Sirius llega a casa y se encuentra a Remus, su pareja en la cama del matrimonio haciendo el amor con un tio buenísimo.
-¡Desgraciado, infiel, mal nacido! ¿Como puedes hacerme esto? ¡Quiero el divorcio!
_¡Espera un momento cariño -suplica Remus- Todo esto tiene una explicación.
-Mmmmmmmm, pero rápido, no sé como voy a poder confiar más en tí.
-Esto es lo que pasó querido, volvía a casa cuando me encontré con este joven, le vi tan desvalido que me lo traje a casa. Estaba muy delgado y sucio y me contó que hacía tres días que no comía. Me compadecí y le recalenté los macarrones que te hice anoche y no quisiste comer porque engordan. El pobre los devoró...luego como estaba muy sucio le dije que se bañara y mientras lo hacía note que su ropa estaba hecha polvo, así que la tiré a la basura y para que se vistiera le di esos tejanos que hace años no usas porque te hacen bolsas...le di la camisa que te regale en nuestro aniversario y que no te pones porque no tengo gusto para la ropa. Le di el sueter que te regalaron Harry y Severus por Navidad, y que no usas para molestar a Severus. Le dí esos zapatos tan caros que te compraste en una zapatería de lujo y que nunca más te pusiste desde que descubriste que Harry tenía unos iguales. Al final el pobre chico se iba muy agradecido y contento y le acompañé a la puerta; se volvió y con lágrimas en los ojos me preguntó:
-¿No tendrá usted alguna otra cosita que su marido ya no use?