creo que es del tipo de personas que no se rinden fácilmente, aun que si es bastante obsesivo
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Yuki Fer
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MensajeTema: Re: Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2   Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2 I_icon_minitimeDom Jun 08, 2014 6:24 pm

mmm supongo que hay razones poderosas para que sev se comporte de esa manera...u_u
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MensajeTema: Re: Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2   Obsesionado con mi acosador - Capítulo 2 I_icon_minitime

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