La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Mi único amor. Capítulo X. Sentimientos

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Sol
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MensajeTema: Mi único amor. Capítulo X. Sentimientos   Mi único amor. Capítulo X.  Sentimientos I_icon_minitimeMiér Nov 18, 2009 4:42 pm

Título: “Mi Único Amor”

Personajes: Harry Potter/Severus Snape

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.

Advertencia: Este es un Universo Alterno, los personajes se escaparon del Potterverso y aceptaron ser protagonistas de esta historia en un mundo sin magia.



Adaptación de la novela de Barbara Cartland


Capítulo 10. Sentimientos


El cansancio era terrible el tener la mano atada al poste de la cama le resultaba incómodo y agotador en extremo. No entendía como había logrado dormir, aunque en realidad lo había hecho lleno de sobresaltos, un montón de ruidos que estaba seguro sólo eran producto de su imaginación le habían dejado cerrar los ojos por instantes muy breves. No tenía mucha noción del tiempo, pero estaba seguro que ya había amanecido, pues algo de claridad llenaba el lugar en el que estaba, ahora creía que era una especie de sótano, olía a humedad y a encierro, la sensación era terrible pues no sabía donde estaba, tenía miedo.


Sabía que con su mano atada al poste de la cama no tenía ninguna posibilidad de escapar. De pronto escuchó el cerrojo de una puerta que se abría y sintió pisadas que cuidadosas bajaban una escalera vieja que rechinaba, aquello terminó de convencerlo de que se encontraba en un sótano. A pesar de que la claridad aún era débil ahora pudo observar mejor al hombre que se paró frente a él cargando una bandeja que al parecer contenía alimento.


—Buenos días Harry —dijo Peter con su voz chillona.


Ahora que Harry observaba a ese hombre por segunda vez y aunque sentía el mismo temor que hacía unas horas, aquel sujeto le pareció menos imponente, en realidad la figura bastante disminuida de su captor le resultó algo grotesca.


—Para usted serán buenos —dijo Harry mirando con odio a Peter.

—Te traje algo de comer… imagino que debes tener hambre.

—No quiero comer… quiero que me deje ir, no tiene derecho a tenerme encerrado aquí y mucho menos esposado a esta cama.

—No Harry… lo siento no puedo dejarte ir.

—¿Qué es lo que quiere? ¿Dinero?

—Ya te lo dije… ahora no me interesa el dinero.

—¿No pedirá rescate por mí?

—No… no necesito el dinero de ese tal Snape… no me hace falta.

—¿Entonces para qué me secuestró? ¡Déjeme ir!


Peter ignoró las últimas palabras de Harry y se acercó con la bandeja.


—Vamos come un poco te sentirás mejor —dijo Peter acercando la bandeja al chico.


Harry de un manotazo tiró la bandeja y su contenido. Peter miró furioso a Harry, pero casi al instante se calmó.


—No debiste hacer eso… parece que en la escuela esa a la que te envió Snape no te enseñaron buenos modales —dijo Peter mientras comenzaba a recoger lo que Harry había tirado.

—Su nombre es Severus —dijo Harry molesto por el tono con que ese hombre había nombrado a Severus.


Peter levantó la vista y fijó su mirada repentinamente furiosa en Harry.


—Parece que le tienes mucho aprecio a ese hombre.

—Quiero muchísimo a Severus, es la mejor persona del mundo.

—Ah sí que lo quieres, la verdad no veo porque… te llevó a la escuela aquella y te dejó ahí durante años sin acordarse una sola vez de visitarte.

—Severus es un hombre muy ocupado.

—¿Tan ocupado cómo para no acordarse del hijo de su mejor amiga? Estoy seguro que sólo aceptó ser tu tutor por interés al dinero.

—¿Qué dinero? ¿De qué está hablando?

—De seguro que piensa que al cumplir tú dieciocho años le resultará muy conveniente tenerte a su lado.

—¿De qué está hablando?

—Vaya…¿Es qué Snape no te habló de tu herencia? Eso es extraño.

—¿Herencia?


Peter que había concluido de recoger lo que Harry había tirado miró al chico con satisfacción.


—Por lo que veo realmente creías que ese hombre se había hecho cargo de ti sólo porque es una buena persona.

—No sé quien es usted, pero si sé que está completamente loco.

—¿Por qué dices eso Harry? Ese hombre, el amigo de tu madre, se hizo cargo de ti sólo porque sabía que recibirías mucho dinero al cumplir tu mayoría de edad… ¡vamos sabes que es así!… te llevó a ese internado cuando sólo tenías once años y se olvidó de ti, sólo se acordó apenas dos meses atrás, algo muy conveniente ¿No crees?


Harry no quería prestar oídos a las tonterías que decía ese hombre, pero el asunto de que existiera una herencia de la que él nada sabía le preocupaba, no podía ser que Severus supiera algo sobre una herencia y no le dijera nada.


—Eso que dice no es cierto yo no tengo dinero, si lo hubiese tenido mis tíos me hubiesen tratado mejor y Severus no sería ahora mi tutor.

—De seguro que no se enteraron de que poseías una herencia, después de todo tu madre siempre decía que su hermana la odiaba, no se llevaban bien.

—Aún no me ha dicho quien es usted, pero tal parece que sabe mucho de mí y de mis padres.

—Es cierto… de tu madre no podría hablarte mucho pues sólo la conocí de forma superficial… sólo cuando se casó con tu padre la traté un poco más, tú tienes sus mismos ojos, pero en todo lo demás eres igual a James.

—¿Qué es lo que desea de mí?


Peter miró a Harry por un breve instante.


—Cuando planee esto la verdad sólo quería tu dinero.

—¡Por Dios! No insista con eso ya se lo dije, no tengo dinero, soy pobre, nunca tuve nada, Severus se ha ocupado de mí.

—Esta bien te lo diré, tu padre antes de casarse con tu madre descubrió que era millonario, fue una sorpresa para todos pues nadie imaginó que el padre que James jamás había conocido y que jamás conocería era rico y le había dejado toda su fortuna que ascendía a miles de libras.

—¿Por qué usted sabe todo eso? ¿Quién es usted?

—Yo era amigo de tu padre… su mejor amigo.


Harry miró al hombre con aire desconfiado, él no sabía casi nada de su padre, sólo una que otra cosa que le había comentado Severus, pero su instinto le decía que un amigo de su padre no le hubiese secuestrado y no lo tendría esposado al poste de la cama.


—Estoy seguro de que miente, si fuese amigo de mi padre no haría esto conmigo.

—Lo siento Harry de verdad que no me gusta hacer esto contigo, pero no puedo arriesgarme a que escapes, no puedo.

—¿Cuándo me dejará ir?

—Nunca Harry… nunca te dejaré ir… perdí a James y no perderé a ti también.


Harry sintió una punzada en el estómago, parecía que ese sujeto tenía la intención de no dejarlo ir jamás, inevitablemente pensó en Severus otra vez, deseaba como nunca antes estar al lado de él, sentirse protegido otra vez.


—¿Perdió a mi padre? No entiendo a que se refiere.


Peter se acercó y ocupó un espacio en la cama, Harry instintivamente se apartó, ese sujeto le miraba de forma extraña.


—James y yo crecimos juntos en el mismo orfanato, él era todo para mí… éramos muy unidos, pero entonces apareció tu madre y lo estropeo todo… James perdió la cabeza por ella, tu madre se le metió por los ojos… era hermosa no lo niego, pero no era para James… no lo merecía.

—¿Y quién es usted para decir tal cosa? —dijo Harry con enojo —. Severus me dijo que mi madre era muy buena, gentil y amaba a mi padre por encima de todo.


Peter entrecerró los ojos con furia, pero controló bien su actuar pues no quería que Harry le temiera.


—No hablaremos de tu madre… ella no importa —dijo Peter mirando fijamente al chico —, eres igual a James… pero tienes los ojos de tu madre, cambiaremos ese detalle, con lentes de contacto te transformarás en James.


Harry miró impactado al hombre, ese sujeto estaba mal de la cabeza, quería transformarlo en su padre, pero aún no podía comprender por que.


—No temas Harry…no deseo lastimarte, te prometo que serás muy feliz a mi lado y… aprenderás a quererme.

—¡Nunca! No lo conozco… no le creo que fuera amigo de mi padre, si eso fuera cierto no haría esto.

—En natural que actúes así, pero ya cambiarás cuando me conozcas mejor Harry, ya verás que nos llevaremos muy bien, te juro que seré muy bueno contigo.


Peter salió de aquel sótano, lo cierto era que le disgustaba la actitud de Harry, pero lo comprendía, pues él era un desconocido para el chico después de todo.


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El cansancio había mellado tanto su resistencia física como mental, luego de probar apenas un poco de café se había encerrado en su habitación la misma que había compartido con Harry muchas noches durante ese mes. A medida que pasaban las horas su temor aumentaba, más ahora que sabía que no pedirían dinero por Harry, la intención de esos sujetos no era cobrar un rescate, no lo necesitaban. Se tendió en la cama y cerró los ojos, eran demasiadas las emociones contenidas durante aquellas largar horas, era la primera vez que se sentía inútil, incapaz, era terrible tener que sólo sentarse y esperar que algo sucediera.


De pronto la puerta se abrió suavemente y entró Charly al cuarto, ocupó un espacio en la cama junto a Severus, éste comprendía que el pelirrojo sólo pretendía darle apoyo, pero realidad en ese momento él sólo deseaba estar a solas, sin embargo, no manifestó disgusto cuando el pelirrojo se tendió junto a él en la cama. La mano de Charly buscó la suya con calidez.


—Estoy seguro que Harry volverá… todo saldrá bien —dijo Charly convencido.

—Esos sujetos secuestraron a Harry para tener ese dinero, me aterra pensar en lo que harán con él cuando hayan cumplido su objetivo.


Charly guardó silencio, la lógica de Severus era muy acertada ahora que conocían los antecedentes de esos hombres, en el pasado habían mostrado ser capaces de cualquier cosa por dinero.


El resto de la tarde transcurrió lenta e interminable, cada minuto Severus los media como horas y eran más de doce las que habían pasado desde la última vez que había visto a Harry. Deseaba cerrar los ojos para olvidar un poco su angustia, pero aquello le hacía sentir culpa, mucha más con cada minuto que avanzaba el reloj.


Al ponerse el sol, el crepúsculo daba al cielo una tonalidad de plata, dentro de poco caería la noche, Severus asomado a la ventana sentía que un hielo corría por sus venas, su angustia y temor aumentaría con la llegada de la noche otra vez, la segunda en que no tendría a Harry junto a él.


Charly para engañar su impaciencia se había dedicado a preparar algo de comer, en ese momento Severus y Lucius estaban sentados a la mesa, frente a un plato de apetitosa pasta que había preparado el muchacho pelirrojo, Lucius aceptó de buen grado la comida, pues llevaba varias horas de ayuno, Severus por el contrario sentía que nada que fuese alimento pasaría por su garganta, sin embargo Lucius lo alentó con señales mudas para que probara la comida que con tanto esmero había preparado Charly. El hombre de ojos negros hizo un esfuerzo y se dispuso a probar la pasta pese a que no tenía apetito, sólo por no desairar a Charly, pero quedó con el tenedor a medio camino de su boca porque en ese instante la campanilla de la puerta sonó, de inmediato salió hacia la sala.


Arthur entró a la sala y Severus intentó adivinar en el rostro del hombre si había alguna pista, pero no pudo descubrir nada.


—¿Qué sucedió? ¿Consiguió alguna información? —preguntó ansioso.

—Pudimos averiguar algo con respecto a ese hombre llamado Tom Ryddle, el abogado.

—¿Y qué fue eso? —preguntó Severus.

—Bueno… la licencia para ejercer le fue retirada pues estuvo involucrado hace siete años en un asunto de adopciones ilegales —informó Arthur.

—Era de esperarse… no podía ser honesto si está involucrado en un secuestro —dijo Severus.

—En cuanto al otro sujeto… Peter Petigrew… no va a creer esto… tiene una propiedad en las afueras del condado de Essex.

—¿¡Ahí?! Es la misma ciudad donde está el internado en el que estudió Harry.

—Sí, así es… no cabe duda de que esto no es casual, de seguro que este sujeto a estado planeando esto por mucho tiempo —dijo Arthur.

—¿Cree que pudo haber llevado a Harry a ese sitio? —preguntó Severus.

—Puede ser… está a dos horas de Londres, en todo caso ya envié a alguien a vigilar el lugar —dijo Arthur.

—Pero eso puede ser peligroso, y si lo tienen ahí… es probable que…

—Por favor le pido que confié en mí… no por nada Scotlad Yard es la mejor policía del mundo en cuanto a investigación.


En ese momento la campanilla de la puerta volvió a sonar y esta vez fue Charly quien se apresuró a abrir la puerta. Las figuras de Remus y Sirius aparecieron en el umbral.


—Buenas noches —dijo Remus —, el señor Weasley me llamó y dijo que viniéramos.

—Claro, por favor adelante —dijo Charly abriendo la puerta para darles la entrada a los dos hombres.


Severus se adelantó para tenderle la mano a Remus, quería borrar la mala impresión que pudo haber dejado esa mañana después de su arrebato.


—Muchas gracias por venir.

—Era nuestro deber —dijo Remus, dando una mirada a Sirius —, estamos dispuestos a ayudar en lo que sea posible… ya que fallamos al intentar proteger a Harry.


Lucius desde el mismo instante en que Remus había entrado no pudo evitar mirar intensamente al hombre de ojos dorados y se adelantó a responder el comentario de Remus antes que cualquiera.


—Actuaste de buena fe… ambos lo hicieron —dijo el rubio dando una rápida mirada a Sirius.


Severus apoyó las palabras de Lucius moviendo la cabeza en señal de afirmación.


—Es cierto… yo soy el más responsable de esto… fui yo quien no supo cuidar a Harry —dijo el hombre de ojos negros con profundo pesar —. Era mi deber.


A pesar del resentimiento de Sirius contra Severus, no dejó de sentir lástima por él, su sufrimiento era genuino, quedaba de manifiesto que sentía profundo cariño por Harry, de eso ya no tenía dudas.


Arthur por su parte los miró a todos con aire comprensivo.


—Ese sentimiento de culpa es natural, pero por lo pronto deben apartarlo, ahora sólo hay que avocarse a la búsqueda del muchacho —dijo Arthur.

—Por favor tomen asiento —dijo Severus —, con todo este asunto he olvidado mis buenos modales.


Remus aceptó la invitación con una leve sonrisa mientras que Sirius sólo asintió. Severus pensó que la actitud tosca de Sirius sin duda estaba dada por los años que había tenido que pasar en prisión.


—Bueno tenemos cuatro días antes de que Harry cumpla su mayoría de edad —dijo Arthur —, seguramente esos dos hombres tienen pensado hacerle firmar algún documento en que el muchacho le ceda su herencia a ese tal Peter.

—Pero eso sería totalmente ilegal, no tendría ninguna validez —dijo Severus.

—Naturalmente que el ceder una herencia bajo coacción no tiene validez, pero ese sujeto que es abogado conoce el manejo de la ley y de seguro tiene muchas mañas a su haber —dijo Arthur.

—¿Y cuál es la solución que propone al final? —preguntó de pronto Sirius que hasta el momento había guardado silencio absoluto — Me parece que no está haciendo nada que realmente sirva.


Arthur miró bastante serio a Sirius, no le agradaba que ese hombre lo hiciera parecer como inepto.


—El secuestro es uno de los problemas más difíciles de resolver, además en este caso se suma el hecho de que los secuestradores no han pedido rescate por Harry, eso complica mucho más el asunto.

—Entonces sólo debemos sentarnos a esperar que ese maldito se salga con la suya —dijo Sirius.

—Yo no he dicho eso —dijo Arthur —, esperaré que me informen si hay algún movimiento en la casa que ese Petigrew tiene en Essex para actuar.

—¿Y si Harry estuviera ahí? ¿Cómo haremos para rescatarlo? —preguntó Remus.

—Bueno debo reconocer que no tengo un plan trazado aún, pero les aseguro que rescataremos a Harry como sea.


Severus no dijo nada, agradecía la ayuda de Arthur pero también reconocía que ese “como sea” no le resultaba muy tranquilizador, sin embargo no podía hacer otra cosa que confiar en Arthur Weasley y rogar porque la suerte los acompañara.
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MensajeTema: Re: Mi único amor. Capítulo X. Sentimientos   Mi único amor. Capítulo X.  Sentimientos I_icon_minitimeMiér Nov 18, 2009 4:43 pm

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La situación para Harry era angustiante a esas alturas, aquellos días encerrado en ese sótano lo estaban desesperando, con el único que había interactuado en esos tres días era con Peter, sabía que había otra persona en la casa, pero hasta ahora no la había visto, sólo sabía que el nombre de ese otro sujeto era Tom porque de ese modo lo había mencionado Peter en varias ocasiones. Otra cosa que lo tenía muy preocupado era que ese hombre seguía insistiendo en esa idea de que cuando tuviera el dinero de esa herencia vivirían juntos. Aquella idea le aterraba, había sabido de casos increíbles de personas que permanecían secuestradas por años, el sólo pensar en la posibilidad de tener que soportar el resto de su vida vivir en un sótano, prefería morir antes, sobretodo porque en esos tres días se había formado la convicción de que ese tal Peter, no tenía intenciones muy santas con respecto a él.


En esos tres días Peter le había hablado de su padre sin parar, contándole todo con respecto a él desde que se habían conocido siendo pequeños en el internado. Ahora conocía muchas cosas que no hubiese imaginado con respecto a sus padres, pero lo que más lo impactó fue saber que su padre había tenido otros amigos en ese internado, y que uno de ellos era su padrino, cosa que le confirmó a Harry lo que ya había pensado antes, ese tal Peter no era el amigo favorito de su padre, se preguntaba que había sucedido con esos dos amigos, ya sabía que uno de ellos estaba en prisión pagando por un delito de que había dicho Peter era inocente, pero del otro no había rastro, sintió tristeza por ese hombre que estaba en prisión, pagando por un crimen que no había cometido, se preguntaba si su padrino pensaría en él alguna vez.


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Tom Ryddle estaba completamente alerta, sólo faltaban unas horas para que sus planes finalmente tuvieran éxito, había decidido guardar silencio con respecto a lo que observaba en la actitud de Peter, según su apreciación este último estaba completamente mal de la cabeza, había pasado los últimos días hablándole durante horas a ese muchacho de todo lo que había vivido con el padre. Aquello era un claro indicio de su demencia, pero en todo caso no lo lamentaba para él era muy conveniente todo eso, de ese modo sería mucho más fácil acabar con su compañero. Ya había planeado todo a la perfección, después que el muchacho firmara aquel documento cediéndole a Peter la herencia, él acabaría con la vida de su socio y con la vida de ese mocoso, era mejor no dejar testigos, luego traspasaría los fondos a una cuenta que ya había abierto para tales efectos en un Banco de un país de aquellos llamados <em>“paraíso fiscal”</em> después dejaría el país y jamás volvería, se iría muy lejos a disfrutar de esa cuantiosa herencia que desde hacía tantos años deseaba.


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Su aspecto era deplorable, aquellos tres días le parecían como si fuesen tres meses, ahora comprendía eso que se dice de que cuando se sufre las horas se eternizan, era eso lo que le había sucedido a él. Sentía que estaba a punto de colapsar, había fumado sin parar, con toda seguridad su organismo ya había recibido toda la nicotina que podría soportar en su vida, para que hablar de la cafeína, había consumido tanto café que ya comenzaba a sentir nauseas sólo con sentir el aroma que antes tanto le gustaba. Ahora sentado en el borde de su cama con los dedos entrelazados observaba el vacío, eran las seis de la tarde, en unas cuantas horas sería 31 de julio, Harry estaría cumpliendo su mayoría de edad, le dolía el alma al pensar en lo que debía sentir el muchacho luego de pasar casi cuatro días secuestrado, horas en las que él había rogado a un Dios en el que no creía, que protegiera a Harry y que se lo regresara con bien.


Ninguna de las personas reunidas en la sala lo culpaba por lo sucedido, Sirius y Remus se culpaban a sí mismos por no recurrir a él antes para advertirle del peligro. Pero las cosas ya habían sucedido, no había remedio. Ahora sólo quedaba esperar que el rescate se produjese sin inconvenientes, pero en realidad eso era lo que más temía, le aterraba la posibilidad de que Harry saliera lastimado, pero no había solución, esos hombres no pretendían regresar al muchacho, no habían pedido rescate, sin embargo, hubiese sido muy ingenuo, como había dicho Arthur Weasley, el pensar que lo dejarían ir sin más luego de obtener lo que deseaban, sino intervenían era probable que Harry muriera. Y eso era algo que no podría soportar, aquellas horas de angustia le habían acabado de convencer de lo mucho que amaba a ese chico y estaba seguro de que jamás amaría a nadie más.


Era probable que esa experiencia dejara huellas imborrables en Harry, un chico bueno, lleno de inocencia, educado por siete años dentro de las seguras paredes de un internado, tener que verse enfrentado a una situación así, de seguro que haría estragos en él. Pero ahí estarían ellos para contenerlo, ahí estaría él para ayudarlo a superar esa experiencia tan dolorosa, ahora contaría además con la ayuda de Remus y Sirius. Lo único que le preocupaba era Lucius, lo había notado afligido en esas horas, pero no desesperado como lo estaba él, no podía dejar de pensar si eso no sería una clara señal de que no amaba a Harry, al menos no de la forma en que el chico lo amaba a él, además de no ver a Lucius desesperado, no habían pasado inadvertidas para él las miradas que su rubio amigo le dirigía constantemente a Remus, ciertamente que eso le parecía muy extraño, Lucius siempre se había interesado por jovencitos como Harry, no en hombres maduros como Remus Lupin, aunque él no dejaba de reconocer que el hombre era atractivo no entraba dentro de los cánones de Lucius, por eso le parecía tan raro, en todo caso sería bastante complicado que justo ahora se le ocurriera cambiar de gustos, justo ahora que Harry necesitaría de él más que nunca.


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Por razones de fuerza mayor había aceptado finalmente la comida de Peter, si no lo hacía no tendría oportunidad de poder escapar, estaría débil y no le convenía si quería intentar algo, porque en esos tres días había comprendido que debía idear la forma de huir ese sujeto que decía ser amigo de su padre estaba loco. Se le había metido en la cabeza la idea de que él era James, no había más que oírlo en como le hablaba, no entendía como en unas cuantas horas ese hombre se había desquiciado. Pero no era lo único que le preocupaba, estaba el otro, ese al que aún no le veía la cara, no se imaginaba quien podía ser, pero era probable que estuviera en ese asunto a causa de esa herencia de la que hablaba Peter.


De pronto escuchó unos pasos que bajaban la escalera, pero las pisadas no eran presurosas y tambaleantes como las de Peter, estas eran lentas y seguras, era el otro, tal vez ese sujeto era más peligroso que ese demente que decía ser amigo de su padre.


Tom no había querido que Harry le viera el rostro, a lo menos no antes de lo necesario, pero ahora era diferente, el chico en cuatro horas cumpliría su mayoría de edad, lo obligaría a firma aquel documento donde renunciaba a su herencia que hasta entonces había administrado Peter y de la que por fortuna para él jamás había podido tocar ni una libra. La herencia estaba íntegra y sería toda suya.


Finalmente Harry veía presentarse ante él a ese otro sujeto que era cómplice de Peter. El rostro de ese hombre le causó más temor de lo que le inspiraba la locura evidente del supuesto amigo de su padre.


—Buenas noches Harry —dijo Tom con voz sedosa casi.


El chico al oír ese tono se estremeció.


—¿Quién es usted?

—Soy un buen amigo Harry.

—¿Amigo? ¿De quién? De ese loco… que cree que soy mi padre.


—Ah sí… pobre Peter está un poco mal de la cabeza. Pero yo podría librarte de él si tú quieres.


Harry miró más asustado que antes a ese hombre, estaba planeando algo y no era nada bueno.


—¿Librarme de él? No le creo… usted está de acuerdo con él, es su cómplice.

—Estamos juntos en este negocio… yo quiero esa herencia que te dejó tu papi… y Peter bueno creo que ya comprendiste que te quiere a ti ¿No es cierto?

—¿Por qué? ¿Es cierto que era amigo de mi padre?

—Sí es cierto… era amigo de tu padre y creo que ya habrás comprendido que desea que te quedes con él. Te confieso que no era parte del plan inicial, en un comienzo sólo quería tu herencia al igual que yo, pero luego de verte y comprobar que eres igual a James Potter, pues el pobre Peter perdió la poca cordura que le quedaba ¿Te contó que estaba enamorado de tu padre?


Harry abrió los ojos espantado, le había parecido que ese sujeto algo pretendía y ahora comenzaba a comprender que era.


—Veo que te impresiona, bueno no es para menos, pobre Peter siempre estuvo obsesionado con James, creo que terminó de perder la cabeza luego de que tu padre murió en ese accidente, no era su intención matarlo sólo quería acabar con tu madre.


Harry palideció de golpe.


—¿Qué está diciendo, que ese hombre asesinó a mis padres?

—Sí, pero en realidad a quien deseaba asesinar era a tu madre, pero el pobre James también iba en ese automóvil, fue una pena —terminó diciendo Peter con fingida tristeza.

—¿Qué hará conmigo?

—Ah bueno… creo que ya te habrás dado cuenta de que el pobre Peter cree que eres James, supongo que imaginas lo que eso significa no, sin embargo yo puedo ayudarte a escapar, sólo tendrías que hacerme un pequeño favor.

—¿Qué favor?

—Pues… sólo firmar este documento que tengo aquí —dijo Tom mostrando un sobre color marrón.
—¿Qué eso?

—Un documento donde me cedes tu herencia en su totalidad, tú no necesitas tanto dinero, ese Snape sin duda es muy generoso contigo.

—¿Sí firmo eso me dejará ir?

—Por supuesto Harry… después de eso te dejaré ir y yo me marcharé lejos no volverás a saber de mí.


Harry miró indeciso al hombre, no sabía que hacer, ese hombre al parecer estaba dispuesto a dejarlo ir, pero y si estaba mintiendo, sin embargo presentía que debía correr el riego, sólo de imaginar que ese loco que había causado la muerte de sus padres le pusiera una mano encima le hacía temblar, todo le decía que no tenía opciones.
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