El árbol de ciruelas en flor. Capítulo 7: Tiempo al tiempo

Capítulo 7: Tiempo al tiempo

El descubrir el estado psicológico de Harry fue un shock para Severus, porque nunca imagino que ese lindo joven, a ojos de muchos y suyos propios, pudiera estar pasando, por tanto.
Tuvo que sacarle por tirabuzón fechas y motivos. Se asustó al saber que Harry bebía a escondidas de sus padres desde los quince.
Ese mismo fin de semana, Harry fue trasladado, quisiera o no, a la casa de los Snape.
Stephan estaba divertido con la situación, a sus ojos las cosas eran bastante obvias, pero parecía que los principales involucrados no lo notaban para nada.
Su papá se había enamorado de Harry, con todos y sus traumas.
-Quiero irme a mi casa -dijo el chico enfurruñado en el sillón de la casa de sus anfitriones.
-No te iras de aquí hasta que estés más calmado, Harry.
El muchacho se paró de golpe y salió corriendo al jardín.
Stephan estaba fumando un cigarro en la puerta de la cocina y simplemente lo dejó pasar, su padre pasó por su lado y le dio una mala mirada, pero él simplemente se alzó de hombros.
-Deberías dejarlo respirar, padre -dijo divertido al ver como no era tomado en cuanta-. Esto de que voy a tener un padrastro más joven que yo va a terminar traumándome a mí -dijo divertido, viendo como a unos metros venía su padre de regreso sosteniendo a Harry del brazo, al que había alcanzó antes de saltar la reja.
-Entra y compórtate -le dijo Severus a Harry dejándolo nuevamente en el sillón de su sala.
-No tienes derecho…
-Lo sé, lo tengo más que claro, pero en vista de que no valoras ni un poco la vida que el director salvó, voy a tenerlo que hacer yo en tu lugar.
Harry se quedó petrificado. Era doloroso oír hablar de su abuelo.
-Odio tener que ser tan rudo contigo, Harry -dijo hincándose frente a él y sosteniendo sus manos-, pero no voy a permitir que caigas, no más.
…
…
Un mes pasó y todo el mundo corría de un lado para el otro.
-Harry, es enserio, baja de una vez -dijo Severus llamando al muchacho.
-Te dije que no quiero ir a ese colegio -dijo rebelde desde la escalera.
-Pues te aguantas, Harry -dijo Stephan pasándole un bolso con cuadernos-, pero Hogwarts es el único colegio del pueblo.
-Yo ya estaba inscrito en mi antiguo colegio.
-Sí, sí, sí -dijo Severus mostrándose cansado del tema-, pero estas viviendo aquí y tu colegio a dos horas.
-¡Stephan podría llevarme! -dijo seguro de sí mismo, después de todo el joven iba a la universidad allá cada día.
-No podrá ser, Harry -dijo el otro-, de hecho, sólo empezaré a llegar los viernes en la noche y me iré los lunes de mañana.
-¿Hijo?
-Los largos viajes ya me están pasando la cuenta -dijo golpeándose el hombro como un anciano-, si sigo así no terminaré la carrera estando cuerdo.
Harry pudo notar que eso afectaba un poco a Severus, así que no queriendo ser más una carga tomó el bolso y salió de la casa. Lo bueno es que ahora Severus lo dejaba salir, pero le advertía, a diario, y supuestamente en broma, que no podía acercarse a las botillerías o bares del pueblo.
-¿Cómo crees que lo lleve hoy?
-No muy bien -dijo mirándolo avanzar hacia el colegio, lo bueno es que el lugar quedaba a una cuadra de la casa, así que podían seguirlo con la vista-, le pedí a Minerva que este atenta a cualquier cosa, el lugar esta repletos de recuerdos del director.
-Estará bien -dijo Stephan, con ganas de molestar a su padre-, tengo un papá fuerte.
-No estamos hablando de mí -dijo Severus.
-Yo tampoco -le respondió su hijo.
-Ya te dije…
-Sí, sí, sí. Harry es un niño -dijo moviendo la mano de un lado para el otro-, pero ni tú ni él lo piensan así en realidad… tengo ojos ¿sabes?
Severus no iba a tomar en cuenta las palabras de su loco hijo, pero si podía sentirse más tranquilo, tenía un aliado si que se decía a dar ese paso.

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Cantidad de envíos : 2 Galeones Snarry : 973 Fecha de inscripción : 10/06/2023

Majo-san escribió:: Capítulo 7: Tiempo al tiempo

El descubrir el estado psicológico de Harry fue un shock para Severus, porque nunca imagino que ese lindo joven, a ojos de muchos y suyos propios, pudiera estar pasando, por tanto.
Tuvo que sacarle por tirabuzón fechas y motivos. Se asustó al saber que Harry bebía a escondidas de sus padres desde los quince.
Ese mismo fin de semana, Harry fue trasladado, quisiera o no, a la casa de los Snape.
Stephan estaba divertido con la situación, a sus ojos las cosas eran bastante obvias, pero parecía que los principales involucrados no lo notaban para nada.
Su papá se había enamorado de Harry, con todos y sus traumas.
-Quiero irme a mi casa -dijo el chico enfurruñado en el sillón de la casa de sus anfitriones.
-No te iras de aquí hasta que estés más calmado, Harry.
El muchacho se paró de golpe y salió corriendo al jardín.
Stephan estaba fumando un cigarro en la puerta de la cocina y simplemente lo dejó pasar, su padre pasó por su lado y le dio una mala mirada, pero él simplemente se alzó de hombros.
-Deberías dejarlo respirar, padre -dijo divertido al ver como no era tomado en cuanta-. Esto de que voy a tener un padrastro más joven que yo va a terminar traumándome a mí -dijo divertido, viendo como a unos metros venía su padre de regreso sosteniendo a Harry del brazo, al que había alcanzó antes de saltar la reja.
-Entra y compórtate -le dijo Severus a Harry dejándolo nuevamente en el sillón de su sala.
-No tienes derecho…
-Lo sé, lo tengo más que claro, pero en vista de que no valoras ni un poco la vida que el director salvó, voy a tenerlo que hacer yo en tu lugar.
Harry se quedó petrificado. Era doloroso oír hablar de su abuelo.
-Odio tener que ser tan rudo contigo, Harry -dijo hincándose frente a él y sosteniendo sus manos-, pero no voy a permitir que caigas, no más.
…
…
Un mes pasó y todo el mundo corría de un lado para el otro.
-Harry, es enserio, baja de una vez -dijo Severus llamando al muchacho.
-Te dije que no quiero ir a ese colegio -dijo rebelde desde la escalera.
-Pues te aguantas, Harry -dijo Stephan pasándole un bolso con cuadernos-, pero Hogwarts es el único colegio del pueblo.
-Yo ya estaba inscrito en mi antiguo colegio.
-Sí, sí, sí -dijo Severus mostrándose cansado del tema-, pero estas viviendo aquí y tu colegio a dos horas.
-¡Stephan podría llevarme! -dijo seguro de sí mismo, después de todo el joven iba a la universidad allá cada día.
-No podrá ser, Harry -dijo el otro-, de hecho, sólo empezaré a llegar los viernes en la noche y me iré los lunes de mañana.
-¿Hijo?
-Los largos viajes ya me están pasando la cuenta -dijo golpeándose el hombro como un anciano-, si sigo así no terminaré la carrera estando cuerdo.
Harry pudo notar que eso afectaba un poco a Severus, así que no queriendo ser más una carga tomó el bolso y salió de la casa. Lo bueno es que ahora Severus lo dejaba salir, pero le advertía, a diario, y supuestamente en broma, que no podía acercarse a las botillerías o bares del pueblo.
-¿Cómo crees que lo lleve hoy?
-No muy bien -dijo mirándolo avanzar hacia el colegio, lo bueno es que el lugar quedaba a una cuadra de la casa, así que podían seguirlo con la vista-, le pedí a Minerva que este atenta a cualquier cosa, el lugar esta repletos de recuerdos del director.
-Estará bien -dijo Stephan, con ganas de molestar a su padre-, tengo un papá fuerte.
-No estamos hablando de mí -dijo Severus.
-Yo tampoco -le respondió su hijo.
-Ya te dije…
-Sí, sí, sí. Harry es un niño -dijo moviendo la mano de un lado para el otro-, pero ni tú ni él lo piensan así en realidad… tengo ojos ¿sabes?
Severus no iba a tomar en cuenta las palabras de su loco hijo, pero si podía sentirse más tranquilo, tenía un aliado si que se decía a dar ese paso.

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El descubrir el estado psicológico de Harry fue un shock para Severus, porque nunca imagino que ese lindo joven, a ojos de muchos y suyos propios, pudiera estar pasando, por tanto.
Tuvo que sacarle por tirabuzón fechas y motivos. Se asustó al saber que Harry bebía a escondidas de sus padres desde los quince.
Ese mismo fin de semana, Harry fue trasladado, quisiera o no, a la casa de los Snape.
Stephan estaba divertido con la situación, a sus ojos las cosas eran bastante obvias, pero parecía que los principales involucrados no lo notaban para nada.
Su papá se había enamorado de Harry, con todos y sus traumas.
-Quiero irme a mi casa -dijo el chico enfurruñado en el sillón de la casa de sus anfitriones.
-No te iras de aquí hasta que estés más calmado, Harry.
El muchacho se paró de golpe y salió corriendo al jardín.
Stephan estaba fumando un cigarro en la puerta de la cocina y simplemente lo dejó pasar, su padre pasó por su lado y le dio una mala mirada, pero él simplemente se alzó de hombros.
-Deberías dejarlo respirar, padre -dijo divertido al ver como no era tomado en cuanta-. Esto de que voy a tener un padrastro más joven que yo va a terminar traumándome a mí -dijo divertido, viendo como a unos metros venía su padre de regreso sosteniendo a Harry del brazo, al que había alcanzó antes de saltar la reja.
-Entra y compórtate -le dijo Severus a Harry dejándolo nuevamente en el sillón de su sala.
-No tienes derecho…
-Lo sé, lo tengo más que claro, pero en vista de que no valoras ni un poco la vida que el director salvó, voy a tenerlo que hacer yo en tu lugar.
Harry se quedó petrificado. Era doloroso oír hablar de su abuelo.
-Odio tener que ser tan rudo contigo, Harry -dijo hincándose frente a él y sosteniendo sus manos-, pero no voy a permitir que caigas, no más.
…
…
Un mes pasó y todo el mundo corría de un lado para el otro.
-Harry, es enserio, baja de una vez -dijo Severus llamando al muchacho.
-Te dije que no quiero ir a ese colegio -dijo rebelde desde la escalera.
-Pues te aguantas, Harry -dijo Stephan pasándole un bolso con cuadernos-, pero Hogwarts es el único colegio del pueblo.
-Yo ya estaba inscrito en mi antiguo colegio.
-Sí, sí, sí -dijo Severus mostrándose cansado del tema-, pero estas viviendo aquí y tu colegio a dos horas.
-¡Stephan podría llevarme! -dijo seguro de sí mismo, después de todo el joven iba a la universidad allá cada día.
-No podrá ser, Harry -dijo el otro-, de hecho, sólo empezaré a llegar los viernes en la noche y me iré los lunes de mañana.
-¿Hijo?
-Los largos viajes ya me están pasando la cuenta -dijo golpeándose el hombro como un anciano-, si sigo así no terminaré la carrera estando cuerdo.
Harry pudo notar que eso afectaba un poco a Severus, así que no queriendo ser más una carga tomó el bolso y salió de la casa. Lo bueno es que ahora Severus lo dejaba salir, pero le advertía, a diario, y supuestamente en broma, que no podía acercarse a las botillerías o bares del pueblo.
-¿Cómo crees que lo lleve hoy?
-No muy bien -dijo mirándolo avanzar hacia el colegio, lo bueno es que el lugar quedaba a una cuadra de la casa, así que podían seguirlo con la vista-, le pedí a Minerva que este atenta a cualquier cosa, el lugar esta repletos de recuerdos del director.
-Estará bien -dijo Stephan, con ganas de molestar a su padre-, tengo un papá fuerte.
-No estamos hablando de mí -dijo Severus.
-Yo tampoco -le respondió su hijo.
-Ya te dije…
-Sí, sí, sí. Harry es un niño -dijo moviendo la mano de un lado para el otro-, pero ni tú ni él lo piensan así en realidad… tengo ojos ¿sabes?
Severus no iba a tomar en cuenta las palabras de su loco hijo, pero si podía sentirse más tranquilo, tenía un aliado si que se decía a dar ese paso.

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