La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Maldita Obsesion, Capitulo 2: La oscuridad comienza a surgir.

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Jane Luna




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MensajeTema: Maldita Obsesion, Capitulo 2: La oscuridad comienza a surgir.   Maldita Obsesion, Capitulo 2: La oscuridad comienza a surgir. I_icon_minitimeMiér Mar 23, 2022 5:13 am

Autora:
Jane Luna

Aclaración: Harry Potter es propiedad de la fantástica J.K. Rowling, yo solo me divierto con sus personajes.

Resumen:
El temido profesor de pociones inicia una extraña y enfermiza obsesión hacia Harry Potter provocando que los temores y miedos del joven Gryffindor vuelvan a el. Ahora debe salir de esto con ayuda de Ginny Weasley ¿Lograran acabar con esta pesadilla?


Advertencia: Esta historia se coloco en categoría M (Madura) por obvias razones, sin embargo se perfectamente que existirá por ahí uno que otro lector/a menor que se salto esa advertencia, por lo tanto si continuas leyendo queda a tu responsabilidad, yo cumplo con advertirles.
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Capitulo 2: La oscuridad comienza a surgir.

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"Una vez surge la oscuridad entre nuestros actos, no hay vuelta atras"

Cerca de los alrededores del Lago Negro, un joven de cabellos azabaches se hallaba tendido completamente sobre el pasto, con los brazos atrás de su cabeza, una pierna flexionada y disfrutando la ligera brisa del lago situado frente a él. Tenía los ojos cerrados señal inequívoca de encontrarse muy cómodo.

Oía los suaves sonidos del agua, las lejanas conversaciones de sus compañeros de colegio, y el ligero sonido de las hojas mecerse del árbol que le hacía sombra. Era un día perfecto para recostarse y relajarse como hacía mucho tiempo no se permitía.

Estaba a punto de caer dormido cuando sintió una presencia a su lado. Abrió un ojo encontrándose con una chica de cabellos pelirrojos mirándole con curiosidad y ambas manos en sus caderas.

-Es raro no verte en constante estado de alerta, Harry—Dijo Ginebra Weasley sonriéndole divertida.

El muchacho le devolvió la sonrisa.

—Hola, Ginny—La saludo sin abandonar su posición-Puedes acompañarme si lo deseas.

—Te tomare la palabra.

La chica se sentó para luego recostar su espalda sobre el pasto aun lado de Harry, coloco sus manos sobre su estómago y dirigió su mirada hacia el cielo.

Harry solo volvió a acomodarse.

—Se siente diferente—Susurro Ginny después de unos minutos en silencio.

—¿Qué cosa? —Le respondió Harry intrigado por el comentario.

—El saber que nuestras vidas ya no corren peligro—Respondió girando su cabeza para mirarle fijamente—¿No lo ves? Antes todos vivíamos pendientes de algún ataque o a la expectativa de que en cualquier momento la guerra estallaría.

—La guerra estallo, Ginny—Dijo Harry.

—Si, lo hizo. Pero peleamos y venciste.

Harry la observo por un momento antes de mirar hacia el cielo, sumergiéndose en sus pensamientos. Hace cinco meses la guerra por fin había terminado, una donde todos los profesores, alumnos y criaturas mágicas de Hogwarts lucharon contra el ser oscuro más tenebroso de todos los tiempos. Cinco meses desde que logro dar fin a Voldemort y libro al Mundo Magino de una era oscura.

Después de obtener la victoria, Harry junto a Ron y Hermione, destruyo la Varita de Sauco, no deseaba el poder, había sido testigo como eso trasformaba a una persona llevándola a cometer actos innombrables para conseguirlo. Y prefería no tener ninguna conexión con eso. Luego, fueron conscientes de las repercusiones de la guerra. Muchas vidas se perdieron, y una de ellas fue la de Fred Weasley.

Luego de llevar a los heridos a recibir atención médica en San Mungo y recuperarse de sus propias heridas, el aclamado Trio de Oro asistió al funeral de Fred junto al de otros magos y brujas que dieron su vida en la guerra. Harry lamento enormemente que los Weasley perdieran a uno de sus hijos, George a su gemelo y Ron a uno de sus hermanos, pero este le aseguro que no le atribuía culpa alguna de su perdida.

Fueron unas semanas difíciles, el Ministerio le hostigaba con agradecimientos e invitándolo a mil y un eventos donde querían honrar al niño que vivió y venció invitaciones que el rechazaba, solo deseando vivir una vida tranquila al cumplir su deber. Antes de comenzar las reparaciones del castillo, tuvo una larga charla con Ron y Hermione expresándoles su deseo de regresar a Hogwarts y concluir su séptimo año. Como respuesta sus amigos le dijeron que lo acompañarían y así los tres iniciaron un nuevo capítulo en sus vidas.

Hacía tiempo que no se detenía a rememorar esos pensamientos.

—Tienes razón—Expreso tras un largo silencio—Vencí a Voldemort y dimos fin a esta guerra concretada desde antes de mi nacimiento. Cumplí con mi deber.

—Un deber que tu no pediste—Argumento Ginny sin dejar de mirarle.

—No, no lo pedí—Harry volvió a mirarla—Pero debía hacerlo, Ginny. Pase la mayor parte de mi educación aquí en Hogwarts preocupándome, preparándome para derrotarlo.

—Y lo hiciste—Dijo la chica—Y gracias a eso, ahora... —Emitió un largo suspiro—…Podemos vivir tranquilos y disfrutar todo esto.

Harry le dedico una sonrisa dándole la razón, disfrutando la compañía de la menor de los Weasley. De quien se había vuelto más cercano los últimos meses.

Después de la guerra, el funeral, entre otras cosas, Harry paso un tiempo con los Weasley en parte para acompañar y brindarle su apoyo a Ron y otra para poder estar tranquilo lejos de las insistencias del Ministerio. En esos días, tuvo oportunidad de hablar con Ginny y dejar en claras algunas cosas respecto a su relacion.

Tras largas charlas, entendieron que ninguno albergaba desde hace tiempo sentimientos románticos por el otro y no tenía sentido luchar por tenerlos. Sin embargo, el cariño y el aprecio seguía presente, Ginny encontró en Harry consuelo por la pérdida de su hermano y un hombro donde llorar y Harry una confidente a la cual le expresaba lo que no se atrevía a decirle a sus mejores amigos. Ambos se escuchaban, se entendían y se consolaban.

Y eso no cambio cuando regresaron a Hogwarts.

—¿Tienes algún plan en mente? —Pregunto Ginny cambiando de posición, colocándose de costado recargando un brazo bajo su cabeza. Y el otro sobre el pasto.

—Permanecer acostado y disfrutar las divertidas formas de las nubes—Bromeo el chico ganándose un golpe en uno de sus brazos.

—Tonto, sabes a lo que me refiero. ¿Ya has pensado lo que quieres hacer después de salir de Hogwarts?

Harry tardo un minuto en responder.

—Siendo honesto, no lo sé con certeza—Se lo pensó un momento—Estoy considerando si unirme a la Academia de Aurores o convertirme en profesor de Defensa.

—Son buenas opciones—Afirmo Ginny sonriéndole.

—¿Tu que harás?

—Pienso continuar con el Quidditch y convertirme en la mejor Cazadora de todos los tiempos.

—Imagine que dirías eso—Rio Harry.

La chica le saco la lengua en un claro gesto infantil.

—Y dime ¿Tienes planeado reanudar tu vida amorosa? —Inquirió.

—¿Por qué? ¿Deseas una segunda oportunidad con el chico dorado? —Harry alzo una ceja con picardía.

—Nada de eso—Respondió la chica—Es solo…simple curiosidad.

—Ahora que lo dices, no, realmente no eh pensado en salir con alguien.

—¿Enserio? Acaso me dirás que Harry Potter, no tiene a ninguna chica ansiosa haciendo fila para salir contigo—Dijo en tono burlón.

—Ninguna que mis ojos verde sapo como escabeche pueda interesarle.

Harry se levantó de un brinco corriendo hacia las orillas del lago, siendo consciente de la reacción de la pelirroja al recordar el bochornoso poema que le escribiera en su segundo año.

—¡Voy a asesinarte, Harry Potter! —Exclamo una avergonzada Ginny levantándose, corriendo en su dirección.

—Vamos, Ginny era un lindo poema, terrible pero lindo—Dijo Harry escapando de la chica mientras reía.

Ambos jóvenes continuaron corriendo por las orillas del lago, Harry huyendo y Ginny tratando de alcanzarlo, duraron así unos minutos hasta que el tropezó cayendo al suelo, aprovechando su torpeza, Ginny se colocó encima suyo dándole suaves golpes en el pecho. Harry solo atinaba a reírse al ver el ceño fruncido de su amiga provocando que continuara.

Al poco tiempo Ginny se cansó y se unió a la risa de Harry, aun encima suyo, si bien era un momento puramente inocente ninguno de los dos percibió que no lo era para un par de ojos negros que miraba la escena con furia.


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Después de corregir y calificar los pergaminos de sus estudiantes, cansado del exceso de trabajo Severus decidió dar una larga caminata por el Lago Negro. Tras horas y horas sentado en su escritorio leyendo en su mayoría trabajos mediocres, merecía un descanso.

Pronto deseo no haber tenido esa idea.

Frente a él a una distancia considerable, vio al joven que le robaba sus pensamientos más oscuros y perversos, recostado placenteramente sobre el pasto, no estaba solo, no. Lo acompañaba como costumbre, la menor de los Weasley.

Escondiéndose entre los frondosos árboles, observo a los jóvenes ajenos al escrutinio a sus espaldas. No era la primera ni seria la última vez que los acechaba, venía haciéndolo desde inicios del año escolar, al notar la creciente cercanía entre los dos, siempre a lado del otro fuera dentro o lejos del castillo. Sentados en los jardines, comiendo juntos en el comedor, jamás le hubiese dado relevancia de no ser porque la chica tenía la mala costumbre de abrazar al chico o tener el atrevimiento de recostarse en sus piernas y Harry lo permitía. Y el adusto profesor fue testigo como incluso el muchacho le acariciaba los rojizos cabellos varias veces

Sabia sobre el breve romance entre ellos, el cual se vio interrumpido por la guerra y que al parecer comenzaba a resurgir. Y Severus supo entonces que no sería capaz de tolerarlo, prometiéndose así mismo hacer lo imposible por impedirlo.

Tenía una ventaja a su favor: ser el profesor más odiado y temido de todos. No permitiría bajo ningún concepto que Weasley estuviese con Harry. Su Harry. El chico le pertenecía, a el y a nadie más.

Fue por eso por lo que comenzó a hostigarlos día y noche; castigándolos o restándoles puntos cuando los encontraba a solas o acurrucados uno junto al otro. Esto último le hervía la sangre, como si de un volcán se tratase a punto de estallar, se encargaba de castigar sobre todo a Harry quien le dedicaba una mirada que solo reflejaba odio y desprecio. Snape detestaba ver esas emociones en aquellos hermosos ojos verde esmeralda, pero valía la pena si así tenía al chico unas cuantas horas en las mazmorras, para observarlo siempre que lo deseara.

No supo cuánto tiempo duro espiándolos, pero fue el suficiente para ver como su inocente charla pasaba a una especia de persecución y termino con ambos en el suelo, la chica encima suya.

Eso fue suficiente, salió de su escondite con total discreción y avanzo presuroso, decidido a acabar con esa tortuosa visión; los chicos por su parte ignoraban completamente su presencia, lo divertido de todo eso era que cuando llegara podía asustarlos al "aparecer inesperadamente" deleitándose al ver en sus rostros matices de temor.

—Vaya, vaya parece ser que el héroe del mundo mágico prefiere pasar sus ratos libres montando un interesante espectáculo.

Ambos jóvenes abrieron desmesuradamente los ojos, Ginny se quito de encima de Harry como si su contacto quemara y rápidamente se levantaron del pasto para voltear a ver al profesor que se encontraba parado frente suyo, de brazos cruzados y dedicándoles una mirada frívola.

—Profesor Snape, nosotros…—Balbuceo Ginny.

—¿Qué sucede, Srta. Weasley? Parece que le comió la lengua un Raton—Dijo deleitándose con su expresión de espanto.

—Y-yo no…

—O supongo que fue el señor Potter—Alzo una ceja con malicia.

Sonrió para sus adentros al ver como su comentario mordaz causo la reacción que esperaba, el chico se coloco delante de la chica a modo de protección y con la clara intención de defenderla.

—No estábamos haciendo nada malo, profesor—Objeto Harry mirándole desafiante.

—Oh ¿enserio? —Prosiguió acercándose al chico—Porque desde mi perspectiva la Srta. Weasley estaba montada sobre usted, esto es un colegio, Potter no un hotel de poca monta.

—Solo estábamos…—Quiso explicar Ginny pero el hombre no se lo permitió.

—Guárdese sus argumentos—Ordeno en un tono de voz que claramente dictaba no aceptar replicas. —Ahora márchese y déjeme unos minutos a solas con el señor Potter.

La chica miro a Harry luego a su profesor, suspirando derrotada le susurro a su amigo una pequeña disculpa antes de alejarse, hasta desaparecer de la vista del adusto profesor, Severus volvió a voltearse clavando sus oscuros ojos en los verdes del Gryffindor, ahora relucientes de enojo.

—Empezare a pensar que realmente disfruta que lo castigue, Potter.

—Solo jugábamos—Se defendió Harry. — Estábamos charlando y…

—Bonita forma de referirse respecto a su comprometedora escena con la Srta. Weasley—Le especto sarcástico.

—No era comprometedora—Exclamo molesto.

—Eh dicho que no quiero excusas, mientras se encuentre estudiando aquí, debe comportarse como un estudiante no como un animal en celo. Cinco puntos menos Gryffindor por usted y Weasley.

—¡Eso no es…!

—¿Quiere que sean diez?

Sonrió presuntuoso al verlo cerrar la boca. Las mejillas teñirse de rojo por la rabia contenida y sus labios apretarse para evitar decir algo. Una imagen exquisita, e hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para no lanzársele encima y reclamar esos labios que le pertenecían.

—Los múltiples castigos que le eh impuesto, fregando calderos en definitiva no han surtido efecto para que aprenda a comportarse, entonces me veré obligado a castigar a la Srta. Weasley. Veremos si ella logra aprender lo que usted no puede.

Le dio la espalda con la intención de marcharse, sin embargo, no dio muchos pasos, conocía a Harry, anticipaba sus movimientos y sabía perfectamente acerca de la necesidad de representar el papel de héroe y librar a la chica de toda culpa

"En Tres, dos…"

—¡Espere! —Justo a tiempo, detuvo su andar girando levemente—No castigue a Ginny yo acepto el castigo que crea conveniente.

Severus lo observo largamente, fingiendo pensárselo, en esos momentos agradecía sus años como espía, aprendió a leer a las personas y pensar como ellas, para hacerlos actuar según su deseo. Y no se equivoco al respecto con Harry. Uno de los puntos débiles en él era su empatía y lealtad hacia los demás. Algo que adoraba y detestaba a partes iguales.

Tras unos segundos, finalmente hablo.

—Detención en mi despacho durante un mes, lo espero ahí después de la cena a las siete, sea puntual, señor Potter. —Sentencio dándose la vuelta y comenzar a alejarse.

Una vez logro tomar una prudente distancia, vio a Harry correr en dirección al castillo encontrándose con la insufrible sabelotodo de Granger y el cabeza hueca de Weasley siguió observando al objeto de sus deseos unos momentos antes de tomar otra dirección rumbo a las mazmorras, después de todo dentro de unas pocas horas volvería a tenerlo cerca.

Sonrió malicioso, lo tendría a su merced un mes entero, entonces podría llevar a cabo su plan para finalmente tenerlo entre sus manos.



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Nota de la autora:

No, la relacion de Harry y Ginny es puramente amistosa, como leyeron se hicieron mas cercanos después de sufrir todo el caos de la guerra y se refugiaron el uno en el otro, debido a eso se sienten con la suficiente confianza para demostrarse afecto sin ser romántico. Respecto a Snape no puedo decir nada sin hacer spoiler, solo diré que Harry no tardara en darse cuenta sobre sus sentimientos del profesor hacia el.

Nos leemos pronto.
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