Sacrificios por amor: San Idiota Potter (One shot) (Fanfic de Ninduim)

Última edición por alisevv el Lun Oct 15, 2012 3:36 pm, editado 1 vez

Título: Sacrificios por amor: San Idiota Potter

Autora: Ninduim

Pareja: SS/HP

Género: Romance

Resumen: Severus no entiende el porqué de este d´´ia, Harry no entiende porque no le gusta. Lo liarán todo...

Sacrificios por amor: San Idiota Potter

Llevaban 4 años juntos y todavía no conseguía entender por qué a su pareja le era tan difícil aceptar el hecho de que para él era importante el 14 de febrero. La primera vez no le dio importancia debido a que la guerra estaba en pleno apogeo. La segunda aún después de haber ganado, todavía quedaban muchos resquicios y desorden en el mundo mágico, por lo que también lo comprendió y lo dejo pasar, pensando que ellos se demostraban con el día a día lo que se querían. Pero el tercer año no lo entendió. Se daba una gran fiesta en Hogwarts y no quiso ir alegando que eso era algo muy frívolo. Total, que terminaron discutiendo.

SS/HP

Él no necesitaba que le dijeran que era el Día de los Enamorados, ÉL ESTABA enamorado todos los días del año desde hacía más de cuatro años. Intentaba festejar todos los días con sus noches, y por eso nunca creía tener que hacerlo en especial ese día. Lo hacía con el día a día. Cuando su pareja llegaba por las noches de la universidad, le tenía preparada una cena, acompañada de una agradable charla de cómo les había ido el día, y muchas de esas noches terminaban demostrándose todo el amor que se tenían.

SN/HP

Pero este año no lo dejaría pasar. No sabía cómo, pero le haría entender que este año quería hacer algo especial para ese día.

SN/HP

Pero si su obstinada pareja quería un día más especial que los demás, por Merlín que lo tendría. Así se le retorcieran las tripas por hacer algo que iba contra todas sus creencias… En ese momento empezó el plan “sacrificios por amor: San Idiota Potter”

SS/HP

Paso 1: Preparación de cena con parejas enamoradas

Harry llego ese día de la facultad como siempre. Iba distraído pensando que tenía que convencer a su pareja para que aceptara una reunión con sus amigos.

- Hola amor, que tal te ha ido… – se anunció Harry nada más salir por la chimenea, quedando sorprendido al no encontrar la mesa de siempre, con velas y una rosa – ¡¿Amor!?¿No estás? – preguntó extrañado. Al no recibir respuesta, decidió darse un baño y esperar. Probablemente se había entretenido con algún alumno castigado.

Se estaba quedando dormido en el sillón de la salita, cuando escucho abrirse la puerta del laboratorio personal de Severus, y se sobresalto al verlo a parecer, ¿Estaba al lado y no le contestó?

- AH, hola Harry ¿Acabas de llegar? No te oí.

- Como que no me oíste si estuve gritando.

- Bueno no importa, voy a acostarme, ¿vienes? – el ojiverde lo miró perplejo. En cuatro años, esa había sido la primera vez que Severus no le daba un beso de bienvenida, ni cenarían juntos.

Cansado e ignorando el porqué de ese cambio, lo siguió rumbo al dormitorio. Cuando entró, Snape estaba ya acostado en su lado de la cama y parecía dormido.

Se cambio y se acostó. De repente, se acordó de lo que tenía que contarle a Severus, lo de la cita con sus amigos. Así que dispuesto a quitarse el coraje de que lo ignorara de esa manera, se giro y lo zarandeó.

- Severus, Severus – este gruñendo disconforme se volteó.

- Dime ¿qué te pasa? – Contestó Snape con voz soñolienta.

- Pues… veras… que los chicos me han dicho que van a organizar una cena y que les gustaría que los acompañásemos, eh… - se quedo callado al darse cuenta que su pareja había vuelo a cerrar los ojos – ¡SEVERUS!

- ¿Qué? Ya te escuche, y me lo tengo que pensar, tu sabes que no me gustan esas fiestas que hacéis y la verdad no me apetece tener que observar a un grupo de jóvenes borrachos.

- ¿Pero qué estás diciendo? Nosotros no somos así, de todas formas no será una fiesta sino una cena entre amigos. Hermione y Draco también van, así que tendrás con quien hablar y no aburrirte – Le espetó el ojiverde dando media vuelta dispuesto a dormir y no pensar en lo surrealista que estaba siendo esa noche.

Severus espero hasta que sintió la respiración del ojiverde acompasada, sonrió y susurró – Esta vez entenderás lo que te quiero en San Valentín.

SH/HP

Cuando Harry se despertó, Snape ya no estaba en sus aposentos. El hecho le desconcertó y enfado. ¿Qué demonios estaba pasando con Severus? ¿Por qué ese cambio tan repentino?

La discusión, ¡Claro! ¿Cómo se le había olvidado? Apenas unos días atrás habían discutido por que Severus no quería ir a la fiesta de San Valentín que se hacía en el castillo, alegando como el año anterior, que no quería celebrar un día tan frívolo, donde solo se buscaba obtener un objeto de alguien que se creía estar enamorado. Y él como en muchas ocasiones, llegó a conclusiones precipitadas, echándole en cara que si tenía dudas de sus sentimientos no sabía que hacían juntos. Pero todo eso se había aclarado, ¿verdad? Ahora lo dudaba. Tendría que esperar hasta la noche para hablar con Snape. Aunque no sabía si tendría tiempo, ya que hoy salía tarde y tenían la cena. Y aun quedaba mucho por hacer.

SH/HP

Después de terminar las clases Severus estaba en su despacho, esperando que Harry apareciese para ir a la dichosa cena. Pero éste no aparecía. Estaba ya harto y preocupado de tanto esperar cuando la puerta se abrió de golpe.

- Hola padrino, siento el retraso pero… bah, no importa, ¿Estás listo? – Preguntó extrañado al observar que Snape estaba con su túnica de dar clases. Entró en el despacho y dejó la puerta abierta para que Ron pasara.

- He venido a buscarte. Potter ha ido a la mansión nada más salir de la universidad, y me ha pedido venga a por ti. Creo que piensa que no asistirás si él hubiese venido a buscarte.

- Así que has sido tú el de la grandiosa idea, y ¿Cuando tu cerebro inteligente detecta que me gustaría estar con unos muchachos sin cerebros que solo hablan de tonterías?

- Severus – le miró serio – No ha sido idea mía. Ya está hecho, así que vámonos e intenta disfrutar de una buena velada. Y no puedes negarte.

A regañadientes aceptó. Les pidió 15 minutos para arreglarse, y dejándolos solo en el despacho se dirigió a sus aposentos. Interiormente se alegraba que todo estuviese marchando sobre ruedas.

CASA MALFOY

Harry, Hermione, Blaise, Pansy y Remus se habían quedado en la casa para terminar los preparativos de la cena. Harry los había convencido para celebrar una pequeña reunión entre parejas donde se sacara el tema tabú entre su pareja y él. Para ello habían escogido el comedor familiar.

- Hermione, ¿de verdad piensas que vendrá? Lleva unos días muy raros ¿Y si ya se cansó de tener a alguien pegado a él todos los días?

- Venga Harry, él te quiere. Seguro que solo está estresado por el trabajo.

- Eso Harry, no te preocupes. Estoy seguro que Severus te adora. – Concluyó Remus.

- Bueno, si vosotros lo decís.

Ya estaba todo listo, y parecía que no iban a llegar. Cuando la chimenea se encendió y dio paso a un Ron que con cara de circunstancia, se acercó rápido a su mejor amigo:

- No sé cómo lo aguantas. No ha parado de quejarse en todo el rato. Viene que echa humo – después se acercó a su mujer para darle un beso.

- Venga Ron no será para tanto. No preocupes a Harry – Le regañó Hermione.

Acto seguido, de la chimenea salió Snape, con cara de pocos amigos, saludó a todos con solo una inclinación de cabeza y se dirigió directamente al bar para servirse un coñac. Por último apareció Draco que antes de saludar a Remus, se giró hacia Harry y le miró, dándole a entender que las cosas no estaban bien.

- Bueno chicos pasemos al comedor la cena ya esa lista, - dijo Remus, intentando aligerar un poco el ambiente.

Severus apenas le dirigió la palabra a Harry, y el ojiverde estaba más que preocupado y angustiado… No sabía si salir corriendo, ya que sentía que si la cosa seguía así no pasaría mucho tiempo antes de que las lágrimas se le salieran. Se perdió en sus pensamientos.

Ya no podía negarlo más: Sev había dejado de quererle, ya no quería seguir con él. ¿Y ahora como le doy la notica? ¿Seguro que piensa que solo quiero incomodarlo? En esos pensamientos estaba cuando le escuchó decir.

- Conmigo no contéis, no quiero estar en un sitio con decoraciones horteras, y parejitas que no saben lo que quieren…

- Pero Severus, será divertido, estaremos todos juntos y la fiesta será espectacular, recuerda que la organiza un Malfoy - Contestó Draco.

- No, déjalo Draco en otra ocasión será, si Severus no quiere asistir a una fiesta no podemos obligarlo, ¿Cierto? – Dijo Harry. Se veía que tenia la mirada triste - Bueno chicos, estoy cansado me marcho. – y sin decir nada más se dirigió a la chimenea y desapareció.

Cuando se hubo marchado Snape tuvo que aguantar las miradas de “como no arregles esto te mato” de casi todos los presentes. Por lo que se despidió y se marchó.

Cuando entró en su habitación se encontró con un Harry dormido. Por suerte, el día siguiente era sábado y tendría tiempo de aclarar sus ideas para hablar con Harry. De una cosa estaba seguro: le quería más que a nadie en el mundo, ¿o no?

SS/HP

El sábado pasó sin pena ni gloria. Cuando se levantó, Harry alegó que tenía que estudiar y que estaría todo el día fuera. Y Severus no dijo nada.

Paso 3: Preparativos.

El domingo llegó y con él, el día que les había hecho distanciarse. Harry, como el día anterior, decidió irse a estudiar a la biblioteca. Severus lo detuvo antes de salir.

- Harry ¿Estarás aquí para el almuerzo? Me gustaría que comiésemos juntos, tenemos que hablar. – Harry le miró, con los ojos brillantes, y asintió pesadamente, pensando que mejor terminar con todo de una vez. Las cosas serían mejor así.

En cuanto Harry salió por la puerta, Severus se giró con una gran sonrisa y llamó a un elfo domestico, dándole instrucciones de lo que quería para el almuerzo. Después, el elfo desapareció. Acto seguido se dirigió a su habitación.

La mañana paso rápido, más para uno que para él otro. Harry se apareció en la entrada de Hogwarts. Sabía lo que iba a pasar y aunque resuelto a enfrentarlo, dolía y no quería que sucediera. A paso lento, fue llegando a las mazmorras. Se quedó parado frente a la puerta, pensando si entrar o no, cuando un flus lo sacó de sus cavilaciones e hizo que se abriese la puerta de golpe. Todo estaba oscuro, por lo que se puso en guardia. Pronunció un lumus y desde el marco de la puerta oteo de izquierda a derecha, y ahí la vio: una flecha blanca como la nieve que brillaba incrustada en el bastidor de la puerta con una nota ensartada. Lentamente cogió la flecha y leyó la nota.

“El blanco refleja la pureza de tu corazón, del que me enamore.
Refleja la luz que desprendes cada vez que sonríes, de la que me enamore.
Refleja la pureza de tu mirada, de la que me enamore.”

Con la flecha en una mano y la nota en la otra dio un paso hacia dentro. La habitación se iluminó tenuemente con la luz de unas velas. Volvió a mirar alrededor y vio que en cima de la mesa donde solía comer con Severus, había un ramo de rosas de distintos rojas con una blanca.

Las rosas expresan muchas cosas,
Las de color rojo claro, simbolizan la sensualidad que desprendes,
La pasión con la que realizas todo lo que te propones, y despiertas en mí,
La única de color blanco, simboliza nuestra unión, fuerte y duradera.
En definitiva, el amor de mi corazón que solo te pertenece a ti.

Con lágrimas en los ojos se giró al percatarse que la chimenea se encendía. Frente a ella y flotando en el aire, otra flecha blanca señalaba la habitación. Con las emociones a flor de piel se dirigió con paso rápido hacia el lugar, y abrió la puerta lentamente. Y lo que vio lo dejó paralizado, las lágrimas salían ya sin control.

Observó toda la estancia. Una mesa con velas y una sola rosa rosa, cerca de una chimenea que nunca había estado allí. La cama extendida con sabanas de seda, y junto a ella, un gran paquete envuelto en papel regalo. Dio pasos lentos mientras observaba lentamente todo, sin poderse creer lo que veía. La puerta se cerró y se sobresaltó, no esperaba ese ruido. No le dio tiempo a darse la vuelta cuando sintió que era abrazado por la cintura. Y sintió una suave respiración en su oreja, y una voz que empezó a susurrarle.

- Nunca dudes de que te amo, nunca dudes de que lo eres todo para mí, que sin ti no soy nada.

Ya sin poder no querer parar las lágrimas, respondió. – Y yo a ti.

Se sentaron a cenar. Según Harry, la mejor de toda su vida. Cuando terminaron de cenar empezó a sonar una linda melodía. Severus se levantó y con una muy bien hecha reverencia, le invitó a bailar.

- Sev, yo no sabía nada y…

- De eso se trataba, Harry- lo interrumpió sonriendo.

- Ya, ya lo sé, pero no tengo nada para ti. La verdad pensé que lo que querías era… era… que me, que no te molestara mas. – terminó la frase casi en un susurro, que de no ser porque estaban muy juntos Severus no lo hubiese escuchado.

- Yo solo quería que disfrutara de tu día, que vieras que no me hace falta que llegue el 14 de febrero para que te demuestre cuanto te amo, que si es por ponerle un nombre y una fecha, para mi todos los días son 14 de febrero, San Valentín. Porque te amo y sé que me amas, y lo que siento no se puede reflejar solo en un día. Que no me hace falta que me des un regalo para saber lo que sientes por mí. – Y lo besó. Lo besó como si fuese la primera vez, con pasión, con deseo. Fue un beso lento cargado de sentimientos y esperanza. – ¿Y seguro que no tienes un regalo para mí? Yo creo que sí, es más creo que tienes dos.

- Dos Sev, de verdad que no tengo nada y no sabes cuánto lo siento, de verdad. – Mirando de soslayo el gran paquete que había al lado de la cama. Snape sonrió de manera socarrona y le instó a abrirlo.

- Ábrelo, espero que te guste. – Harry se separo lentamente. Cuando estuvo en frente, alargó la mano temblorosa y empezó a desgarrar el papel. Conforme lo descubría las lágrimas empezaron a caer nuevamente, se acercó con pasos temblorosos delineando el borde con los dedos. Miro a Severus, que sonrió de manera cálida y le abrazo con fuerza.

- ¿Te gusta?

- ¿Co… como lo has sabido? – Severus le miro intensamente.

- Señor Potter no debe dejar los papeles importantes por cualquier lugar – Le reprendió Severus de manera divertida – Si no quería que su pareja se enterase de que sería padre, no debe dejar el resultado del medimago encima de la estantería. – y se rió fuertemente, cogiendo a Harry en brazos y dando vueltas.

Cuando pararon, Harry estaba muy sonrojado debido a tantas emociones. Decidió acercarse otra vez a la hermosa cuna que Sev había instalado en su habitación y entonces lo vio, había una cajita pequeña encima de la almohada. Se acercó para cogerla, la abrió y lo que vio lo dejó sin palabra. Se volvió rápidamente, para ver a su pareja con una rodilla hincada en el suelo, mirándolo con devoción.

- Harry Potter ¿me harías el honor de casarte conmigo y convertir todos nuestros días en San Valentín?

Harry se arrodilló y le abrazó por el cuello, besándole intensamente.

- Si, si quiero casarme contigo. Quiero estar todos los días de mi vida a tu lado. – Y se volvieron a besar.

Rato después ambos estaban tumbados en la cama, besándose y acariciándose. Cuando Sev le dijo. – ¿Ves Harry que si tenías dos regalos para mí?

- Pues se me está ocurriendo un tercero.

FIN

genial.....de verdad genial
me encanto el fic Very Happy

tan tierno ahh suspiro larggoooo......san valentin lo celebro toodos los dias con tigo..ojala tubiera a alguien que me dijiera eso..¬¬ bueno algun dia,,,,muy bonita tu historia me encanto.n_n

y aki otra vez comentandoo............ ahhhhhh k lindooo aunk falto el lemon...¬¬...jajaj siii un año despues y estoy mas pervertida...XD jajja

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